El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes
El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Hestia

Era la diosa del Hogar, aunque debido a que en todos sus ritos y representaciones había abundantes antorchas con fuego, se la considera también diosa de este elemento. Fue la primera hija de Crono y Rea.
Pese a ser cortejada por Apolo y Poseidón, obtuvo de Zeus la gracia de guardar eternamente su virginidad. Además, Zeus le concedió honores excepcionales: los de ser objeto de culto en todas las casas de los hombres y en los templos de cualquier divinidad. Mientras los demás dioses van y vienen por el mundo, Hestia permanece inmóvil en el Olimpo, así como el hogar doméstico es el centro religioso de la morada, Hestia es el centro de la mansión divina.
La versión romana de esta diosa, Vesta, ha sido más famosa que su correspondiente griega, debido al culto que se le impartía a través de las vestales.
Todos los dioses tenían a su disposición una casta propia de sacerdotes que se encargaban del cuidado de sus respectivos templos. Sin duda, uno de los grupos de sacerdotisas más destacados fue el de las vestales, jovenes consagrasda a esta diosa. La selección de las vestales, cuyo número pasó de cuatro a seis, correspondía en un principio  a los reyes, pero después esa atribución sería responsabilidad de los pontífices. Las vestales debían ser niñas de entre seis y diez años pertenecientes a una clase social libre y no podían tener ningún defecto físico. Cuando eran aceptadas se les cortaba el cabello y se las vestía con una gran túnica blanca llevando en sus quehaceres diversos tipos de velos.
Entre sus funciones estaban:
  •   Cuidar de que jamás se apagase el fuego eterno del templo de Vesta, porque éste representaba el porvenir del Imperio. Si alguna vez el fuego se extinguía, las vestales recibían severas palizas y todo el mundo entraba en profunda depresión y pánico ante lo que pudiera suceder, hasta que los sacerdotes reavivaban de nuevo el fuego usando directamente los rayos del sol.
  • Guardar el celibato total y tanto las adúlteras como los hombres que abusaran de ellas eran castigados con la pena de muerte. La muerte de estas mujeres no era igual a la del resto: en medio de espantosas ceremonias en las que se recordaba a las divinidades más malignas, la vestal castigada debía bajar a su propia tumba, donde  se la encerraba con una lamparilla, algo de aceite, un pan , agua y leche. Así pues, la infortunada moría de inanición.
A pesar de todos estos horrores, las vestales que cumplían su deber recibían múltiples honores. Todos los magistrados y, por supuesto, las personas de menor clase les cedían el paso. Su palabra era digna de crédito por sí sola en los juicios y si se encontraba por la calle un reo, sólo con afirmar que el encuentro fue fortuito, éste quedaba en libertad. Todos los secretos del estado les eran confiados y también se les reservaba el mejor sitio en el circo. Además, todos sus gastos eran responsabilidad del estado de por vida. Despúes de teinta años consagradas a esta labor, podían abandonar sus funciones y casarse, pero perdida su juventud, la mayoría se quedaba al cuidado de las novicias que allí ingresaban.
Tanto Hestia como Vesta aparecen en muy pocos mitos. Hestia es respresentada con una larga túnica y la cabeza cubierta por un velo. En las manos sostiene una lámpara o una antorcha, pero también puede empuñar un dardo o llevar el cuerno de la abundancia.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Selene

Es la diosa de la Luna, aunque desempeñó este papael solo hasta el nacimiento de Artemisa, quien lo detentó durante el periodo de los dioses olímpicos.
La procedencia de Selene es bastante confusa y como posibles progenitores susyos se encontraban los titanes Hiperión y Tía, Palas y Helios, quien en otras versiones era  considerado su hermano.
Selene fue considerada la amante de Pan, aunque es mucho mas famosa su relación con Endimión, con quien tuvo cincuenta hijas que se suponen representan las cincuenta lunas que se siceden entre cada una de las celebraciones de los juegos de Olimpia.
Es representada vistiendo túnicas, llevando una media luna sobre su cabeza y portando una antorcha. Va conduciendo un carro de plata tirado por dos caballos o dos bueyes

