El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes
El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

jueves, 18 de mayo de 2017

Penélope

Era la esposa de Odiseo (Ulises), rey de Ítaca, con el que tuvo un hijo llamado Telémaco. Cuando su esposo partió a la guerra de Troya, sabía que permanecería muchos años sola, aún así confiaba en la fuerza de su amor para soportar tan larga ausencia.
Despúes de la Guerra de Troya, Odiseo  tardó diez largos años en regresar a su patria, tan dilatado período provocó que hasta la isla llegara la falsa noticia de su muerte, por lo que Penélope comenzó a verse asediada por multitud de pretendientes, ya que esa boda suponía conseguir el trono de una de las tierras más ricas y prósperas de Grecia.

Penélope no creía que Odiseo hubiera muerto por lo que se negaba a casarse con otro; así, ideó un sistema que prolongara la decisión sobre su futuro matrimonio. Empezó a tejer un sudario para Laertes, padre de Odiseo, que ya era muy viejo, mientras convencía a los aspirantes a su mano que no se decidiría por ninguno antes de haberlo terminado.
Ellos aceptaron este plazo y mientras, Penélope deshacía por la noche el trozo  que había tejido durante el día para ir ganando tiempo. Sin embargo, tal engaño, no era posible mantenerlo por tiempo indefinido y al cabo de tres años, una criada descubrió la trampa, delatándola ante sus pretendientes que decidieron obligarla a elegir. Justo en ese momento fue cuando Odiseo consiguió arribar a las costas de Ítaca, al llegar a palacio se disfrazó de mendigo y solicitó audiencia con la reina, que estaba atribulada, ya que debía elegir un nuevo marido.
Penélope, aconsejada por su hijo Telémaco, decidió que aquel de sus pretendientes que fuera capaz de doblar el famoso arco de Odiseo, se convertiría en su nuevo esposo; uno tras otro todos intentaron dominar el arma de Odiseo y ninguno lo consiguió, salvo un mendigo que observaba la escena desde un rincón. Cuando la hazaña se había cumplido, Odiseo se descubrió ante el temor de los hombres que habían asediado a su esposa, a los que masacró con la ayuda de su hijo.

Tras los veinte años de espera que concluye Penélope, es consideraba símbolo de fidelidad conyugal.


 

viernes, 28 de abril de 2017

Paris

Hijo de Príamo y Hécuba, reyes de Troya. Cuando Hécuba estaba embarazada, tuvo un sueño, después aclarado por un oráculo, en el que se afirmaba que el niño que llevaba en su seno destruiría su patria. Ante este hecho, Príamo ordenó a su oficial Arquelao que lo hiciera desaparecer, pero éste, ante los ruegos de Hécuba, lo confió a unos pastores encargados de su educación.

Paris creció robusto, hermoso e inteligente, hasta tal punto que la bella ninfa Oenona, se casó con él. Partició en los juegos fúnebres que se celebraban en Troya en su honor,  allí ganó y fue reconocido por Casandra como el difunto hijo del rey. Alcanzó mucha fama tras su participación en los juegos de Troya y fue reconocido incluso en el Olimpo, donde Hermes le propuso como árbitro del problema en el que por aquel entonces se encontraban: decidir sobre la belleza de las diosas.

Eris, la diosa de la discordia, la única no invitada a la boda del rey Peleo y de la nereida Tetis, apareció al final de la celebración envuelta en una nube y lanzó en el banquete una manzana de oro que decía estar destinada a la más hermosa. Zeus se negó a asignar este título a una de las tres aspirantes: Hera, Atenea y Afrodita, por lo que éstas, finalmente pidieron a Paris, príncipe de Troya, que diera su veredicto. Todas intentaron sobornarlo. Hera le ofreció ser un poderoso gobernante, Atenea una gran fama militar y Afrodita le prometió la mujer más hermosa de la tierra. Ganó Afrodita y ésta tuvo que ayudarle a lograr a Helena, hija adoptiva de Tíndaro y esposa de Menelao, que vivía en Esparta.

Paris llegó a Esparta con un gran bagel y fue atendido con todos los honores por el rey, pero no abandonó sus propósitos y se dedicó a agradar a Helena con las palabras más afectuosos y las atenciones más exquisitas. Al poco tiempo, Menelao tuvo que irse a Creta a resolver un asunto urgente y Paris aprovechó para abrir su corazón a Helena, quien abjuró de su patria y se fue con él. Entonces, Menelao, ofendido en lo más profundo de su ser, llamó a todos sus colaboradores y a sus ejércitos e inició la llamada guerra de Troya. Durante esta guerra, Paris luchó  contra los griegos, tuvo que ser rescatado varias veces por Afrodita y finalmente fue herido por Filoctetes. Entonces, Paris volvió junto a Oenona, quien intentó curarlo compasiva y aún enamorada, pero no lo consiguió. Paris murió a los pocos días y junto a él fue enterrada Oenona, que falleció de tristeza. Helena, ahora ya, de Troya, sufrió múltiples calamidades, siendo castigada por sus acciones.

A pesar de haber pasado a la historia como un hombre afeminado y envanecido de sí mismo, también es cierto que durante el asedio troyano se distinguió en el combate, hiriendo a Diomedes, Macaón, Antíloco y Palamedes; y, sobre  todo, siendo el autor del disparo de flecha que acabó con la vida de Aquiles.

