El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes
El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

jueves, 9 de octubre de 2014

Medea

Era una hechicera, hija de Eetes, rey de la Cólquide y de la ninfa Idia. Era también familia de la maga Circe de la que aprendió muchos de los trucos que conocía.

Cuando Jasón acudió con los argonautas en busca del vellocino de oro, una flecha lanzada por Eros hizo que Medea se enamorara perdidamente de heroico viajero y le prometió ayudarle a conseguir sus propósitos si se casaba con ella y se la llevaba a Grecia. Jasón aceptó y Medea colaboró con él para lograr el vellocino de oro traicionando a su familia. Después, se casaron y llegaron a la tierra natal de Yolco, donde se realizaron festines para conmemorar la llegada del héroe. El rey Pelias se negó a entregarle el trono usurpado a su hermano, a pesar de que habían traído el vellocino. Medea conspiró para que sus propias hijas acabasen con él. Les demostró que podía rejuvenecer a un anciano cortando la garganta de un carnero, sumergiéndolo en un caldero con una pócima preparada por ella. pero cuando las hijas de Pelias hicieron lo mismo con su padre, éste no sobrevivió. Por lo que, Medea y Jasón fueron expulsados de Yolco y partieron hacia Corinto. Según otra  versión, Pelias mató a Esón, obligándole a suicidarse bebiendo sangre de un toro envenenado, y Jasón solicitó la ayuda de Medea para vengarse.

Sea como fuere, se trasladaron a Corinto y allí vivieron felices hasta que Jasón rechazó a Medea para casarse con la hija del rey de Corinto. Medea embriagada por la ira se vengó de Jasón y de la familia real. Envió un vestido a la princesa, y cuando ésta se lo probó se incendió todo el traje, ella misma, su padre y todo el palacio. Los hijos que Medea tuvo con Jasón fueron lapidados por los corintios, según unas versiones o sacrificados para Hera por Medea según otras.

La hechicera se trasladó volando a Atenas en un carro que le había proporcionado Helios, allí se casó con  el rey Egeo con quién tuvo un hijo, y cuando el héroe Teseo, hijo secreto de Egeo llegó a la ciudad, Medea trató de matarlo para no perder su poder. Tras descubrirse los maléficos planes de la reina hechicera, tuvo que huir hacia Asia, donde se reconcilió con su familia por haberse ido con Jasón.

Popularmente, las hechiceras de más renombre en Grecia procedían de Tesalia y, según la tradición, habían recibido de Medea sus conocimientos mágicos.
Los antiguos griegos creían que las magas o hechiceras tenían poderes sobre el cielo, la tierra y el infierno, así ni siquiera dioses como Zeus o Poseidón eran obedecidos ante el encantamiento de una de ellas. Para sus sortilegios, utilizaban plantas venenosas, huevos de mochuelo, sangre de sapo, los huesos de los muertos e incluso el tuétano de los niños. Con estos ingredientes en sus filtros, eran capaces de inspirar amor u odio, rejuvenecer o envejecer, resucitar o quitar la vida.
Némesis, Proserpina y Hécate eran de las diosas que practicaban las actividades mágicas.



miércoles, 10 de septiembre de 2014

La isla de Leúcade

Leúcade es una isla que se halla en el mar Jónico, cerca de Corfú. Es famosa porque posee un alto promontorio desde el cual se tiraban al mar los amantes heridos que querían olvidar sus penas y curar su pasión.
Afrodita, que no sabía como olvidar a Adonis, se lanzó desde este pormontorio por consejo de Apolo y quedó muy sorprendida al observar como salía de las aguas sin daño alguno. Este hecho se hizo enormemente famoso y fueron muchos los que se dirigían al lugar para olvidar sus penas de amor.
La preparación consistía en una serie de ofrendas religiosas y actos de fe, y todos los participantes se mostraban convencidos de que no sufrirían ningún percance gracias a la ayuda del dios Apolo. Sin embargo, con el paso del tiempo la costumbre cayó en desuso debido a lo preligroso de tal acción y los sacerdotes del lugar idearon un sistema que con barcas los recogían del agua. Pero, pasado más tiempo aún, también hubo muchas personas que se negaron a saltar de este modo y desde entonces el lanzamiento se sustituyó por tirar al mar un cofre lleno de plata, lo que resultaba igual de efectivo siempre que los participantes pasaran antes por todos los rituales.

La costumbre (totalmente verídica) de tirarse por el acantilado fue ejecutada por decenas de personas. No se conoce ninguna mujer que sobreviviera y entre los hombres, pocos lo consiguieron, entre ellos el poeta Nicóstrato.

