El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes
El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Calisto

Calisto fue una ninfa, hija de Liacón, que pertenecía al cortejo de Artemisa y con la que ésta tenía una especial relación.  Como todas las ninfas pertenecientes al cortejo de la diosa, había hecho el obligatorio voto de castidad. Un día Zeus intentó seducirla y para ello adoptó la figura de Artemisa, con lo que la ninfa, engañada, se entregó a Zeus, puesto que confiaba en su diosa. Juntos tuvieron un hijo llamado Arcas, Hera, enormemente celosa y enojada por la infidelidd de su esposo, castigó a Calisto convirtiéndola en osa, y poco después Artemisa le dio caza, provocándole la muerte en castigo por haber roto su virginidad.
Zeus decidió transformarla en constelación junto con su hijo: la Osa mayor y la Osa menor. Pero Hera, aún dolida por lo ocurrido, rogó a Poseidón que no permitiera que las dos constelaciones reposaran en el mar, y, por eso, en el hemisferio Norte, nunca se ven pasar el horizonte.


martes, 20 de octubre de 2015

Pasifae

Hija del dios Helios y la ninfa Perseis, y casada con el rey de Creta, Minos, cuya descendencia fueron Androge, Deucalión, Glauco, Catreo, Acalis, Ariadna y Fedra. Era una hermosa mujer que tenía un defecto, estaba locamente enamorada de un toro, consagrado a Poseidón, y que era considerado un animal sagrado en Creta.
El origen de tal amor estaba en un conjuro provocado por Afrodita a esta reina, a petición de Poseidón, pues Minos se había negado a inmolar como sacrificio, dicho toro, al dios del  mar.
Pasifae solicitó a Dédalo su ayuda para unirse a él y éste moldeó una vaca de madera donde Pasifae  pudo ocultarse para consumar su unión con el semental, naciendo un horrible monstruo, el Minotauro.


Patroclo

Caudillo griego en la guerra de Troya y amigo del alma de Aquiles. Durante el décimo año de la guerra, Aquiles retiró sus tropas, Los Mirmidones, porque discutió con Agamenón, el comandante de las fuerzas griegas. Sin Aquiles los griegos perdieron muchos hombres contra los troyanos. Finalmente como los troyanos llegan a quemar los barcos griegos, Patroclo persuadió a Aquiles para que lo dejara dirigir a Los Mirmidones y así rescatar a los griegos que habían sido hechos prisioneros. Vestido con armadura  de Aquiles, Patroclo hizo retirar a los troyanos hasta las murallas de su ciudad.

Héctor, en uno de los muchos combates que se desarrollaban a las puertas de la ciudad, consiguió herir de muerte a Patroclo, y éste, ya moribundo, le profetizó su muerte a manos de Aquiles.

Tras la muerte de Patroclo, Aquiles cayó en una profunda tristeza y decidió volver al combate para poder vengar la muerte de su amigo.

Níobe

Hija de Tántalo y la reina de Tebas. Su esposo el rey Anfión, era hijo de Zeus y estaba reconocido como un gran músico. Níobe tuvo la fortuna de tener seis hijos y seis hijas, todos ellos dotados de una hermosura y gracia excepcionales. Este hecho la llenaba de alegría y colmaba su felicidad.
Sin embargo Níobe, aunque feliz, también era tremendamente arrogante, cualidad que había aprendido de su padre. Así se jactaba siempre de las proezas de sus hijos, pero un dia llegó demasiado lejos al burlarse de la diosa Leto y considerarse superior a ella, puesto que ésta tenía sólo dos hijos, mientras ella tenía doce. La diosa escuchó sus palabras en el Monte Olimpo y decidió castigarla, por lo que solicitó la ayuda de sus amorosos hijos, los dioses Apolo y Ártemis, que dispararon sus flechas contra los hijos de Níobe, matándolos a todos. La apesadumbrada Níobe fue convertida en una piedra, la cual siempre estaba mojada por sus lágrimas.

La leyenda de Níobe parece estar inspirada en acontecimientos reales. Durante el reinado de su marido Anfión se desencadenó una peste que asoló la ciudad de Tebas; la familia real sucumbió a causa de la epidemia, excepto Níobe, que vio expirar a todos sus hijos. Esta tragedia la sumió en tal estado de desesperación, que durante días y días permaneció inmóvil, llorando como una roca azotada por el oleaje.
Este mito ha sido utilizado como tema literario desde la Antigüedad como tópico referente al desconsuelo ante la pérdida de los hijos.









jueves, 11 de junio de 2015

Las Nereidas

Eran las cincuenta hijas de Nereo y de Doris, hija de Océano, consideradas las ninfas del mar. Aunque vivían en el fondo, subían a la superficie para ayudar a los navegantes, entre los más destacados están los Argonautas, a los que acompañaron montadas en unos animales marinos similares a los delfines. Para ser honrados con su ayuda se les ofecían bosques sagrados, altares en las orillas de mares y acantilados, e incluso leche, aceite y miel. Representaban todo aquello que hubiese de hermoso en el mar.