Iconográficamente Paris es representado como un hombre joven y guapo, un poco afeminado y con  un gorro frigio haciendo alusión a su origen. El tema del juicio de Paris, ha sido muy recurrente a lo largo de la Historia del Arte desde el Renacimiento.






sábado, 4 de marzo de 2017

Pandora

Zeus, gran señor del Olimpo, estaba enojado con el titán Prometeo por la osadía de éste al robar el fuego y dárselo a los hombres.  Por lo que ordenó a Hefesto que creara una mujer  de arcilla y se la diera a Prometeo por esposa. Éste amasó la arcilla y modeló el cuerpo de una virgen semejante a las diosas. Una vez terminada su figura, le prestó una chispa de su fuego como alma y la llamó Pandora, se abrieron sus ojos, el movimiento animó sus miembros y su boca comenzó a articular palabras. Cada dios le concedió una perfección. Afrodita la hermosura; Atenea la sabiduría; Hermes la elocuencia; Apolo el talento para la música; y Zeus añadió una caja extremadamente hermosa y cerrada que Pandora debía ofrecer a su esposo como regalo de boda.

De esta manera tan extraordinaria esta mujer fue llevada ante Prometeo  que había sido elegido para ser su esposo. Pero el titán, astuto por naturaleza, receló de los presentes de Zeus, ya que la enemistad entre ambos era manifiesta y nada soterrada, por lo que no quiso recibir ni a Pandora y mucho menos la caja. Para evitar un enfrentamiento mayor con los dioses del Olimpo, que se desataría si rechazaba abiertamente el presente tan divino, decidió entregársela a su hermano Epimeteo, no sin antes advertirle de sus recelos y rogarle precaución.
Pandora ofreció a su esposo el regalo de bodas que Zeus le había otorgado, Epimeteo, quizás obnubilado por la hermosura de su esposa, olvidó la advertencia de su hermano Prometeo y abrió la caja misteriosa. En ella se hallaban encerrados todos los males que pueden afligir a la raza humana (enfermedades, guerras, hambres...) que se extendieron por toda la tierra. Cuando cerró la caja quedó en el fondo la Esperanza cuya huida pudo evitar. Por eso se ha dicho siempre que puede perderse todo, pero que la esperanza siempre prevalece en el espíritu de los hombres.





A causa del mito, se llama "caja de Pandora" a todo aquello que, a pesar de su aparente belleza, puede causar toda clase de males.

jueves, 23 de febrero de 2017

Orión

Era un hermoso gigante de tamaño colosal, cuyos padres fueron el dios Poseidón y Euríale, una de las gorgonas. Orión destacó entre todos los héroes existentes por su tamaño y su fuerza. Era tan grande que cuando se adentraba en los mares más profundos el agua no le llegaba más que hasta los hombros.

Orión se enamoró de Mérope, hija de Enopión, rey de Quíos, e intentó casarse con ella, pero su padre denegaba tal permiso constantemente por lo que un día el bello gigante intentó tomarla por la fuerza. Como castigo, Enopión consiguió, con ayuda de Dionisio, adormecerlo y cegarlo. Orión acudió a un oráculo para curar su ceguera y éste le dijo que lo lograría si viajando hacia el Este permitía que los rayos del sol le dieran directamente en los ojos.

Recobrada la vista se trasladó a Creta. Allí, ya que era un magnífico cazador y de hecho perseguía a las bestias en el Hades y en los cielos, acompañado de su perro Sirio, comenzó a trabajar en el séquito de Artemisa, diosa de la caza. A partir de este punto, existen múltiples y muy diferentes versiones sobre el final de la vida de Orión. Según una de ellas, Orión se convirtió en favorito de Artemisa y le dio múltiples atenciones. Henchido de orgullo y protegido por la diosa, se atrevió a afirmar que ninguna de las grandes bestias y monstruos existentes en el mundo le daba miedo y que podía destruir a todas ellas. Gea, la diosa de la tierra, se sintió herida ante tales afirmaciones y le envió un simple escorpión que le provocó la muerte.

Otra leyenda afirma que Apolo, hermano gemelo de Artemisa, estaba indignado de que su hermana amase a tal gigante y la desafió a que acertase con un arco y una flecha una pequeña figura, que sobresalía en un lugar muy alejado del que se encontraban, la isla de Ortigia, en mitad del mar. Artemisa acertó en el blanco como gran cazadora que era pero ese blanco era Orión, quien murió al instante. Artemisa desconsolada por la pérdida, pidió a Zeus que fuera trasladado al cielo y convertido en constelación.

La constelación que lleva su nombre se encuentra en el ecuador celeste, cerca de Tauro, y es alargada con tres estrellas en línea cerca del centro, que representan su cinturón y otras tres más apagadas que constituyen su espada. Alpha Orionis, conocida como Betelgeuse, y Beta Orionis, llamada Rigel, son las dos estrellas más importantes de la constelación.


Hizo figurar en él la tierra, el cielo y el mar,
el infatigable sol y la luna llena,
así como todos los astros que coronan el firmamento:
las Pléyades, las Híades y el poderío de Orión,
y la Osa, que también denominan con el nombre de Carro,
que gira allí mismo y acecha a Orión,
y que es la única queno participa de los baños en el Océano.