martes, 26 de agosto de 2014

Película de Jason y los Argonautas


Jason

Era hjo de Esón, rey de Yolcos, en la región de Tesalia, nieto de Eolo. Según las distintas versiones su madre podría ser Alcimeda o Polímede. Esón había sido derrocado por su hermanastro Pelias y, ante tal traición, un oráculo había predicho a éste que uno de sus sobrinos lo mataría o derrocaría. Nada más nacer Jasón, y temiendo su madre la ira de Pelias, dijo que el niño había enfermado y luego anunció su muerte. Se celebraron unos funerales con mucha pompa y dramatismo para darle una mayor credibilidad a tal hecho. Jasón, en realidad, estaba totalmente sano, y estaba siendo criado por el centauro Quirón, que le enseñó artes como la astronomía o la medicina. Cuando Jasón cuplió veinte años, abandonó a su maestro y un oráculo le indicó que debía ir a Yolcos, semidesnudo con pieles de leopardo, el pie descalzo y dos lanzas. Al llegar a su ciudad natal, causó gran expectación y asombro y pudo hacerse oir. Anunció  que era el hijo de Eson y que quería recuperar su trono. Entonces Pelias, que temía tanto al joven como a un pueblo insatisfecho, ideó una estratagema para solucionar el problema que se le planteaba. Llamó a Jasón y le dijo que había tenido un sueño en el que un oráculo le decía que debía restablecer el honor de Frixo, un antepasado asesinado en la Colquide, trayendo sus cenizas a su tierra. Además, le dijo que en aquel lugar, Frixo también había dejado un vellocino de oro que le colmaría de riquezas. Después le prometió que si hacía todo esto le restablecería en el trono.
Jasón era un joven fuerte y aguerrido y no dudó en acometer tal empresa, entonces reunió a un grupo de acompañantes, los argonautas y emprendió la búsqueda del vellocino de oro. Para realizar tan notable hazaña y por consejo de Atenea, mandó construir una nave llamada "Argos", que sirvió de medio de transporte para Jasón y los argonautas en su búsqueda.
Durante sus múltiples hazañas conoció a Medea, hija del rey de la Cólquide, que guardaba el vellocino, quien le ayudó a lograr el éxito.
Cuando concluyó la búsqueda y recuperación del vellocino de oro, Jasón y Medea regresaron a Yolco con la misión cumplida. A partir de aquí existen múltiples versiones sobre lo ocurrido. En unas, Jasón logra el trono y en otras, simplemente se queda a vivir allí. Además Medea fue la que mató a Pelias, unas leyendas dicen que con el consentimiento de Jasón, y otras que sin él. Jasón y Medea tuvieron varios hijos, no hay acuerdo exacto en cuales fueron, y entre ellos se incluyen a Medeo, Eriopis, Feres, Mérmero, Tésalo, Alcimenes y Tisandro. Tiempo después se fueron a Corinto, lo que pudo deberse a un simple capricho o a su expulsión de Yolco por la muerte de Pelias. Allí fueron felices durante muchos años, pero el rey de Corinto, Creonte, quiso unir su estirpe a la de Jasón y le ofreció la mano de su hija Glauce, o Creúsa. Jasón aceptó sin dudarlo y rechazó a Medea, que tuvo que exiliarse. Sin embargo, antes de que esto ocurriera pudo preparar su venganza, que consumó con el asesinato de toda la corte real.
Tiempo después, y estando ya Jasón solo, se unió con Peleo para derrocar a los reyes de Yolco, Acasto y Astidamia, lo que logró de forma cruel. En cualquier caso, Jasón fue rey de Yolco hasta el final de sus días.

jueves, 24 de abril de 2014

Leto

Hija de Ceo y de Febe fue una joven diosa de la primera generación. Mantuvo un escarceo amoroso con Zeus quedándose embarazada del dios. Hera, su celosa mujer, prohibió a Leto dar a luz en cualquier lugar donde brillase el sol, viendose  obligada a vagar por el mundo en busca de un lugar en el que poder alumbrar. Siempre atentamente vigilada por la propia Hera, y también por Iris y Ares.
Para poder escapar más facilmente, Zeus la había convertido en codorniz, pero a pesar de esta discreta forma, no pudo liberarse de sus perseguidores. Finalmente, llegó a una isla errante llamada Ortigia, pero que desde entonces cambió su nombre por el de Delos, la brillante, donde Poseidón para despistar a Hera, construyó una enorme bóveda que permitiría a Leto dar a luz a sus hijos. Todos los dioses salvo Hera, asistieron al parto, incluida Ilitía, diosa de los alumbramientos, que no quería colaborar, pero que finalmente aceptó a cambio de importantes regalos. Leto dio a luz a dos gemelos, que luego se convertirían en importantes dioses olímpicos. Primero nació Artemisa, ayudando ella misma al nacimiento de su hermano Apolo, aistiendo así a los horrores del parto, lo que le hizo convertirse en una diosa virgen que despreciaba los amores masculinos.
Leto siempre fue protegida por sus hijos. Apolo mató a la serpiente Pitón cuando supo que había amenazado de muerte a su madre y al gigante Ticio, que pretendió violarla, instigado por Hera. Junto a su hermana Ártemis atacaron a Níobe y a sus hijos porque habían humillado publicamente a su madre.
Un día que Leto, en su constante huida de Hera que le prometió odio eterno, llegó exhausta a la isla de Licia, pidió socorro a unos campesinos que descansaban cerca de una laguna, solicitándoles un poco de agua. Éstos se negaron a entregársela, dominados por Hera, e incluso, se atrevieron a enturbiarla. Entonces, Zeus acudió presto al lugar, ayudó a Leto, y convirtió a los malvados campesinos en ranas, animales que tienen en el barro su modo de vida.