Las más importantes fueron Tetis, mujer de Peleo y madre de Aquiles; Galatea, amante de Acis y que enamoró al cíclope Polifemo, y Anfitrite, mujer del fabuloso Poseidón. Otras nereidas importantes fueron Casiopea, madre de Andrómeda; Calipso, reina de Ogigia; Clicia; Aretusa; Cimotoe; Pánope; Espio; Cimoe y Clímene.

Eran representadas como joviales muchachas desnudas portando a veces coronas de coral, el tridente de Poseidón o pequeños peces de colores, que viajaban cabalgando en caballitos de mar o en delfines. En alguna ocasión se las representó con cola de pez.


" De aquí y allá peñas descomunales y escollos gemelos
contra el sielo amenazan, bajo cuyo pico anchamente
a resguardo está en silencio la mar; además un decorado de bosques cimbreantes
hay por encima, y negra arboleda se cierne con sombra espantable.
Bajo el frente del fondo, una cueva de escollos colgantes,
dentro dulces aguas y asientos de roca viva,
morada de ninfas. Aquí a las naves cansadas maroma
ninguna retiene, no las amarra el ancla con su corva mordida."

La Eneida de Virgilio, libro I versos 162-169.


viernes, 15 de mayo de 2015

Minos

Era hijo de Zeus y Europa, entre sus hermanos estaban Radamanto y Sarpedón. Desde la ciudad de Cnosos, en la isla de Creta, colonizó multitud de islas del mar Egeo, creando una próspera civilización. Poseidón le envió un toro blanco para que fuera sacrificado en su nombre, pero Minos se negó a realizar tal acto y entonces, por deseo del dios del Mar, la desgracia se cernió sobre su familia: su mujer, Pasifae, se enamoró de dicho toro; sus hijas Fedra y Ariadna sufrieron terribles males de amor; y otro de sus hijos, Androgeo, murió prematuramente. De los amores de Pasifae y el toro enviado por Poseidón a Minos, nació el Minotauro, monstruo con cuerpo de hombre y cabeza de toro.
Gracias a su enorme potencia militar consiguió de Atenas la promesa de enviarle cada cierto tiempo siete mancebos y siete vírgenes para dar de comer al horrible Minotauro, lo que provocó su enfrentamiento y derrota frente a Teseo. También encerró a Dédalo y a su hijo en una isla, y cuando éstos huyeron, Minos lleno de ira emprendió la persecución de tales personajes. Halló a Dédalo en los reinos de Cocalo y dispuso una enorme flota frente a sus costas amenazando con la guerra si no se lo entregaban.
Entonces, Cócalo ideó una estratagema para vencerle, le invitó con grandes honores a sus posesiones y poco después le llevaron a una sala de baños de vapor, donde los esclavos de Cócalo le retuvieron durante tanto tiempo que se asfixió completamente. Otra versión afirma  que Minos iba planteando en todos los lugares por los que pasaba un acertijo que sabía que sólo Dédalo resolvería. Consistía en averiguar cómo enrollar un hilo a través de una concha de caracol. Cócalo pudo resolverlo con la ayuda de Dédalo, quién ató una fina hebra a la pata de una hormiga e hizo que esta se moviera hasta el final de la concha. Debido al éxito de Cócalo en este enigma, Minos pudo saber que Dédalo se encontraba allí y se preparó para apresarlo, pero las hijas de Cócalo no querían desprenderse de su especial compañía e idearon un plan para  matar al rey Minos, mientras se bañaba gracias a un instrumento creado por el propio Dédalo virtieron sobre él agua hirviendo.
Tras su muerte pasó a ser uno de los tres jueces que sentencian a los muertos en el Hades, junto a Eaco y Radamantis.

En las representaciones artísticas aparece con barba y pelo rizado recogido con una diadema, altivo y solemne como las representaciones de su padre Zeus.




La Odisea canto XIX, 178: " En medio del vinoso Ponto, rodeado del mar, hay una tierra hermosa y fértil, Creta; y en ella muchos innumerables hombres, y noventa ciudades, Allí se oyen mezcladas varias lenguas, pues viven en aquel pais los aqueos, los magnánimos cretenses indígenas, los cidones, los dorios, que estan divididos en tres tribus, y los divinos pelasgos. Entre las ciudades se halla Cnosos, gran población, en la cual reinó por espacio de nueve años Minos que conversaba con el gran Zeus y fue padre de mi padre, del magnánimo Deucalión."

miércoles, 18 de marzo de 2015

Narciso

Era un joven muy bello, hijo del río Céfiso y de la ninfa Liríope. Debido a su gran belleza todas las personas que le rodeaban, incluidos muchachos, se enamoraban de él, pero Narciso rechazaba a todos con idéntico desdén. Una de las mujeres que sufrió su abandono fue la ninfa Eco, quien se consumió en unas rocas intentando consolar su sufrimiento.
A causa de los males que Narciso había provocado a Éco, la diosa de la Venganza divina, Némesis, castigó a Narciso haciendo que se enamorara de sí mismo. Un día que se acercó a un río a beber, a través de su propia imagen reflejada en las aguas se quedó fascinado. Pasó mucho tiempo en esta posición, y sujeto por su pasión, terminó tirándose a las aguas, muriendo ahogado. Donde su cuerpo cayó creció una bonita flor que hizo honor a su nombre y a su belleza.
En psicoanálisis, el mito de Narciso se recoge con el término narcisismo, o amor morboso del individuo hacia sí mismo.




