Era una bella joven hija de Tías o Cíniras. Su padre, o tal vez ella, se habían jactado de su hermosura,defendiendo que era mayor que la de la propia Afrodita, diosa de la Belleza. Enojada ésta por tales afirmaciones, provocó en el corazón de Mirra un amor loco por su padre, y logró que Mirra,ayudada por su criada que había emborrachado a su padre, se uniera a él carnalmente durante once noches.En la duodécima cita Tías descubrió el engaño y que su hija estaba embaraza y trató de matar a Mirra pero no lo consiguió a causa de su estado ebrio. Ésta, consiguió huir pero temiendo aún el peligro de la persecución de su padre, pidió ayuda a los dioses, que la convirtieron en el árbol de la mirra. Al cabo de diez meses desde que esa conversación ocurriera, un jabalí golpeó el árbol y, abriéndose su tronco nació Adonis, de quien se ocupó Afrodita.
Para la mitología griega el Olimpo era el hogar de los dioses olímpicos, los principales dioses del panteón griego, presididos por Zeus. Los griegos creían, que en él, había construidas mansiones de cristal en las que moraban los dioses. Es el análogo espiritual del mundo superior en la cosmología chamánica, o también de "el cielo" de los cristianos.
domingo, 1 de febrero de 2015
jueves, 22 de enero de 2015
Midas
Midas era un rey de Frigia que contaba en su poder con innumerables tesoros y riquezas. A pesar de ello era ambicioso y codicioso y siempre estaba deseando más y más bienes materiales.
Un dia se encontró a Sileno (sátiro que crió a Dionisio) borracho y perdido en un bosque y después de agasajarlo con guirnaldas de flores y exquisitos platos culinarios, le acompañó a la comitiva de Dionisio. El dios encantado con la amabilidad de Midas le premió con lo que el rey más deseara, y éste no dudó en solicitar la cualidad de convertir en oro todo lo que tocase. Ansioso por comprobar si su nuevo poder funcionaba realmente, fue rozando las ramitas del bosque, y éstas se convirtieron en oro y cogió piedras del camino, que también se transformaron en pepitas de oro. En su viaje, sus sirvientes fueron recopilando todo aquello que transformaba en oro, pero pronto esta tarea se hizo muy pesada; el caballo que transportaba a Midas se convirtió en una pesada estatua de metal y la cama donde dormía adquirió el mismo carácter. El rey, no obstante, siguió igual de feliz que siempre.
Al llegar a palacio pidió una suculenta comida y de nuevo quedó encantado al ver que todos los cuencos y copas se convertían en oro, aunque menos regocijo le produjo que lo que intentaba comer dejase de ser alimento al contacto con sus labios. Tampoco podía beber, pues el agua era hielo, muy valioso pero hielo, y el vino oro líquido.
Pronto la presencia de tanto dorado en su casa dejó de resultarle gratificante. Ver como sus hijos se transformaron en oro al abrazarlos le produjo un gran tormento, y decidió tratar de acabar con su mágica capacidad. Midas fue a visitar a Dionisio, rogándole seriamente que le retirase el poder que antaño le había concedido, el dios criticó el alocado sentir del rey pero de nuevo le concedió el deseo, indicándole que para liberarse del hechizo debía bañarse en las limpias aguas de la fuente de Pactolo.
Midas se dirigió hacia alli recorriendo un largo camino por el que dejó sus huellas doradas. Al llegar a la fuente de heladas aguas, el monarca zambulló todo su cuerpo y el hechizo desapareció. Midas pudo comer y beber y disfrutar de una vida jovial y sencilla como cualquier mortal.
Demasiada había sido la bondad y suerte que Midas había obtenido de Dionisio, y para compensarla, pronto le ocurriría algo que trocaría su afortunado destino. Un día Midas se encontró en un bosque a Pan y Apolo, que discutían sobre qué instrumento era más agradable al oído, si la flauta de caña de Pan o el laud de Apolo. Decidieron que Midas sería el juez en tan melodiosa disputa. Midas que era un poco duro de oído, decidió que Pan emitía la música más suave, y Apolo le castigó dotándole de unas enormes orejas de burro, que Midas pudo ver reflejándose en cada lago que encontraba. En su camino se escondía de los demás, avergonzado de su aspecto. Para esconder sus orejas, empleaba un largo turbante, no sabiendo nadie más que su barbero lo que dicho turbante ocultaba.
El barbero de Midas sabía que no podía contar el secreto, o la ira del rey se descargaría sobre él en forma de muerte, tal y como Midas le había amenazado, pero no pudiendo resistir la tentación, cavó un hoyo en la tierra donde nadie podía oirle y susurró: "Midas tiene orejas de burro". En el hoyo nació pronto una mata de cañas que cuando el viento las movía susuraban: "Midas tiene orejas de burro"
Un dia se encontró a Sileno (sátiro que crió a Dionisio) borracho y perdido en un bosque y después de agasajarlo con guirnaldas de flores y exquisitos platos culinarios, le acompañó a la comitiva de Dionisio. El dios encantado con la amabilidad de Midas le premió con lo que el rey más deseara, y éste no dudó en solicitar la cualidad de convertir en oro todo lo que tocase. Ansioso por comprobar si su nuevo poder funcionaba realmente, fue rozando las ramitas del bosque, y éstas se convirtieron en oro y cogió piedras del camino, que también se transformaron en pepitas de oro. En su viaje, sus sirvientes fueron recopilando todo aquello que transformaba en oro, pero pronto esta tarea se hizo muy pesada; el caballo que transportaba a Midas se convirtió en una pesada estatua de metal y la cama donde dormía adquirió el mismo carácter. El rey, no obstante, siguió igual de feliz que siempre.
Al llegar a palacio pidió una suculenta comida y de nuevo quedó encantado al ver que todos los cuencos y copas se convertían en oro, aunque menos regocijo le produjo que lo que intentaba comer dejase de ser alimento al contacto con sus labios. Tampoco podía beber, pues el agua era hielo, muy valioso pero hielo, y el vino oro líquido.