Ícaro y Dédalo

Dédalo era, según las tradiciones atenienses, hijo de Alcipe, que a su vez, era hija de  Crecops. La paternidad de Dédalo es más confusa y se atribuye a Eupálamo, a Palamaón o a Metión.
Dédalo era un magnífico escultor y arquitecto, protagonizando por estas virtudes diferentes leyendas de relevancia. Su sobrino Talos trabajó con él como discípulo, pero pronto resultó incluso más inteligente que el propio Dédalo, lo que demostró al inventar la sierra, una herramienta muy útil para sus labores, inspirándose en las espinas de los peces. Dédalo tenía mucha envidia de tal invento y lanzó a su sobrino desde lo alto de un tejado en la Acrópolis, provocándole la muerte. El tribunal del Aerópago le juzgó y lo expulsó de la ciudad, marchándose a Creta.

 En el reino de Minos encontró una gran acogida y allí realizó diferentes trabajos de importancia. Destacó por ejemplo, por la construcción de Talos, una enorme estatua de bronce, símbolo de la defensa militar de la ciudad. Esculpió una vaca para el Minotauro, construyó una amplia pista de baile para Ariadna, y por petición del rey, construyó un enorme y complejo laberinto en la ciudad donde fue encerrado el Minotauro, una horrible bestia. Estaba formado por multitud de pasillos de los que era imposible hallar la salida y que, como únicos signos distintivos, tenía un tablado en la entrada para los coros de danzantes que participaban en las diferentes consagraciones al Minotauro. La salida sólo era conocida por Dédalo y por Ariadna, hija de Minos, a quien el constructor le había transmitido el secreto. Cuando el joven Teseo llegó a la ciudad para matar al Minotauro, Ariadna le ayudó a salir del laberinto gracias a los conocimientos aprendidos de Dédalo. Minos, para que Dédalo no revelara a nadie como salir del laberinto  lo encerró en él junto con su hijo Ícaro. Quedaron allí presos durante mucho tiempo hasta que Dédalo pudo por fin hallar, gracias a su enorme inteligencia, una forma de liberarse de su cautiverio. Solicitó a sus carceleros plumas y cera, con la excusa de querer hacerle un regalo al soberano Minos y con todo esto creó unas alas para su hijo y para él. Tras probarlas, comprobó que servían sin problemas para volar y se las colocó a su hijo, advirtiéndole muy seriamente que no se acercase mucho al sol, porque la cera se fundiría y caería muerto, pero tampoco al mar, porque la sal endurecería la cera y la haría demasiado pesada para sus pocas fuerzas.
Emprendieron el vuelo, y se mantuvieron siempre en una posición adecuada para sus necesidades pero cuando Ícaro se confió empezó a subir en altura, admirado de todo cuanto le rodeaba, y se acercó tanto al sol que  se desprendieron sus sujeciones, al derretirse la cera, las plumas se separaron cayendo Ícaro hacia el mar. Cuando Dédalo pudo oir sus gritos de espanto ya era tarde, e Ícaro había muerto, dando nombre a esa tierra como Icaria.



Según una leyenda el propio Heracles se encargó de darle sepultura en la isla Doliquea. Dédalo, por su parte, llegó a Cumas, Italia, sin problemas y allí levantó un templo en honor de Apolo. Desde allí se fue a Sicilia, donde reinaba Cócalo, que le dio protección frente a Minos, que no luchaba más que por apresar al fugitivo, si bien no tuvo suerte y halló la muerte en tal empresa. Junto a Cócalo, Dédalo siguió dedicándose a la construcción, haciéndose cargo de un embalse en el río Alabón, unos baños en Selinunte, una fortaleza en Agrigento y una terraza para el templo de Afrodita en el monte Érix.

En psicología, Ícaro simboliza al hombre que intenta huir de su neurosis (laberinto) a través de medios utópicos, que a veces se disfrazan con medios tecnológicos, como las alas de cera (fármacos).

jueves, 20 de marzo de 2014

Jacinto

Era un bello espartano, hijo de Amiclas, pero su importancia reside por ser el amigo íntimo de Apolo, quien le había prometido enseñarle a tocar el laúd y tirar el arco, como método para verle más a menudo pues le apreciaba mucho.
Céfiro, dios del viento del Oeste, también sentía gran estima por Jacinto pero no era nunca correspondido mientras que Apolo sí recibía continuas muestras de afecto y cariño por parte de Jacinto. Céfiro atormentado por los celos, decidió dar muerte a Jacinto y un dia que jugaban al disco, desvió  el disco golpenado la sien del joven con tal violencia que logró su objetivo. Apolo intentó salvarlo con las plantas de mayor capacidad curativa pero fue inútil y Jacinto murió convirtiéndose en una flor, pero no en el jacinto, sino en el lirio o en la espuela.
Otras leyendas afirman también que la muerte se debió a un disco pero lanzado accidentalemnte por Apolo. Por otra parte, a menudo se ha considerado que la relación entre los personajes implicados en este mito no eran de amistad sino de amor y deseo.