domingo, 1 de febrero de 2015

Mirra

Era una bella joven hija de Tías o Cíniras. Su padre, o tal vez ella, se habían jactado de su hermosura,defendiendo que era mayor que la de la propia Afrodita, diosa de la Belleza. Enojada ésta por tales afirmaciones, provocó en el corazón de Mirra un amor loco por su padre, y logró que Mirra,ayudada por su criada que había emborrachado a su padre, se uniera a él carnalmente durante once noches.En la duodécima cita Tías descubrió el engaño y que su hija estaba embaraza y trató de matar a Mirra pero no lo consiguió a causa de su estado ebrio. Ésta, consiguió huir pero temiendo aún el peligro de la persecución de su padre, pidió ayuda a los dioses, que la convirtieron en el árbol de la mirra. Al cabo de diez meses desde que esa conversación ocurriera, un jabalí golpeó el árbol y, abriéndose su tronco nació Adonis, de quien se ocupó Afrodita.







jueves, 22 de enero de 2015

Midas

Midas era un rey de Frigia que contaba en su poder con innumerables tesoros y riquezas. A pesar de ello era ambicioso y codicioso y siempre estaba deseando más y más bienes materiales.
Un dia se encontró a Sileno (sátiro que crió a Dionisio) borracho y perdido en un bosque y  después de agasajarlo con guirnaldas de flores y exquisitos platos culinarios, le acompañó a la comitiva de Dionisio. El dios encantado con la amabilidad de Midas le premió con lo que el rey más deseara, y éste no dudó en solicitar la cualidad de convertir en oro todo lo que tocase. Ansioso por comprobar si su nuevo poder funcionaba realmente, fue rozando las ramitas del bosque, y éstas se convirtieron en oro y cogió piedras del camino, que también se transformaron en pepitas de oro. En su viaje, sus sirvientes fueron recopilando todo aquello que transformaba en oro, pero pronto esta tarea se hizo muy pesada; el caballo que transportaba a Midas se convirtió en una pesada estatua de metal y la cama donde  dormía adquirió el mismo carácter. El rey, no obstante, siguió igual de feliz que siempre.
Al llegar a palacio pidió una suculenta comida y de nuevo quedó encantado al ver que todos los cuencos y copas se convertían en oro, aunque menos regocijo le produjo que lo que intentaba comer dejase de ser alimento  al contacto con sus labios. Tampoco podía beber, pues el agua era hielo, muy valioso pero hielo, y el vino oro líquido.
Pronto la presencia de tanto dorado en su casa dejó de resultarle gratificante. Ver como sus hijos se transformaron en oro al abrazarlos le produjo un gran tormento, y decidió tratar de acabar con su mágica capacidad. Midas fue a visitar a Dionisio, rogándole seriamente que le retirase el poder que antaño le había concedido, el dios criticó el alocado sentir del rey pero de nuevo le concedió el deseo, indicándole que para liberarse del hechizo debía bañarse en las limpias aguas de la fuente de Pactolo.
Midas se dirigió hacia alli recorriendo un largo camino por el que dejó sus huellas doradas. Al llegar a la fuente de heladas aguas, el monarca zambulló todo su cuerpo y el hechizo desapareció. Midas pudo comer y beber y disfrutar de una vida jovial y sencilla como cualquier mortal.

Demasiada había sido la bondad y suerte que Midas había obtenido de Dionisio, y para compensarla, pronto le ocurriría algo que trocaría su afortunado destino. Un día Midas se encontró en un bosque a Pan y Apolo, que discutían sobre qué instrumento era más agradable al oído, si la flauta de caña de Pan o el laud de Apolo. Decidieron que Midas sería el juez en tan melodiosa disputa. Midas que era un poco duro de oído, decidió que Pan emitía la música más suave, y Apolo le castigó dotándole de unas enormes orejas de burro, que Midas pudo ver reflejándose en cada lago que encontraba. En su camino se escondía de los demás, avergonzado de su aspecto. Para esconder sus orejas, empleaba un largo turbante, no sabiendo nadie más que su barbero lo que dicho turbante ocultaba.
El barbero de Midas sabía que no podía contar el secreto, o la ira del rey se descargaría sobre él en forma de muerte, tal y como Midas le había amenazado, pero no pudiendo resistir la tentación, cavó un hoyo en la tierra donde nadie podía oirle y susurró: "Midas tiene orejas de burro". En el hoyo nació pronto una mata de cañas que cuando el viento las movía susuraban: "Midas tiene orejas de burro"