La Ilíada de Homero, Canto XVIII, 485-490






Orión es considerado un símbolo popular para la ciudad de Messina. Se le considera  el constructor del promontorio de Peloris (Punta del Faro), creando así el actual Estrecho de Messina.

martes, 17 de enero de 2017

Orfeo

Existen diferentes versiones sobre la procedencia de este magnífico héroe civilizador, a la vez teólogo, reformador de la moral y las costumbres, poeta, y célebre músico. Según unas versiones sus padres fueron la musa Calíope y el dios Apolo, de ahí sus especiales encantos artísticos. Otras leyendas afirman que sus padres fueron Eagro, rey de Tracia, y la propia Calíope o, según diferentes mitos, Apolo y otra musa, esta vez Clío.
Parece ser que de Apolo, o de Hermes, recibió una lira, a la que ó añadió dos cuerdas hasta un total de nueve (en honor a la musas), con las que tocaba ingeniosas y excepcionales melodías. Toda la naturaleza y, por supuesto, todos los hombres y dioses, quedaban embelesados al oírlo cantar con sus instrumentos. Incluso las rocas se le acercaban para escucharle y los ríos retrocedían su curso con el mismo fin. Amansaba las fieras que se reunían a su alrededor. Además, su gran capacidad musical le resultó muy útil en diversas ocasiones: acompañó a los Argonautas en su viaje y con ellos consiguió hazañas tales como mover su barco desde la playa hasta el mar, separar dos islas errantes que impedían el paso de los navíos, dormir al dragón que guardaba el vellocino de oro o liberar a los expedicionarios de los encantos mortales de las sirenas.

Sin embargo, el canto no era la ocupación favorita de Orfeo, pues éste era un personaje muy erudito y con importantes inquietudes filosóficas, y por eso se dedicó a investigar el mundo que le rodeaba. Viajó a Egipto, y allí se unió a los grandes sacerdotes del lugar, que le enseñaron los misterios de Isis y Osiris. En sus investigaciones religiosas también viajó a Fenicia, Asia menor y Samotracia, y a su vuelta a Grecia enseñó a los suyos todo lo que había aprendido instituyendo una importante disciplina religiosa conocida como "orfismo", que implicaba un sistema filosófico concerniente a cuestiones como el pecado y la purificación, así como con la vida después de la muerte. También instituyó algunos de los cultos a Dionisio y a Deméter.

Tantos eran pues sus encantos y sabiduría, que muchas mujeres y ninfas le pretendían en matrimonio, si bien, solamente Eurídice, modesta pero encantadora, llamó la atención de Orfeo, quien se casó con ella y fue correspondido a lo largo de su vida.
Su unión fue extremadamente feliz, pero poco duradera. Un día Eurídice estaba huyendo de Aristeo, quien la perseguía para tomarla por la fuerza, y como Eurídice era mucho más veloz que él y más ágil e inteligente consiguió alejarse de su raptor, pero en su carrera, o tras ocultarse en unos matorrales, fue mordida en el talón por una serpiente cuyo veneno le provocó la muerte súbita. Orfeo quedó enormemente desconsolado y propuso devolverle la vida costase lo que costase. Imploró a los dioses de los cielos su devolución al mundo de los vivos, pero no tuvo ningún éxito, y se dispuso a descender a los infiernos, donde pretendía obtener la ayuda de Hades y de su esposa. Se dirigió a dicho lugar entonando canciones sobre su profunda tristeza, éstas eran tan bellas que ablandaron el ánimo de Hades, quien le prometió devolverle a Eurídice a cambio de que mientras subiera al mundo terrenal, debíe ir delante de su amada y no mirar hacia atrás hasta llegar del todo a la superficie. Orfeo comenzó el ascenso al mundo del que provenía, la subida era lenta, pues Eurídice aún estaba herida. Cuando estaban apunto de llegar a la salida, Orfeo giró la cabeza ansioso, la vio por un momento e intentó abrazarla, pero en ese instante su amada se desvaneció para siempre en el mundo de los muertos y Orfeo sólo pudo alcanzar vapor.
La desgracia le cegó e intentó de nuevo penetrar en el Hades pero no lo consiguió. Orfeo se quedó en las puertas del infierno siete días más pero al ver que no obtendría lo que quería, se fue.

A partir de entonces estuvo vagando por el desierto tocando su lira, encantando a piedras y animales, sin comer nada, y rechazando en todo momento la compañía humana. Terminó en una región de Tracia, donde muchas de las mujeres allí existentes intentaron desposarse con él, aunque sin éxito alguno. Estas mujeres, en venganza por los rechazos que sufrían, durante unas fiestas en honor de Dionisio, acallaron con sus griteríos la voz de Orfeo para que no perturbara sus deseos asesinos, rodearon al héroe y lo mataron, despedazándolo en muchos trozos. Según otra versión, estas mujeres actuaron así movidas por los dioses del Olimpo, que no podían permitir que un hombre vivo conociera los secretos del submundo. Sea como fuere, su cabeza fue arrojada al río Hebro, y cuando llegó a las costas de Lesbos, las musas la recogieron y la sepultaron. Durante todo este trayecto, Orfeo siguió llamando a Eurídice. Tras su muerte, la lira de Orfeo se transformó en la constelación Lira, que contiene a la estrella Vega, la más brillante de todas las que se pueden contemplar, desde el Hemisferio Norte.