Helios

Hijo de los titanes Hiperión y Tía, hermano de Seleney de Eos, y, por lo tanto, un titán. Este puesto fue a veces otorgado a Apolo, pero lo más habitual fue que Helios conservara su preminencia como divinidad solar. Dada la importancia de su atribución, el control de lsol era fundamental para la naturaleza. Una vez que se produjo la lucha de los dioses contra los titanes, Zeus conservó a Helios como uno de los dioses que habitaran en el monte Olimpo, pero una vez que Zeus y sus hermanos se repartieton la totalidad del mundo, Helios decidió instalarse en una pequeña isla, Rodas, donde reinar sin injerencias externas; esta isla siempre apareció bajo la protección del dios Sol. posteriormente, también logró bajo su tutela Sicilia y la acrópolis de Corinto, aumentando su reconocimiento en el mundo helénico.
Allí se asentó uniéndose a la nifa Rode, con la que tuvo varios hijos dotados de una gran sabiduría, los helíadas. A pesar de esta unión, Helios no se caracterizó por ser fiel a su amante, ya que tuvo multitud de aventuras, fundamentalmente con ninfas y un enorme número de hijos como Pasifae, Calipso o Circe.
La nifa Clitia se ganó el odio eterno de Helios, ya que ésta se vengó del abandono de este dios inconstante con una nueva amante, denunciando al padre de la joven los amores que se hija mantenía con helios. Esta joven era Leucótoe y su estricto padre al enterarse decidió encerrarla en una cueva profunda, donde ni el sol podía llegar, lo que provocó que Leucótoe ereciera de pena y que Clitia fuera desterrada por Helios, como venganza por su delación.
Los dioses del Olimpo en ocasiones acudían a él, considerado un dios justo y que podía verlo todo, siempre fue apoyado por su hermana Selene. Así, por ejemplo, Hefesto le suplicó en muchas ocasiones que espiara a su esposa Afrodita, para confirmar sus continuas sospechas, que siempre fueron corroboradas.
Se le representa como un joven atlético y guiando un hermoso carro del que tiran cuatro magníficos corceles: Flegonte ardiente, Aetón replandeciente, Pirois ígneo y Éoo amanecer con el que llevaba el sol de un lugar a otro.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Hefesto

Existían varias tradiciones sobre el nacimiento de  Hefesto, una lo hacía hijo de Hera en solitario,  pero la más extendida lo emparentaban con Zeus y Hera, que al nacer y verlo lo arrojó desde el Olimpo para alejarse de su deformidad, ya que nació muy feo y con una cojera irreversible. Tras su expulsión se refugió en la isla de Lemnos, donde demostró una gran capacidad de trabajo. Fabricaba productos de artesanía para los dioses  y tenía su taller bajo el volcán Etna, en Sicilia. Fabricó muchos de los accesorios que lucían los dioses, y se le atribuye la forja de casi todos los objetos metálicos con poderes finamente trabajados que aparecen en la mitología griega: el casco y las sandalias aladas de Hermes, la égida  de Zeus, el famoso cinturón de Afrodita,  la armadura de Aquiles,  las castañuelas de bronce de  Heracles,  el carro de Helios, el hombro de Pélope,  el arco y las flechas de Eros,  el casco de invisibilidad de Hades,  el collar que regaló a Harmonía  y el cetro de Agamenón.  Así mismo también era el forjador de los rayos de Zeus.
Para conseguir su regreso al Olimpo fabricó un trono de oro con unas cadenas invisibles que dejaban al que se sentara en él atado de forma permanente. Una vez construido lo envió al monte Olimpo con indicaciones de que fuera entregado a su madre. Hera al ver tan magnífico trabajo se precipitó a sentarse en él. Una vez que lo hubo hecho las cadenas  la sujetaron de tal manera, que ninguno de los dioses encontraba la manera de liberarla. Nadie conocía el modo de hacerlo salvo Hefesto, por lo que los dioses se vieron en la necesidad de llamarlo para liberarla. Se le encargó la tarea a Dionisio, que gozaba de la confianza del dios, el cual para convencerlo lo embriagó. Hefesto hizo su entrada en el Olimpo montado en un asno y completamente borracho, sin embargo, desató a su madre y el resto de los dioses le pidieron que permaneciera junto a ellos.
En el panteón  olímpico, Hefesto estaba formalmente emparejado con Afrodita, pero ella se entregaba en secreto a Ares,  el dios de la guerra, según se narra en la Odisea.  Cuando Hefesto tuvo noticia de estos amores por Helios,  el sol, que todo lo ve, tejió una red de plata irrompible casi invisible con la que atrapó en la cama a los amantes en uno de sus encuentros. Hesíodo cuenta que el suceso fue motivo de gran algarabía en el Olimpo, pues Hefesto llamó a todos los demás dioses olímpicos para burlarse de ellos.

Es el dios del fuego y de la metalurgia (herrero, protector de las artes del trabajo del metal y artesano por excelencia). Aparece siempre representado como un hombre tremendamente fornido, sudoroso, con una pierna débil y trabajando en una fragua.