Pronto la presencia de tanto dorado en su casa dejó de resultarle gratificante. Ver como sus hijos se transformaron en oro al abrazarlos le produjo un gran tormento, y decidió tratar de acabar con su mágica capacidad. Midas fue a visitar a Dionisio, rogándole seriamente que le retirase el poder que antaño le había concedido, el dios criticó el alocado sentir del rey pero de nuevo le concedió el deseo, indicándole que para liberarse del hechizo debía bañarse en las limpias aguas de la fuente de Pactolo.
Midas se dirigió hacia alli recorriendo un largo camino por el que dejó sus huellas doradas. Al llegar a la fuente de heladas aguas, el monarca zambulló todo su cuerpo y el hechizo desapareció. Midas pudo comer y beber y disfrutar de una vida jovial y sencilla como cualquier mortal.
Demasiada había sido la bondad y suerte que Midas había obtenido de Dionisio, y para compensarla, pronto le ocurriría algo que trocaría su afortunado destino. Un día Midas se encontró en un bosque a Pan y Apolo, que discutían sobre qué instrumento era más agradable al oído, si la flauta de caña de Pan o el laud de Apolo. Decidieron que Midas sería el juez en tan melodiosa disputa. Midas que era un poco duro de oído, decidió que Pan emitía la música más suave, y Apolo le castigó dotándole de unas enormes orejas de burro, que Midas pudo ver reflejándose en cada lago que encontraba. En su camino se escondía de los demás, avergonzado de su aspecto. Para esconder sus orejas, empleaba un largo turbante, no sabiendo nadie más que su barbero lo que dicho turbante ocultaba.
El barbero de Midas sabía que no podía contar el secreto, o la ira del rey se descargaría sobre él en forma de muerte, tal y como Midas le había amenazado, pero no pudiendo resistir la tentación, cavó un hoyo en la tierra donde nadie podía oirle y susurró: "Midas tiene orejas de burro". En el hoyo nació pronto una mata de cañas que cuando el viento las movía susuraban: "Midas tiene orejas de burro"
jueves, 9 de octubre de 2014
Medea
Era una hechicera, hija de Eetes, rey de la Cólquide y de la ninfa Idia. Era también familia de la maga Circe de la que aprendió muchos de los trucos que conocía.
Cuando Jasón acudió con los argonautas en busca del vellocino de oro, una flecha lanzada por Eros hizo que Medea se enamorara perdidamente de heroico viajero y le prometió ayudarle a conseguir sus propósitos si se casaba con ella y se la llevaba a Grecia. Jasón aceptó y Medea colaboró con él para lograr el vellocino de oro traicionando a su familia. Después, se casaron y llegaron a la tierra natal de Yolco, donde se realizaron festines para conmemorar la llegada del héroe. El rey Pelias se negó a entregarle el trono usurpado a su hermano, a pesar de que habían traído el vellocino. Medea conspiró para que sus propias hijas acabasen con él. Les demostró que podía rejuvenecer a un anciano cortando la garganta de un carnero, sumergiéndolo en un caldero con una pócima preparada por ella. pero cuando las hijas de Pelias hicieron lo mismo con su padre, éste no sobrevivió. Por lo que, Medea y Jasón fueron expulsados de Yolco y partieron hacia Corinto. Según otra versión, Pelias mató a Esón, obligándole a suicidarse bebiendo sangre de un toro envenenado, y Jasón solicitó la ayuda de Medea para vengarse.
Sea como fuere, se trasladaron a Corinto y allí vivieron felices hasta que Jasón rechazó a Medea para casarse con la hija del rey de Corinto. Medea embriagada por la ira se vengó de Jasón y de la familia real. Envió un vestido a la princesa, y cuando ésta se lo probó se incendió todo el traje, ella misma, su padre y todo el palacio. Los hijos que Medea tuvo con Jasón fueron lapidados por los corintios, según unas versiones o sacrificados para Hera por Medea según otras.
La hechicera se trasladó volando a Atenas en un carro que le había proporcionado Helios, allí se casó con el rey Egeo con quién tuvo un hijo, y cuando el héroe Teseo, hijo secreto de Egeo llegó a la ciudad, Medea trató de matarlo para no perder su poder. Tras descubrirse los maléficos planes de la reina hechicera, tuvo que huir hacia Asia, donde se reconcilió con su familia por haberse ido con Jasón.
Popularmente, las hechiceras de más renombre en Grecia procedían de Tesalia y, según la tradición, habían recibido de Medea sus conocimientos mágicos.
Los antiguos griegos creían que las magas o hechiceras tenían poderes sobre el cielo, la tierra y el infierno, así ni siquiera dioses como Zeus o Poseidón eran obedecidos ante el encantamiento de una de ellas. Para sus sortilegios, utilizaban plantas venenosas, huevos de mochuelo, sangre de sapo, los huesos de los muertos e incluso el tuétano de los niños. Con estos ingredientes en sus filtros, eran capaces de inspirar amor u odio, rejuvenecer o envejecer, resucitar o quitar la vida.
Némesis, Proserpina y Hécate eran de las diosas que practicaban las actividades mágicas.
Cuando Jasón acudió con los argonautas en busca del vellocino de oro, una flecha lanzada por Eros hizo que Medea se enamorara perdidamente de heroico viajero y le prometió ayudarle a conseguir sus propósitos si se casaba con ella y se la llevaba a Grecia. Jasón aceptó y Medea colaboró con él para lograr el vellocino de oro traicionando a su familia. Después, se casaron y llegaron a la tierra natal de Yolco, donde se realizaron festines para conmemorar la llegada del héroe. El rey Pelias se negó a entregarle el trono usurpado a su hermano, a pesar de que habían traído el vellocino. Medea conspiró para que sus propias hijas acabasen con él. Les demostró que podía rejuvenecer a un anciano cortando la garganta de un carnero, sumergiéndolo en un caldero con una pócima preparada por ella. pero cuando las hijas de Pelias hicieron lo mismo con su padre, éste no sobrevivió. Por lo que, Medea y Jasón fueron expulsados de Yolco y partieron hacia Corinto. Según otra versión, Pelias mató a Esón, obligándole a suicidarse bebiendo sangre de un toro envenenado, y Jasón solicitó la ayuda de Medea para vengarse.
Sea como fuere, se trasladaron a Corinto y allí vivieron felices hasta que Jasón rechazó a Medea para casarse con la hija del rey de Corinto. Medea embriagada por la ira se vengó de Jasón y de la familia real. Envió un vestido a la princesa, y cuando ésta se lo probó se incendió todo el traje, ella misma, su padre y todo el palacio. Los hijos que Medea tuvo con Jasón fueron lapidados por los corintios, según unas versiones o sacrificados para Hera por Medea según otras.
La hechicera se trasladó volando a Atenas en un carro que le había proporcionado Helios, allí se casó con el rey Egeo con quién tuvo un hijo, y cuando el héroe Teseo, hijo secreto de Egeo llegó a la ciudad, Medea trató de matarlo para no perder su poder. Tras descubrirse los maléficos planes de la reina hechicera, tuvo que huir hacia Asia, donde se reconcilió con su familia por haberse ido con Jasón.
Popularmente, las hechiceras de más renombre en Grecia procedían de Tesalia y, según la tradición, habían recibido de Medea sus conocimientos mágicos.
Los antiguos griegos creían que las magas o hechiceras tenían poderes sobre el cielo, la tierra y el infierno, así ni siquiera dioses como Zeus o Poseidón eran obedecidos ante el encantamiento de una de ellas. Para sus sortilegios, utilizaban plantas venenosas, huevos de mochuelo, sangre de sapo, los huesos de los muertos e incluso el tuétano de los niños. Con estos ingredientes en sus filtros, eran capaces de inspirar amor u odio, rejuvenecer o envejecer, resucitar o quitar la vida.
Némesis, Proserpina y Hécate eran de las diosas que practicaban las actividades mágicas.
miércoles, 10 de septiembre de 2014
La isla de Leúcade
Leúcade es una isla que se halla en el mar Jónico, cerca de Corfú. Es famosa porque posee un alto promontorio desde el cual se tiraban al mar los amantes heridos que querían olvidar sus penas y curar su pasión.
Afrodita, que no sabía como olvidar a Adonis, se lanzó desde este pormontorio por consejo de Apolo y quedó muy sorprendida al observar como salía de las aguas sin daño alguno. Este hecho se hizo enormemente famoso y fueron muchos los que se dirigían al lugar para olvidar sus penas de amor.
La preparación consistía en una serie de ofrendas religiosas y actos de fe, y todos los participantes se mostraban convencidos de que no sufrirían ningún percance gracias a la ayuda del dios Apolo. Sin embargo, con el paso del tiempo la costumbre cayó en desuso debido a lo preligroso de tal acción y los sacerdotes del lugar idearon un sistema que con barcas los recogían del agua. Pero, pasado más tiempo aún, también hubo muchas personas que se negaron a saltar de este modo y desde entonces el lanzamiento se sustituyó por tirar al mar un cofre lleno de plata, lo que resultaba igual de efectivo siempre que los participantes pasaran antes por todos los rituales.
La costumbre (totalmente verídica) de tirarse por el acantilado fue ejecutada por decenas de personas. No se conoce ninguna mujer que sobreviviera y entre los hombres, pocos lo consiguieron, entre ellos el poeta Nicóstrato.
Afrodita, que no sabía como olvidar a Adonis, se lanzó desde este pormontorio por consejo de Apolo y quedó muy sorprendida al observar como salía de las aguas sin daño alguno. Este hecho se hizo enormemente famoso y fueron muchos los que se dirigían al lugar para olvidar sus penas de amor.
La preparación consistía en una serie de ofrendas religiosas y actos de fe, y todos los participantes se mostraban convencidos de que no sufrirían ningún percance gracias a la ayuda del dios Apolo. Sin embargo, con el paso del tiempo la costumbre cayó en desuso debido a lo preligroso de tal acción y los sacerdotes del lugar idearon un sistema que con barcas los recogían del agua. Pero, pasado más tiempo aún, también hubo muchas personas que se negaron a saltar de este modo y desde entonces el lanzamiento se sustituyó por tirar al mar un cofre lleno de plata, lo que resultaba igual de efectivo siempre que los participantes pasaran antes por todos los rituales.
La costumbre (totalmente verídica) de tirarse por el acantilado fue ejecutada por decenas de personas. No se conoce ninguna mujer que sobreviviera y entre los hombres, pocos lo consiguieron, entre ellos el poeta Nicóstrato.
martes, 26 de agosto de 2014
Jason
Era hjo de Esón, rey de Yolcos, en la región de Tesalia, nieto de Eolo. Según las distintas versiones su madre podría ser Alcimeda o Polímede. Esón había sido derrocado por su hermanastro Pelias y, ante tal traición, un oráculo había predicho a éste que uno de sus sobrinos lo mataría o derrocaría. Nada más nacer Jasón, y temiendo su madre la ira de Pelias, dijo que el niño había enfermado y luego anunció su muerte. Se celebraron unos funerales con mucha pompa y dramatismo para darle una mayor credibilidad a tal hecho. Jasón, en realidad, estaba totalmente sano, y estaba siendo criado por el centauro Quirón, que le enseñó artes como la astronomía o la medicina. Cuando Jasón cuplió veinte años, abandonó a su maestro y un oráculo le indicó que debía ir a Yolcos, semidesnudo con pieles de leopardo, el pie descalzo y dos lanzas. Al llegar a su ciudad natal, causó gran expectación y asombro y pudo hacerse oir. Anunció que era el hijo de Eson y que quería recuperar su trono. Entonces Pelias, que temía tanto al joven como a un pueblo insatisfecho, ideó una estratagema para solucionar el problema que se le planteaba. Llamó a Jasón y le dijo que había tenido un sueño en el que un oráculo le decía que debía restablecer el honor de Frixo, un antepasado asesinado en la Colquide, trayendo sus cenizas a su tierra. Además, le dijo que en aquel lugar, Frixo también había dejado un vellocino de oro que le colmaría de riquezas. Después le prometió que si hacía todo esto le restablecería en el trono.
Jasón era un joven fuerte y aguerrido y no dudó en acometer tal empresa, entonces reunió a un grupo de acompañantes, los argonautas y emprendió la búsqueda del vellocino de oro. Para realizar tan notable hazaña y por consejo de Atenea, mandó construir una nave llamada "Argos", que sirvió de medio de transporte para Jasón y los argonautas en su búsqueda.
Durante sus múltiples hazañas conoció a Medea, hija del rey de la Cólquide, que guardaba el vellocino, quien le ayudó a lograr el éxito.
Cuando concluyó la búsqueda y recuperación del vellocino de oro, Jasón y Medea regresaron a Yolco con la misión cumplida. A partir de aquí existen múltiples versiones sobre lo ocurrido. En unas, Jasón logra el trono y en otras, simplemente se queda a vivir allí. Además Medea fue la que mató a Pelias, unas leyendas dicen que con el consentimiento de Jasón, y otras que sin él. Jasón y Medea tuvieron varios hijos, no hay acuerdo exacto en cuales fueron, y entre ellos se incluyen a Medeo, Eriopis, Feres, Mérmero, Tésalo, Alcimenes y Tisandro. Tiempo después se fueron a Corinto, lo que pudo deberse a un simple capricho o a su expulsión de Yolco por la muerte de Pelias. Allí fueron felices durante muchos años, pero el rey de Corinto, Creonte, quiso unir su estirpe a la de Jasón y le ofreció la mano de su hija Glauce, o Creúsa. Jasón aceptó sin dudarlo y rechazó a Medea, que tuvo que exiliarse. Sin embargo, antes de que esto ocurriera pudo preparar su venganza, que consumó con el asesinato de toda la corte real.
Tiempo después, y estando ya Jasón solo, se unió con Peleo para derrocar a los reyes de Yolco, Acasto y Astidamia, lo que logró de forma cruel. En cualquier caso, Jasón fue rey de Yolco hasta el final de sus días.
Jasón era un joven fuerte y aguerrido y no dudó en acometer tal empresa, entonces reunió a un grupo de acompañantes, los argonautas y emprendió la búsqueda del vellocino de oro. Para realizar tan notable hazaña y por consejo de Atenea, mandó construir una nave llamada "Argos", que sirvió de medio de transporte para Jasón y los argonautas en su búsqueda.
Durante sus múltiples hazañas conoció a Medea, hija del rey de la Cólquide, que guardaba el vellocino, quien le ayudó a lograr el éxito.
Cuando concluyó la búsqueda y recuperación del vellocino de oro, Jasón y Medea regresaron a Yolco con la misión cumplida. A partir de aquí existen múltiples versiones sobre lo ocurrido. En unas, Jasón logra el trono y en otras, simplemente se queda a vivir allí. Además Medea fue la que mató a Pelias, unas leyendas dicen que con el consentimiento de Jasón, y otras que sin él. Jasón y Medea tuvieron varios hijos, no hay acuerdo exacto en cuales fueron, y entre ellos se incluyen a Medeo, Eriopis, Feres, Mérmero, Tésalo, Alcimenes y Tisandro. Tiempo después se fueron a Corinto, lo que pudo deberse a un simple capricho o a su expulsión de Yolco por la muerte de Pelias. Allí fueron felices durante muchos años, pero el rey de Corinto, Creonte, quiso unir su estirpe a la de Jasón y le ofreció la mano de su hija Glauce, o Creúsa. Jasón aceptó sin dudarlo y rechazó a Medea, que tuvo que exiliarse. Sin embargo, antes de que esto ocurriera pudo preparar su venganza, que consumó con el asesinato de toda la corte real.
Tiempo después, y estando ya Jasón solo, se unió con Peleo para derrocar a los reyes de Yolco, Acasto y Astidamia, lo que logró de forma cruel. En cualquier caso, Jasón fue rey de Yolco hasta el final de sus días.
jueves, 15 de mayo de 2014
jueves, 24 de abril de 2014
Leto
Hija de Ceo y de Febe fue una joven diosa de la primera generación. Mantuvo un escarceo amoroso con Zeus quedándose embarazada del dios. Hera, su celosa mujer, prohibió a Leto dar a luz en cualquier lugar donde brillase el sol, viendose obligada a vagar por el mundo en busca de un lugar en el que poder alumbrar. Siempre atentamente vigilada por la propia Hera, y también por Iris y Ares.
Para poder escapar más facilmente, Zeus la había convertido en codorniz, pero a pesar de esta discreta forma, no pudo liberarse de sus perseguidores. Finalmente, llegó a una isla errante llamada Ortigia, pero que desde entonces cambió su nombre por el de Delos, la brillante, donde Poseidón para despistar a Hera, construyó una enorme bóveda que permitiría a Leto dar a luz a sus hijos. Todos los dioses salvo Hera, asistieron al parto, incluida Ilitía, diosa de los alumbramientos, que no quería colaborar, pero que finalmente aceptó a cambio de importantes regalos. Leto dio a luz a dos gemelos, que luego se convertirían en importantes dioses olímpicos. Primero nació Artemisa, ayudando ella misma al nacimiento de su hermano Apolo, aistiendo así a los horrores del parto, lo que le hizo convertirse en una diosa virgen que despreciaba los amores masculinos.
Leto siempre fue protegida por sus hijos. Apolo mató a la serpiente Pitón cuando supo que había amenazado de muerte a su madre y al gigante Ticio, que pretendió violarla, instigado por Hera. Junto a su hermana Ártemis atacaron a Níobe y a sus hijos porque habían humillado publicamente a su madre.
Un día que Leto, en su constante huida de Hera que le prometió odio eterno, llegó exhausta a la isla de Licia, pidió socorro a unos campesinos que descansaban cerca de una laguna, solicitándoles un poco de agua. Éstos se negaron a entregársela, dominados por Hera, e incluso, se atrevieron a enturbiarla. Entonces, Zeus acudió presto al lugar, ayudó a Leto, y convirtió a los malvados campesinos en ranas, animales que tienen en el barro su modo de vida.
Para poder escapar más facilmente, Zeus la había convertido en codorniz, pero a pesar de esta discreta forma, no pudo liberarse de sus perseguidores. Finalmente, llegó a una isla errante llamada Ortigia, pero que desde entonces cambió su nombre por el de Delos, la brillante, donde Poseidón para despistar a Hera, construyó una enorme bóveda que permitiría a Leto dar a luz a sus hijos. Todos los dioses salvo Hera, asistieron al parto, incluida Ilitía, diosa de los alumbramientos, que no quería colaborar, pero que finalmente aceptó a cambio de importantes regalos. Leto dio a luz a dos gemelos, que luego se convertirían en importantes dioses olímpicos. Primero nació Artemisa, ayudando ella misma al nacimiento de su hermano Apolo, aistiendo así a los horrores del parto, lo que le hizo convertirse en una diosa virgen que despreciaba los amores masculinos.
Leto siempre fue protegida por sus hijos. Apolo mató a la serpiente Pitón cuando supo que había amenazado de muerte a su madre y al gigante Ticio, que pretendió violarla, instigado por Hera. Junto a su hermana Ártemis atacaron a Níobe y a sus hijos porque habían humillado publicamente a su madre.
Un día que Leto, en su constante huida de Hera que le prometió odio eterno, llegó exhausta a la isla de Licia, pidió socorro a unos campesinos que descansaban cerca de una laguna, solicitándoles un poco de agua. Éstos se negaron a entregársela, dominados por Hera, e incluso, se atrevieron a enturbiarla. Entonces, Zeus acudió presto al lugar, ayudó a Leto, y convirtió a los malvados campesinos en ranas, animales que tienen en el barro su modo de vida.
Ícaro y Dédalo
Dédalo era, según las tradiciones atenienses, hijo de Alcipe, que a su vez, era hija de Crecops. La paternidad de Dédalo es más confusa y se atribuye a Eupálamo, a Palamaón o a Metión.
Dédalo era un magnífico escultor y arquitecto, protagonizando por estas virtudes diferentes leyendas de relevancia. Su sobrino Talos trabajó con él como discípulo, pero pronto resultó incluso más inteligente que el propio Dédalo, lo que demostró al inventar la sierra, una herramienta muy útil para sus labores, inspirándose en las espinas de los peces. Dédalo tenía mucha envidia de tal invento y lanzó a su sobrino desde lo alto de un tejado en la Acrópolis, provocándole la muerte. El tribunal del Aerópago le juzgó y lo expulsó de la ciudad, marchándose a Creta.
En el reino de Minos encontró una gran acogida y allí realizó diferentes trabajos de importancia. Destacó por ejemplo, por la construcción de Talos, una enorme estatua de bronce, símbolo de la defensa militar de la ciudad. Esculpió una vaca para el Minotauro, construyó una amplia pista de baile para Ariadna, y por petición del rey, construyó un enorme y complejo laberinto en la ciudad donde fue encerrado el Minotauro, una horrible bestia. Estaba formado por multitud de pasillos de los que era imposible hallar la salida y que, como únicos signos distintivos, tenía un tablado en la entrada para los coros de danzantes que participaban en las diferentes consagraciones al Minotauro. La salida sólo era conocida por Dédalo y por Ariadna, hija de Minos, a quien el constructor le había transmitido el secreto. Cuando el joven Teseo llegó a la ciudad para matar al Minotauro, Ariadna le ayudó a salir del laberinto gracias a los conocimientos aprendidos de Dédalo. Minos, para que Dédalo no revelara a nadie como salir del laberinto lo encerró en él junto con su hijo Ícaro. Quedaron allí presos durante mucho tiempo hasta que Dédalo pudo por fin hallar, gracias a su enorme inteligencia, una forma de liberarse de su cautiverio. Solicitó a sus carceleros plumas y cera, con la excusa de querer hacerle un regalo al soberano Minos y con todo esto creó unas alas para su hijo y para él. Tras probarlas, comprobó que servían sin problemas para volar y se las colocó a su hijo, advirtiéndole muy seriamente que no se acercase mucho al sol, porque la cera se fundiría y caería muerto, pero tampoco al mar, porque la sal endurecería la cera y la haría demasiado pesada para sus pocas fuerzas.
Emprendieron el vuelo, y se mantuvieron siempre en una posición adecuada para sus necesidades pero cuando Ícaro se confió empezó a subir en altura, admirado de todo cuanto le rodeaba, y se acercó tanto al sol que se desprendieron sus sujeciones, al derretirse la cera, las plumas se separaron cayendo Ícaro hacia el mar. Cuando Dédalo pudo oir sus gritos de espanto ya era tarde, e Ícaro había muerto, dando nombre a esa tierra como Icaria.