El alma de Orfeo encontró en el inframundo el alma de Eurídice, y desde entonces son inseparables.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Hades

El inframundo o Hades era el reino de los muertos y se encontraba en las profundidades de la tierra. A él se accedía  a través de la laguna Estigia, en una barca guiada por el barquero Caronte. Una vez habían cruzado la masa de agua y las zonas pantanosas que la concluían, llegaban a la puerta del Hades, donde eran  recibidos por Cerbero, el perro con tres cabezas que vigilaba dicha puerta, encargado de no dejar entrar ni salir a nadie. Todo el que pasaba la puerta del Hades no volvía al mundo de los vivos, excepto algún héroe que se coló con alguna triquiñuela como fue el caso de Eneas.

El inframundo era el reino del dios Hades, donde moraba con su esposa Proserpina, que lo acompañaba en sus labores oscuras durante el invierno, y en primavera, volvía a la superficie terrestre con su madre Démeter.

La descripción más antigua conocida del inframundo la realiza Homero en sus obras la Ilíada y la Odisea (Canto XI), aunque la más detallada la ejecuta Virgilio en la Eneida (Libro VI).

Según la mitología griega la geografía del mundo subterráneo  distingue varias regiones dentro del reino de Hades:

1) Los Campos de Asfódelos, donde las almas de los héroes vagaban abatidas entre espíritus menores.
2) El Tártaro, era una gran prisión fortificada rodeada por un río de fuego llamado Flegetonte. Allí se encontraban las almas condenadas.
3) Las Islas Elíseas, eran gobernadas por Crono. Allí residían los grandes héroes míticos.
4) Los Campos Elíseos, eran gobernados por Radamantis. Era la morada de los muertos virtuosos y los iniciados en los misterios antiguos.




"El héroe se encontró con la Sibila de Cumas junto al  lago Averno, situado en el interior del cráter de un volcán, donde se pensaba que estaba uno de los accesos al mundo de ultratumba. Después de advertir a Eneas de los peligrosos riesgos de la empresa, la Sibila le informó que para llegar al Hades era necesario encontrar un ramito de oro, que Proserpina, la reina del Averno, pedía recibir como regalo, escondido en las frondas de un árbol del bosque cercano: si conseguía cogerlo tendría la confirmación de deber llevar a cabo el viaje." La Eneida libro VI.

sábado, 19 de noviembre de 2016

Caronte

        Hijo de Erebo, dios de la oscuridad, y Nix, diosa de la noche. En griego, Caronte significa "brillo intenso", refiriéndose a la luz que guía a las almas al Hades.

Era el barquero que ayudaba a las almas a acceder al inframundo. Una vez llegados al destino, las almas recibían un castigo en función a la vida que habían llevado. Caronte las transportaba en una barca  que cruzaba la laguna Estigia, a cambio le abonaban un óbolo (moneda griega de plata). De esta transacción viene la costumbre de la antigua Grecia de enterrar al difunto con una moneda en la boca. Los que no podían pagar el transporte al Hades, permanecían vagando durante cien años por las orillas de la laguna hasta que Caronte se apiadaba de dichas almas y las ayudaba a cruzar sin coste alguno.
La laguna o río Estigia era el límite entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos. Según la mitología clásica existían cinco ríos infernales: Estigia, Flegetonte, Lete, Aqueronte y Cocito, que confluían en una enorme ciénaga que desembocaba en el Hades.

Según la Historia del Arte, Caronte es representado como un anciano de barba gris y ropajes andrajosos, que en ocasiones puede aparecer con un sombrero redondo. Lleva una larga vara para remar y castigar a las almas que no remen o se quejen durante el trayecto.


Guarda aquellas aguas y aquellos ríos el horrible Caronte, cuya suciedad espanta; sobre el pecho le cae desaliñada luenga barba blanca, de sus ojos brotan llamas; una sórdida capa cuelga de sus hombros, prendida con un nudo: el mismo maneja su negra barca con un garfio, dispone las velas y transporta en ella los muertos, viejo ya, pero verde y recio en su vejez, cual corresponde a un dios.

La Eneida de Virgilio. Libro VI, 297/303






Y las almas, desnudas, sollozaban
y, rechinando dientes, blasfemaban
de Dios y de sus padres y de la vida.
Caronte, entre amenazas, las recoge
y la que rezagada se le antoje,
es a golpe de remo conducida.

Como una a una las hojas van cayendo
en otoño, y la rama demudada
ve los despojos, como en desbandada
las aves al reclamo, iban viniendo
las almas pecadoras, que gimiendo
entraban en la barca desdichada,
que lleva a la otra orilla la malvada
descendencia que grita enloqueciendo.

La Divina Comedia de Dante. Canto III, La Puerta de la Muerte.


miércoles, 19 de octubre de 2016

Cerbero

En griego, Cerbero significa guardián del pozo. Era hijo de los monstruos Equidna y Tifón, y hermano de Ortro. Cerbero era un perro con tres cabezas y cola de serpiente. Según Hesiodo tenía cincuenta cabezas. El nombre de las tres cabezas era: veltesta, tretesta y drittesta, es decir: cabeza izquierda, tercera cabeza y cabeza derecha.

