Era un enorme gigante con un único ojo, hijo de Poseidón y de Toosa. De aspecto terrible y con un carácter acorde con dicho aspecto, ya que tenía la cara llena de arrugas, con una espesa barba entre las que se advertía una gran boca que llegaba casi hasta las orejas. Aunque su trabajo era el de pastor, su afición consistía en raptar o engañar a los hombres, a los que conducía hasta su cueva para allí alimentarse de ellos mientras aún estaban vivos.
Odiseo fue el único capaz de engañarle. Cuando éste, en su expedición, llegó a Sicilia, morada de los cíclopes y, por lo tanto, de Polifemo, fue encerrado por él durante varios días. El cíclope se alimentaba de sus compañeros, devorando dos cada noche. