El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes
El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

lunes, 21 de octubre de 2013

Heracles

 Hércules fue un héroe tebano, hijo de Zeus y de Alcmena, mujer del general Anfitrión. Para engendrarlo, Zeus se convirtió en la figura de su marido Anfitrión y se unió a ella en su lecho la misma noche que Anfitrión, volviendo de una expedición, concibió junto a su mujer a Ificles, que nació al mismo tiempo que Heracles.

Hera, decidida a matar al hijo de su infiel marido, y mucho más enfurecida por el hecho de que Zeus se jactaba de su hazaña entre los otros dioses, poco después del nacimiento de Heracles, envió dos grandes serpientes para que acabaran con él. El niño era aún muy pequeño pero estranguló a las sepientes en su cuna. Su madre le abandonó temiendo la ira de Hera y el bebé fue recogido por Zeus, quien engañó a Hera de tal modo que ésta dio de amamantar a Heracles convirtiéndolo en inmortal. Estaba dotado de poderes sobrenaturales pero también con debilidades propias de los humanos, representaba lo sobrenatural, lo grandioso. Adquirió una gran fuerza y unas capacidades excelentes debidas, en parte, a la educación que recibió de Quirón, de forma que llegó a ser el hombre más famoso y valiente de su tiempo. Sin embargo también fue educado por otros grandes maestros como Lino (maestro de música), Téutaro ( enseñó el manejo del arco), Cástor y Radamante.


De joven conquistó Orcómeno, tribu que exigía a Tebas el pago de un tributo, y como recompensa, pudo casarse con la princesa tebana Megara, con quien tuvo tres hijos. Todos perecieron a manos de su padre, que los mató a flechazos en un ataque de locura junto con su esposa. Hércules arrepentido de tan horrible crimen, marchó a Delfos a consultar el oráculo del dios Apolo, lo que debía hacer para expiar su crimen. El oráculo le dijo que partiera hacia Tirinto, donde se pondría al servicio del rey Euristeo. Éste, asustado ante la imponente presencia de Hércules y temeroso de que algún día quisiera arrebatarle el trono, decidió deshacerse de él, para lo cual le impuso la realización de doce trabajos, cada uno más dificil que el anterior:
  1. Trabajo 1º: Conseguir la piel del león de Nemea.
  2. Trabajo 2º: Matar la hidra de Lerna.
  3. Trabajo 3º: Capturar la cierva que moraba en el Monte Cerinea.
  4. Trabajo 4º: Capturar el jabalí de Erimanto.
  5. Trabajo 5º: Exterminar los pájaros de la laguna Estinfalia.
  6. Trabajo 6º: Limpiar los establos de Augias, el rey de la Elide.
  7. Trabajo 7º: Capturar el toro de Creta.
  8. Trabajo 8º: Secuestrar las yeguas de Diomedes. 
  9. Trabajo 9º: Conseguir el cinturón de Hipólita, la reina de las Amazonas.
  10. Trabajo 10º: Capturar los toros rojos de Gerión.
  11. Trabajo 11º: Robar las manzanas del Jardín de las Hespérides.
  12. Trabajo 12º: Capturar a Cerbero.

Heracles  tuvo muchas amantes, y lograr sus atenciones le costó muchos problemas: para conquistar a Onfale debió despojarse de todo aquello que siempre había sido suyo, y el amor de Deyanira le supuso un nuevo enfrentamiento y asesinato, esta vez de Aqueloo. La muerte de Heracles vino directamente causada por la propia Deyanira. Un día cuando ambos viajaban juntos, Heracles confió su esposa al centauro Neso para que la cruzara de una parte a otra del río, mientras él recorría otra parte más intricada del mismo, pero más interesante para sus propósitos. Sin embargo, Neso intentó poseer a Deyanira y Heracles acudió para matarlo, lo que consiguió, a pesar de su velocidad, lanzándole una flecha. Sin embargo, antes de morir Neso le dio a Deyanira una túnica que, según él, servía para avivar el amor de los maridos infieles.
Mucho tiempo después, cuando Heracles estaba de viaje y junto a la bella Iole en Eubea, Deyanira le envió la túnica y en cuanto Heracles la abrió, empezó a sufrir un fuerte dolor provocado por el intenso veneno que había consumido. Heracles, viendo que iba a morir, hizo una gigantesca pira con troncos de árboles, se tumbó en ella e hizo que Filoctetes la encendiera. Heracles murió incinerado, pero pronto fue sacado del Hades por los dioses que en agradecimiento a su comportamiento, lo subieron al Olimpo, lo convirtieron en semidios y lo desposaron con Hebe.

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