La Eneida de Virgilio, Libro VI (85/86)

Enfrente a do saltaron, guarecido
en la ancha gruta en que a placer se extienda,
el can trifauce con feroz ladrido
los ámbitos atruena que defiende:
viéndole que de víboras ceñido
sacude el cuello y ya en furor se enciende,
narcótico manjar con miel dorado
echa la maga al monstruo espeluznado.

El cual tragó la torta engañadora
con triple boca y con voraz garganta,
y, largo cuanto el ancho donde mora,
le abate el sueño. Con ligera planta
aprovechando la oportuna hora,
a las puertas Eneas se adelanta
y traspone volando la ribera
deaguas que nadie repasen espera.




Hades, el dios del inframundo, era el dueño de tan monstruoso animal y lo utilizaba para vigilar la entrada al Averno. Su función principal era cerciorarse que las almas de los muertos no salieran y que los vivos no pudieran entrar. Estaba encadenado a las puertas de tan oscuro lugar y aterrorizaba a las almas cuando entraban. En varias ocasiones fue burlado permitiendo involuntariamente el paso:

  • Orfeo lo durmió plácidamente tocando su lira y accedió para buscar a su amada Eurídice, muerta por la picadura de una serpiente.
  • Uno de los doce trabajos de Heracles consistió en bajar al inframundo y capturar a Cerbero para presentárselo a Euristeo. Hades le concedió a Heracles llevarse al can a condición de no hacerle daño alguno.
  • Hermes, mensajero que lleva las almas al inframundo, logró dormir a Cerbero usando agua del río Lete.
  • Eneas lo dejo dormir dándole tortas de miel con adormideras para acceder al Averno.
  • Psique en su visita al Hades para recoger un poco de la belleza de Perséfone, le suministró al can un pastel de cebada con adormidera para dormirlo y entrar sin problema al reino de la oscuridad.
La Divina Comedia de Dante, Canto VI (tercer círculo)

Estoy en el tercer círculo, el de la lluvia
eterna, maldita, fría y densa:
su cualidad y porfía jamás cambian.

Grueso granizo y agua sucia y nieve
por el aire tenebroso descendiendo;
hiede la tierra cuando recibe esto.

El Cerbero, monstruosa fiera y cruel,
ladra caninamente con tres fauces
sobre la gente que aquí está inmersa.

De ojos rojos, mugrienta y negra barba,
de vientre obeso y manos armadas de uñas:
muerde a las almas, desgarra y hiere.

Las hace aullar la lluvia como a perros 
de un lado hacen al otro su resguardo
los míseros profanos se revuelven.

Al advertirnos Cerbero, el gran gusano, 
abrió la boca y nos mostró los dientes
miembro suyo alguno estaba quieto.

Y mi guía extendió sus manos cautelosas,
cogió tierra y a puñados arrojó 
dentro de las espumosas fauces de Cerbero.

Como hace el perro que la ansiedad ladra,
y se apacigua tras mordiendo el pasto,
que ya solo atiende a devorar;
se cerraron las impuras bocas
del demonio Cerbero, que así perturban
tal las almas, que quisieran verse sordas.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Orestes

Era el hijo de Agamenón y Clitemnestra, hermano de Ifigenia y Electra. Después de la guerra de Troya, Orestes mató a su madre y a su amante Egisto, ayudado por Electra, en venganza por la muerte de su padre a quien Egisto y Clitemnestra habían asesinado cuando él todavía era un muchacho.
Antes de que Orestes matara a su madre y a su amante, Electra que temía por la vida de su hermano le envió a casa de su tío Estrofeo, rey de Fosis. Allí creció con Pilades, hijo de Estrofeo, el cual fue su compañero de toda la vida. Después de alcanzar la madurez, Orestes que tenía una deuda sagrada, la de vengar la muerte de su padre, regresó a Micenas con Pilades y consumó su venganza.





Después de la venganza fue perseguido por las Furias o Erinias para castigarle por la violación de los lazos de piedad familiar, finalmente, siguiendo los dictados de Apolo, fue a Atenas a suplicar por su causa ante la diosa Atenea y un consejo de nobles atenienses sobre la colina del Aerópago.
Las Furias fueron enjuiciadas y Orestes se defendió a sí mismo, una vez que Atenea y los otros jueces votaron, los votos se encontraron divididos en partes iguales, pero la diosa declaró que en este caso concreto el acusado debía ser declarado inocente.
Algunas Furias rechazaron el veredicto y continuaron a la caza de Orestes, éste se vio en la obligación de desaparecer de nuevo hasta que llegó a Delfos, allí consultó al oráculo, el cual le indicó el modo de detener el ataque de tan persistentes perseguidoras. Orestes se encaminó presuroso a cumplir los designios del oráculo, así fue como llegó a la tierra de Taurida para robar la sagrada imagen de Artemis, que se encontraba en el interior del templo consagrado a la diosa. En el templo contó con la ayuda de Pilades y de su hermana Ifigenia, que estaba de consagrada como sacerdotisa de ese mismo templo. Con su ayuda robó la sagrada estatua y regresó con ella a Micenas. Después de esto, las Furias le dejaron vivir en paz.

Se casó con Hermione, hija de Helena y Menelao, y murió en Arcadia por la mordedura de una víbora, y en algunas tradiciones se hablaba del lugar donde se encuentra su tumba.

domingo, 5 de junio de 2016

Los semidioses

  En la mitología griega la vida entre los humanos y los dioses estaba completamente interrelacionada, llegando incluso a existir relaciones carnales entre unos y otros, dando lugar en algunos casos a descendencia. Esa descendencia compartía una naturaleza mitad divina y mitad humana.
En la mayoría de las relaciones entre divinidades y mortales, era el dios el que cortejaba a la mortal hasta seducirla. Rara vez se dio el caso de una diosa con un mortal. Uno de los pocos casos conocidos es la relación consentida entre Afrodita y Anquises tras la cual engendraron a Eneas (progenitor del pueblo romano), este hecho es contado por Homero en el Himno a Afrodita. Estos encuentros dieron como fruto unos descendientes épicos que realizaron hazañas memorables. Dichas relaciones no siempre fueron consentidas y de mutuo acuerdo, los dioses manipulaban la situación, engañando a las mortales e incluso forzándolas a llevar a cabo actos indeseados. Incluso las relaciones consentidas entre divinidades y mortales, insólitamente tuvieron un final feliz.
El semidiós es el fruto de la relación lujuriosa de una divinidad y un ser humano, que lleva a cabo acciones heroicas y hazañas victoriosas de diversa índole, siempre con la finalidad de conseguir un objetivo. Son mortales con unas cualidades excepcionales que hacen que se diferencien del resto de su especie; tienen una fuerza sobrehumana; son vencedores de una serie de pruebas; existe algún enemigo que quiere deshacerse de ellos; tienen armas características; cometen algún asesinato fortuito; tienen una inteligencia superior; no tienen miedo a la muerte y tienen un final sobrenatural.

  Entre los semidioses más famosos de la mitología clásica habría que destacar a Perseo, Eneas, Heracles y Aquiles. Son los descendientes de dioses que llevaron a cabo más episodios heroicos dentro del mundo mítico griego.
  • Perseo era hijo de Zeus y Dánae, y entre sus hazañas más famosas están: la muerte de la medusa Gorgona, la venganza de Polidectes y el rescate de Andrómeda.
  • Eneas era hijo de Afrodita y Anquises, escapó de Troya tras la invasión por los aqueos y fue el progenitor del pueblo romano.
  • Heracles era hijo de Zeus y Alcmena, y bisnieto de Perseo. Realizó los famosos 12 trabajos de Heracles como penitencia por el asesinato de su mujer y sus hijos tras un ataque de locura.
  • Aquiles era hijo de Peleo y Tetis. Era invulnerable en todo su cuerpo excepto en el talón. Fue uno de los heroes de la Guerra de Troya, considerado el más veloz de los hombres y el héroe más bello de los reunidos en Troya.

Estos valerosos héroes eran mortales aunque tenían prioridad sobre los hombres e incluso poderes extraordinarios, excepto Heracles, que tras su muerte pasó a un nivel de privilegios superior, pues fue incluido como un dios en el Olimpo. Cuando morían se les concedían una serie de honores y pasaban a un estatus superior como figuras religiosas, convirtiéndose en mediadores entre los dioses y los mortales. Equivalían a los santos en la religión católica, a los cuales se les reza para que intercedan por los hombres ante Dios.
Para cualquier mortal era una fuente de orgullo ser capaz de seguir su ascendencia hasta un héroe
mitológico o un dios.


La Odisea

jueves, 21 de abril de 2016

Ulises

Fue uno de los héroes más populares en la antigua Grecia, en realidad su nombre griego era Odiseo, ya que Ulises es el nombre que le darían los latinos posteriormente.
Era la encarnación del héroe, viajero por excelencia, cuyas aventuras se recordaban por tradición oral, y que han llegado hasta nuestros días recogidas en uno de los libros más universales y populares de todos los tiempos, La Odisea, escrita por Homero.

Ulises era hijo de Laertes, rey de Itaca, una de las actuales islas jónicas. En la juventud de Ulises, cuando en Itaca todavía reinaba Laertres, recibieron la visita de Eurito, un arquero consumado que posee el arco más poderoso de la tierra, un regalo de Apolo, fundido al calor del sol y fraguado en las aguas de los mares. Eurito regaló este arco a Ulises como agradecimiento por la hospitalidad de su padre, pero también porque no había encontrado a otro joven que tuviera la fuerza suficiente para manejarlo.

Ulises se casó con Penélope, con la que tuvo un único hijo, Telémaco. Al principio, Ulises rehusó ir a la Guerra de Troya fingiendo locura, permaneció sembrando sal en sus campos, pero los griegos colocaron a su hijo Telémaco enfrente del arado y nuestro héroe se vio obligado a unirse a los griegos. En la guerra Ulises intervino más en acciones diplomáticas que en acciones guerreras. Destruida Troya tras diez años de guerra, embarcó para su amada Itaca con lo que comenzó su verdadera aventura, ya que el retorno a su patria le costaría diez largos años.
Al embarcar, Eolo, dios del viento, le había hecho entrega de un odre de cuero en donde estaban encerrados todos los vientos que podrían desviar la nave, para que así sólo quedara libre el único viento favorable que le podía llevar a Itaca. Sin embargo, los marineros creyendo que el odre estaba lleno de vino lo abrieron. Los vientos escaparon y como venganza por su encierro se divirtieron zarandeando la nave de Ulises de un sitio a otro.

