Tenía
que llevar ante Euristeo al perro de dos cabezas y cola de serpiente
que custodia la entrada al Hades, el reino de los muertos. Como
condición tenía que reducir al animal sin la ayuda de ninguna arma,
solo con su fuerza. Lo que hizo con la ayuda de Hermes, fue bajar
hasta el Hades y pedir a Perséfone y al mismo Hades que le prestasen
a su perro guardián. Los dioses accedieron a cambio de que no le
hiciera daño al animal, y le entregaron la temible bestia que
Hércules presentó ante un aterrorizado Euristeo, que decidió
conceder la libertad al hijo de Zeus.
Para la mitología griega el Olimpo era el hogar de los dioses olímpicos, los principales dioses del panteón griego, presididos por Zeus. Los griegos creían, que en él, había construidas mansiones de cristal en las que moraban los dioses. Es el análogo espiritual del mundo superior en la cosmología chamánica, o también de "el cielo" de los cristianos.
lunes, 30 de diciembre de 2013
11º trabajo: Robar las manzanas del Jardín de las Hespérides
Esos
frutos eran de oro y constituían la fuente de la eterna juventud de
los dioses. Este maravilloso jardín se situaba en las comarcas por
donde el sol desaparece, y en él habitaban las Hespérides, las
ninfas que se encargaban de protegerlas junto con una serpiente
inmensa. Sin embargo el emplazamiento exacto del jardín era un
enigma. Hércules vagó durante mucho tiempo intentando encontrarlo,
hasta que a instancias de las ninfas fue a consultar a Nereo, el que
conoce los secretos. Cuando Hércules encontró a Nereo lo encadenó
obligandóle a rebelarle la situación del refugio de las Hespérides,
con lo que Hércules terminó trasladándose hasta más allá, donde
el poderoso Atlas sostenía la bóveda celeste sobre sus espaldas. El
gigante se ofreció a ayudar a Hércules, matando la serpiente que
custodiaba el jardín en su lugar, si él, se ocupaba de sostener el
cielo, el héroe accedió a cambiar de posición con Atlas y,
mientras éste conseguía las manzanas y regresaba, él sostuvo sobre
su descomunal espalda la bóveda celeste.
10º trabajo: capturar los toros rojos de Gerión
El
rebaño de este gigante habitaba en una isla más allá de los
confines de la tierra, Eriteia. Al llegar al final del mar
mediterráneo encontró el paso cerrado por las rocas, Heracles las
apartó creándo así el Estrecho de Gibraltar, poniéndo como límite
de éste dos columnas, una en el peñón de Gibraltar y otra, en el
monte Hacho (Ceuta).
El mostruoso gigante estaba dotado de tres cuernos y además para
resguardar a sus animales se ayudaba de un pastor feroz, Eurition y
de un perro de dos cabezas y cola de serpiente llamado Orto (hermano
de Cerbero, el can que guardaba la entrada al Hades). Hércules
consiguió llegar hasta la isla de Gerión, gracias a la copa que
Helios usaba para desplazarse por el firmamento y que prestó de
buena gana al hijo de Zeus, una vez allí acabó con Eurition y Orto
rapidamente, sin embargo la batalla que estableció con Gerión fue
bastante prolongada, hasta que usando una de sus flechas acabó con
él. Usando la copa de Helios se trasladó con los animales y tras
superar diversas dificultades consiguió llevar parte de los toros
rojos ante la corte de Euristeo, quién los sacrificó para Hera.
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