Según una leyenda el propio Heracles se encargó de darle sepultura en la isla Doliquea. Dédalo, por su parte, llegó a Cumas, Italia, sin problemas y allí levantó un templo en honor de Apolo. Desde allí se fue a Sicilia, donde reinaba Cócalo, que le dio protección frente a Minos, que no luchaba más que por apresar al fugitivo, si bien no tuvo suerte y halló la muerte en tal empresa. Junto a Cócalo, Dédalo siguió dedicándose a la construcción, haciéndose cargo de un embalse en el río Alabón, unos baños en Selinunte, una fortaleza en Agrigento y una terraza para el templo de Afrodita en el monte Érix.
En psicología, Ícaro simboliza al hombre que intenta huir de su neurosis (laberinto) a través de medios utópicos, que a veces se disfrazan con medios tecnológicos, como las alas de cera (fármacos).
Dédalo era un magnífico escultor y arquitecto, protagonizando por estas virtudes diferentes leyendas de relevancia. Su sobrino Talos trabajó con él como discípulo, pero pronto resultó incluso más inteligente que el propio Dédalo, lo que demostró al inventar la sierra, una herramienta muy útil para sus labores, inspirándose en las espinas de los peces. Dédalo tenía mucha envidia de tal invento y lanzó a su sobrino desde lo alto de un tejado en la Acrópolis, provocándole la muerte. El tribunal del Aerópago le juzgó y lo expulsó de la ciudad, marchándose a Creta.
En el reino de Minos encontró una gran acogida y allí realizó diferentes trabajos de importancia. Destacó por ejemplo, por la construcción de Talos, una enorme estatua de bronce, símbolo de la defensa militar de la ciudad. Esculpió una vaca para el Minotauro, construyó una amplia pista de baile para Ariadna, y por petición del rey, construyó un enorme y complejo laberinto en la ciudad donde fue encerrado el Minotauro, una horrible bestia. Estaba formado por multitud de pasillos de los que era imposible hallar la salida y que, como únicos signos distintivos, tenía un tablado en la entrada para los coros de danzantes que participaban en las diferentes consagraciones al Minotauro. La salida sólo era conocida por Dédalo y por Ariadna, hija de Minos, a quien el constructor le había transmitido el secreto. Cuando el joven Teseo llegó a la ciudad para matar al Minotauro, Ariadna le ayudó a salir del laberinto gracias a los conocimientos aprendidos de Dédalo. Minos, para que Dédalo no revelara a nadie como salir del laberinto lo encerró en él junto con su hijo Ícaro. Quedaron allí presos durante mucho tiempo hasta que Dédalo pudo por fin hallar, gracias a su enorme inteligencia, una forma de liberarse de su cautiverio. Solicitó a sus carceleros plumas y cera, con la excusa de querer hacerle un regalo al soberano Minos y con todo esto creó unas alas para su hijo y para él. Tras probarlas, comprobó que servían sin problemas para volar y se las colocó a su hijo, advirtiéndole muy seriamente que no se acercase mucho al sol, porque la cera se fundiría y caería muerto, pero tampoco al mar, porque la sal endurecería la cera y la haría demasiado pesada para sus pocas fuerzas.
Emprendieron el vuelo, y se mantuvieron siempre en una posición adecuada para sus necesidades pero cuando Ícaro se confió empezó a subir en altura, admirado de todo cuanto le rodeaba, y se acercó tanto al sol que se desprendieron sus sujeciones, al derretirse la cera, las plumas se separaron cayendo Ícaro hacia el mar. Cuando Dédalo pudo oir sus gritos de espanto ya era tarde, e Ícaro había muerto, dando nombre a esa tierra como Icaria.
Según una leyenda el propio Heracles se encargó de darle sepultura en la isla Doliquea. Dédalo, por su parte, llegó a Cumas, Italia, sin problemas y allí levantó un templo en honor de Apolo. Desde allí se fue a Sicilia, donde reinaba Cócalo, que le dio protección frente a Minos, que no luchaba más que por apresar al fugitivo, si bien no tuvo suerte y halló la muerte en tal empresa. Junto a Cócalo, Dédalo siguió dedicándose a la construcción, haciéndose cargo de un embalse en el río Alabón, unos baños en Selinunte, una fortaleza en Agrigento y una terraza para el templo de Afrodita en el monte Érix.
En psicología, Ícaro simboliza al hombre que intenta huir de su neurosis (laberinto) a través de medios utópicos, que a veces se disfrazan con medios tecnológicos, como las alas de cera (fármacos).
jueves, 20 de marzo de 2014
Jacinto
Era un bello espartano, hijo de Amiclas, pero su importancia reside por ser el amigo íntimo de Apolo, quien le había prometido enseñarle a tocar el laúd y tirar el arco, como método para verle más a menudo pues le apreciaba mucho.
Céfiro, dios del viento del Oeste, también sentía gran estima por Jacinto pero no era nunca correspondido mientras que Apolo sí recibía continuas muestras de afecto y cariño por parte de Jacinto. Céfiro atormentado por los celos, decidió dar muerte a Jacinto y un dia que jugaban al disco, desvió el disco golpenado la sien del joven con tal violencia que logró su objetivo. Apolo intentó salvarlo con las plantas de mayor capacidad curativa pero fue inútil y Jacinto murió convirtiéndose en una flor, pero no en el jacinto, sino en el lirio o en la espuela.
Otras leyendas afirman también que la muerte se debió a un disco pero lanzado accidentalemnte por Apolo. Por otra parte, a menudo se ha considerado que la relación entre los personajes implicados en este mito no eran de amistad sino de amor y deseo.
Céfiro, dios del viento del Oeste, también sentía gran estima por Jacinto pero no era nunca correspondido mientras que Apolo sí recibía continuas muestras de afecto y cariño por parte de Jacinto. Céfiro atormentado por los celos, decidió dar muerte a Jacinto y un dia que jugaban al disco, desvió el disco golpenado la sien del joven con tal violencia que logró su objetivo. Apolo intentó salvarlo con las plantas de mayor capacidad curativa pero fue inútil y Jacinto murió convirtiéndose en una flor, pero no en el jacinto, sino en el lirio o en la espuela.
Otras leyendas afirman también que la muerte se debió a un disco pero lanzado accidentalemnte por Apolo. Por otra parte, a menudo se ha considerado que la relación entre los personajes implicados en este mito no eran de amistad sino de amor y deseo.
Hipólito
Su padre fue el héroe Teseo, y su madre dependiendo de las versines existentes: Hipólita, reina de las Amazonas, Antíope o Melanipa. Su padre se casó con Fedra, con quien tuvo dos hijos, tras lo cual Hipolito fue enviado a la región de Trecén donde le acogió hospitalariamente el rey Piteo que le nombró su heredero.
Al joven le gustaba mucho la caza y la vida en naturaleza por lo que siempre estaba realizando ofrendas a Artemisa y depreciaba los amores femeninos, lo que enfadó a Afrodita. Entonces para vengarse, Afrodita promovió en Fedra un apasionado amor por su hijastro Hipólito, de lo que éste tuvo conocimiento en una carta que ella le envió. Cuando Hipólito la rechazó, Fedra, perdida por el amor que sentía, se ahorcó, no sin antes dejar escrita una nota para su marido en la que acusaba a Hipólito de querer seducirla. Cuando Teseo descubrió lo sucedido pidió a Poseidón que diera muerte a su hijo.
Un día, que Hipólito iba camino de su hogar en su carro de caballos por las costas de Trecén, un horrible monstruo emergió de las aguas, asustando a los caballos, que desbocados, terminaron lanzando el carro de Hipólito y a éste hacia unos peñascos. Ocurrida tal desgracia, Ártemis enojada por todo lo sucedido, buscó a Teseo, diciéndole la verdad de todo lo sucedido, y éste aún tuvo tiempo de encontrarse con su hijo, a punto de expirar, y pedirle perdón. Artemisa, entonces, aseguró que se vengaría de Afrodita (lo que llevó a cabo provocando la muerte de Adonis) y prometió fastuosas honras fúnebres y que las generaciones futuras sabrían a la perfección de su virtud y del pecado de Fedra.
Tras su muerte, Hipólito fue honrado en la región como un héroe. Las jóvenes le ofrecían un bucle de sus cabellos antes de casarse y muchos creían que había sido convertido en la constrlación del cochero.
Otra versión de la leyenda afirma que Asclepio lo resucitó y Artemisa lo convirtió en un dios menor, llamado Virbio (significa hombre dos veces) y lo envió a un santuario italiano donde prohibió la presencia de caballos para que no recordase su pasado.
La historia de Hipólito fue inmortalizada por Eurípides en su obra Hipólito.
Al joven le gustaba mucho la caza y la vida en naturaleza por lo que siempre estaba realizando ofrendas a Artemisa y depreciaba los amores femeninos, lo que enfadó a Afrodita. Entonces para vengarse, Afrodita promovió en Fedra un apasionado amor por su hijastro Hipólito, de lo que éste tuvo conocimiento en una carta que ella le envió. Cuando Hipólito la rechazó, Fedra, perdida por el amor que sentía, se ahorcó, no sin antes dejar escrita una nota para su marido en la que acusaba a Hipólito de querer seducirla. Cuando Teseo descubrió lo sucedido pidió a Poseidón que diera muerte a su hijo.
Un día, que Hipólito iba camino de su hogar en su carro de caballos por las costas de Trecén, un horrible monstruo emergió de las aguas, asustando a los caballos, que desbocados, terminaron lanzando el carro de Hipólito y a éste hacia unos peñascos. Ocurrida tal desgracia, Ártemis enojada por todo lo sucedido, buscó a Teseo, diciéndole la verdad de todo lo sucedido, y éste aún tuvo tiempo de encontrarse con su hijo, a punto de expirar, y pedirle perdón. Artemisa, entonces, aseguró que se vengaría de Afrodita (lo que llevó a cabo provocando la muerte de Adonis) y prometió fastuosas honras fúnebres y que las generaciones futuras sabrían a la perfección de su virtud y del pecado de Fedra.
Tras su muerte, Hipólito fue honrado en la región como un héroe. Las jóvenes le ofrecían un bucle de sus cabellos antes de casarse y muchos creían que había sido convertido en la constrlación del cochero.
Otra versión de la leyenda afirma que Asclepio lo resucitó y Artemisa lo convirtió en un dios menor, llamado Virbio (significa hombre dos veces) y lo envió a un santuario italiano donde prohibió la presencia de caballos para que no recordase su pasado.
La historia de Hipólito fue inmortalizada por Eurípides en su obra Hipólito.
lunes, 17 de febrero de 2014
Hero y Leandro
Leandro vivía cerca de Hero, pero entre sus poblaciones se situaba un pequeño estrecho de mar que había que superar en cada visita. Los padres de ambos jóvenes se opusieron a su boda y un día hartos de sus encuentros les prohibieron terminantemente cualquier contacto. Los jóvenes idearon un plan para verse en secreto, cada noche Hero encendía una lumbre en una ventana de su casa, y esta servía de guia para que Leandro, en la orilla opuesta, cruzase con su barco o a nado el estrecho hasta alcanzar a su amada. Así pasaron juntos muchas noches, no sin cierto temor a ser descubiertos, lo que obligaba a Leandro a volver muy temprano.
Una noche hubo un fuerte vendaval que apagó la lumbre encendida por Hero y Leandro, que ya estaba cruzando el corto camino, por más que se esforzó en llegar a su meta, fue tragado por las horribles aguas. La asustada Hero corrió a la mañana siguiente a la playa para obtener información, y cuando estaba atisbando el horizonte, vió el cuerpo muerto de Leandro depositado en la orilla. Horrorizada, Hero se lanzó a las aguas aún turbulentas, en busca del alma de su único amado.
lunes, 30 de diciembre de 2013
12º trabajo: capturar a Cerbero
Tenía
que llevar ante Euristeo al perro de dos cabezas y cola de serpiente
que custodia la entrada al Hades, el reino de los muertos. Como
condición tenía que reducir al animal sin la ayuda de ninguna arma,
solo con su fuerza. Lo que hizo con la ayuda de Hermes, fue bajar
hasta el Hades y pedir a Perséfone y al mismo Hades que le prestasen
a su perro guardián. Los dioses accedieron a cambio de que no le
hiciera daño al animal, y le entregaron la temible bestia que
Hércules presentó ante un aterrorizado Euristeo, que decidió
conceder la libertad al hijo de Zeus.