Las aventuras del largo viaje fueron bien conocidas; la forma como venció al cíclope Polifemo; su estancia en la isla de Circe, con la que tuvo un hijo; los siete años que pasó en otra isla con la ninfa Calisto, con la que tuvo dos hijos; la forma en que consiguió hacerse invulnerable al canto de las sirenas; su llegada a la isla de los Feacios; su descenso al Hades; y su encuentro con Nausica; y finalmente, su llegada a Itaca, su lucha con los pretendientes de Penélope y su encuentro final con ella con la que volvió a reinar en la isla.



"¡Oh desdichados, que viviendo aún, bajasteis a la morada de Hades, y habréis muerto dos veces cuando los demás hombres mueren una sola! !Ea¡ quedaos aquí y comed manjares y bebed vino todo el día de hoy, pues así que despunte la aurora volveréis a navegar, y yo os mostraré el camino y os indicaré cuanto sea preciso para que no padezcáis, a causa de una maquinación funesta, ningún infortunio ni en el mar ni en latierra firme." Canto XII de La Odisea.

miércoles, 20 de abril de 2016

Pegaso

Era un caballo alado que nació de la sangre de la gorgona Medusa, de cuyo cuello salió Pegaso cuando el héroe Perseo la venció y mató. Al poco tiempo de nacer, Pegaso dio una coz en el monte Helicón y en el acto empezó a fluir un manantial que parece ser la fuente de la inspiración divina y se consagró a las musas.

Animados por este hecho y por el carácter mágico del magnífico caballo, fueron muchos los que intentaron atraparlo, aunque sin mucho éxito. Sin embargo, para Belerofonte, atrapar a Pegaso fue una obsesión. Belerofonte, que era príncipe de Corintio, pasó la noche en un templo de Atenea siguiendo el consejo de un adivino y ésta se le presentó de madrugada con una brida de oro, indicándole que con ella podría atrapar a Pegaso, como así fue. El manso caballo se convirtió en una gran ayuda para Belerofonte que lo empleó en sus muchas aventuras contra las amazonas y la quimera, monstruo horrendo.

Una vez henchido de orgullo Belerofonte, intentó subir hasta el Olimpo, y allí, Pegaso lo dejó caer. Como  castigo a tan atrevida aventura, los dioses lo castigaron a  vagar sin rumbo por el mundo eternamente. Pegaso se quedó en los establos del Olimpo y se convirtió en el medio de transporte del trueno y el rayo de Zeus. Luego se convirtió en la constelación que lleva su nombre con las cuatro brillantes estrellas que forman el cuadrado de Pegaso.

El caballo alado se convirtió en el corcel de las musas y de ahí pasó a ser símbolo de la inspiración poética.



Suele representarse como un caballo con alas en color blanco o negro. Cuando realiza el vuelo mueve las patas como si corriera por el aire. En el Renacimiento suele ser representado montado por Perseo, aunque realmente Perseo nunca llegó a montarlo, pues para desplazarse utilizaba sus sandalias con alas.



jueves, 3 de marzo de 2016

Eco

Era una ninfa de la montaña, del monte Helicón, que amaba su voz. Fue criada por las Ninfas y educada por las Musas. De su boca salían las palabras más bellas que pudieran pronunciarse.

Zeus la convenció para que se dedicara a entretener con su charla a Hera, de tal forma que la celosa esposa del dios de dioses no pudiese dedicarse a espiar a sus amantes. Eco era sumamente elocuente y siempre desempeñó la labor encomendada sin problemas, pero llegó un momento en que Hera terminó por hartarse de tanta conversación y castigó a Eco con un hechizo que le quitaba la voz, salvo para repetir la última palabra que oyese.

Se retiró al campo, donde tiempo después, se enamoró del pastor Narciso y lo persiguió por todas partes a hurtadillas sin ser vista. Sin embargo, Eco no podía confesar su amor a Narciso, pero un día, cuando éste se apartó del camino por el que paseaba oyó un ruido y se internó en el bosque, Narciso empezó a llamar diciendo: " ¿hay alguien aquí?, y Eco respondía: "Aquí, aquí". Narciso contestó: "Ven", y Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos diciendo: "Ven, ven". Narciso, a pesar de todo, al verla, se negó a aceptar su amor con cruel desdén.

Eco, que se lamentaba de su desdicha, pero también de todos aquellos actos vergonzosos que había llevado a cabo en busca de la atención de Narciso, se escondió en la roca más profunda del bosque y allí se fue consumiendo hasta morir, aunque quedó su voz y sus huesos, que fueron transformados en peñascos.














jueves, 28 de enero de 2016

Clitia

Era una ninfa o náyade del agua, hija de Océano y Tetis, que se enamoró de Apolo, dios del Sol. Todos los días, cuando éste salía con su carro dorado, ella le seguía con la mirada en cualquier punto del cielo en el que se encontrase.
El dios no estaba interesado en ella, pero piadoso del dolor que ésta debía padecer, decidió convertirla en flor para evitarle mayores sufrimientos. Sin embargo, la flor, al igual que hiciera la joven mujer que antes había sido, siguió dirigiéndose hacia el astro rey. Esa flor se llamó girasol.