11º trabajo: Robar las manzanas del Jardín de las Hespérides
Esos
frutos eran de oro y constituían la fuente de la eterna juventud de
los dioses. Este maravilloso jardín se situaba en las comarcas por
donde el sol desaparece, y en él habitaban las Hespérides, las
ninfas que se encargaban de protegerlas junto con una serpiente
inmensa. Sin embargo el emplazamiento exacto del jardín era un
enigma. Hércules vagó durante mucho tiempo intentando encontrarlo,
hasta que a instancias de las ninfas fue a consultar a Nereo, el que
conoce los secretos. Cuando Hércules encontró a Nereo lo encadenó
obligandóle a rebelarle la situación del refugio de las Hespérides,
con lo que Hércules terminó trasladándose hasta más allá, donde
el poderoso Atlas sostenía la bóveda celeste sobre sus espaldas. El
gigante se ofreció a ayudar a Hércules, matando la serpiente que
custodiaba el jardín en su lugar, si él, se ocupaba de sostener el
cielo, el héroe accedió a cambiar de posición con Atlas y,
mientras éste conseguía las manzanas y regresaba, él sostuvo sobre
su descomunal espalda la bóveda celeste.
10º trabajo: capturar los toros rojos de Gerión
El
rebaño de este gigante habitaba en una isla más allá de los
confines de la tierra, Eriteia. Al llegar al final del mar
mediterráneo encontró el paso cerrado por las rocas, Heracles las
apartó creándo así el Estrecho de Gibraltar, poniéndo como límite
de éste dos columnas, una en el peñón de Gibraltar y otra, en el
monte Hacho (Ceuta).
El mostruoso gigante estaba dotado de tres cuernos y además para
resguardar a sus animales se ayudaba de un pastor feroz, Eurition y
de un perro de dos cabezas y cola de serpiente llamado Orto (hermano
de Cerbero, el can que guardaba la entrada al Hades). Hércules
consiguió llegar hasta la isla de Gerión, gracias a la copa que
Helios usaba para desplazarse por el firmamento y que prestó de
buena gana al hijo de Zeus, una vez allí acabó con Eurition y Orto
rapidamente, sin embargo la batalla que estableció con Gerión fue
bastante prolongada, hasta que usando una de sus flechas acabó con
él. Usando la copa de Helios se trasladó con los animales y tras
superar diversas dificultades consiguió llevar parte de los toros
rojos ante la corte de Euristeo, quién los sacrificó para Hera.
jueves, 28 de noviembre de 2013
9º trabajo: Conseguir el cinturón de hipólita, la reina de las Amazonas
Hércules
se trasladó hasta las orillas del Mar Negro y entabló relaciones
con la bella reina que transigió en entregarle su hermoso cinturón.
Sin embargo, Hera se inmiscuyó una vez más en la vida de Hércules
e hizo correr el rumor de que el héroe en realidad lo que pretendía
era secuestrar a la reina, lo que provocó la ira de sus súbditas y
que éstas se alzasen en armas contra Hércules. El héroe consiguió
el famoso cinturón, pero a costa de numerosas vidas, entre ellas la
de la hermosa Hipólita.
8º Trabajo: Secuestrar las yeguas de Diomedes
Eran
famosas por su salvajismo, ya que su cruel amo Diomedes, las
alimentaba con carne humana. Hércules consiguió amansarlas
dándoles de comer la carne de su amo, una vez que los animales se
comportaron docilmente las trasladó ante Euristeo, que se las regaló
a Hera. Según la tradición, Bucéfalo, el caballo de Alejandro
Magno, descendía de una de ellas.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
7º Trabajo:Capturar el toro de Creta
Animal
que estaba destinado al sacrificio en honor de Poseidón y que Minos,
el legendario rey de Creta, decidió sustituirlo por otro animal y
agregarlo a sus rebaños como semental. Poseidon enfurecido hizo que
Parsifae, esposa de Minos se enamorara de él y concibiera con él
un hijo, el Minotaruo, tras lo cual hizo enloquecer al animal
convirtiéndolo en una bestia salvaje que arrasaba con todo por donde
pasaba. Una vez que Hércules llegó a la isla consiguió doblegar a
la bestia, a la que envolvió en una red para poder trasladarlo a
Tirinto, una vez que Euristeo lo vio soltó al animal que moriría
más tarde a manos de Teseo en Maratón.
6º Trabajo: Limpiar los establos de Augias, el rey de la Elide
Hacía
más de treinta años que los establos de dicho rey no se limpiaban,
en éstos se recogían la mayoría de los bueyes de la comarca, lo
que provocaba que el hedor llegara hasta las zonas vecinas. Euristeo
le encomendó este trabajo para humillarle y ridiculizarle, ya que
era tal la cantidad de excrementos que resultaba imposible limpiarlo
todo en un solo dia. Hércules decidió desviar el curso del río
Alfeo y hacerlo pasar por los establos
que quedaron limpios con sus aguas.
5º Trabajo: Exterminar los pájaros de la laguna Estinfalia
Eran
unos pájaros de pico y alas de bronce que se alimentaban de carne
humana. Estos animales se refugiaban entre los juncos y la maleza que
rodeaban la laguna. Para conseguir acabar con ellos Hércules primero
los espantó con el ruido de unos cimbalos y, una vez que las aves
estuvieron en el aire, las abatió a flechazos.
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