Según nos relata Ovidio en el Libro IV de su Metamorfosis, la joven ninfa se moría de celos por Leucótoe, preferida de Apolo y movida por la ira y la venganza, contó al padre de su rival la existencia de unos amores furtivos con el dios. Esto supuso la inmediata condena a muerte de Leucótoe. Pero esta vileza de Clitia tampoco quedó sin castigo.

...." Mas a Clitie, aunque el amor excusar su dolor,
y su delación el dolor podía, no más veces el autor de la luz
acudió y de Venus la moderación a sí mismo se hizo en ella.
Se consumió desde aquello, demencialmente de sus amores haciendo uso,
sin soportar ella a las ninfas, y bajo Júpiter noche y día 260
se sentó en el suelo desnuda, desnudos, despeinada, sus cabellos,
y durante nueve luces sin probar agua ni alimento,
con mero rocío y las lagrimas suyas sus ayunos cebó
y no se movió del suelo; sólo contemplaba del dios
el rostro al pasar y los semblantes suyos giraba él. 265
Sus miembros, cuentan, se prendieron al suelo, y una lívida palidez
vertió parte de su color a las exangües hierbas;
tiene en parte un rubor, y su cara una flor muy semejante a la violeta cubre.
Ella, aunque por una raíz está retenida, al Sol
se vuelve suyo y mutada conserva su amor". 270




jueves, 14 de enero de 2016

Dafne

Era una ninfa, hija, según las diferentes versiones de Ladón, Peneo o Tiresias. Su madre fue Gea, la Tierra. Dafne, cuyo nombre en griego significa "laurel", era una cazadora consagrada a Ártemis y por lo tanto, rechazaba cualquier tipo de amor masculino y no quería casarse.

Cuando Apolo venció a la serpiente Pitón, se enorgulleció enormemente por su hazaña y empezó a pavonearse entre los dioses, especialmente con Eros, dios del Amor, a quien decidió darle una lección. Eros disparó una de sus flechas de punta de oro (las que infundían amor) contra Apolo y otra de punta de plomo (que infundía desdén y odio) contra Dafne, cerciorándose así que ésta le rechazaría sin piedad. A Apolo tras el lanzamiento de Eros, le sobrevino una violenta pasión por Dafne y comenzó a perseguirla sin compasión. Ésta corrió y corrió huyendo de él, pero llegó un momento en que desfallecía de cansancio, pidió ayuda a su padre, quien justo en el momento en que Apolo logró abrazarla, convirtió a la ninfa en un árbol de laurel.

Otra versión afirma que Dafne pidió ayuda a Gea, la Tierra, quién se abrió en el lugar donde ella  se encontraba, la  recogió y puso en su lugar un árbol de laurel.
Desde entonces Ápolo quedó prendado de este árbol, lo adoptó como símbolo suyo y cortando algunas ramas se hizo una corona de laurel, convirtiendo desde entonces ese objeto en recompensa de poetas, artistas y guerreros. Otra leyenda habla de un tal Leucipo, hijo de Enómao, que también se enamoró de Dafne y se disfrazó de mujer para participar en sus juegos y divertimentos junto a todas sus amigas. Fue descubierto por Apolo, quien provocó su muerte a manos de esas mujeres que se entretenían con Dafne.

Ovidio relata este mito entre Apolo y Dafne en el poema Las Metamorfosis.







miércoles, 11 de noviembre de 2015

Calisto

Calisto fue una ninfa, hija de Liacón, que pertenecía al cortejo de Artemisa y con la que ésta tenía una especial relación.  Como todas las ninfas pertenecientes al cortejo de la diosa, había hecho el obligatorio voto de castidad. Un día Zeus intentó seducirla y para ello adoptó la figura de Artemisa, con lo que la ninfa, engañada, se entregó a Zeus, puesto que confiaba en su diosa. Juntos tuvieron un hijo llamado Arcas, Hera, enormemente celosa y enojada por la infidelidd de su esposo, castigó a Calisto convirtiéndola en osa, y poco después Artemisa le dio caza, provocándole la muerte en castigo por haber roto su virginidad.
Zeus decidió transformarla en constelación junto con su hijo: la Osa mayor y la Osa menor. Pero Hera, aún dolida por lo ocurrido, rogó a Poseidón que no permitiera que las dos constelaciones reposaran en el mar, y, por eso, en el hemisferio Norte, nunca se ven pasar el horizonte.


martes, 20 de octubre de 2015

Pasifae

Hija del dios Helios y la ninfa Perseis, y casada con el rey de Creta, Minos, cuya descendencia fueron Androge, Deucalión, Glauco, Catreo, Acalis, Ariadna y Fedra. Era una hermosa mujer que tenía un defecto, estaba locamente enamorada de un toro, consagrado a Poseidón, y que era considerado un animal sagrado en Creta.
El origen de tal amor estaba en un conjuro provocado por Afrodita a esta reina, a petición de Poseidón, pues Minos se había negado a inmolar como sacrificio, dicho toro, al dios del  mar.
Pasifae solicitó a Dédalo su ayuda para unirse a él y éste moldeó una vaca de madera donde Pasifae  pudo ocultarse para consumar su unión con el semental, naciendo un horrible monstruo, el Minotauro.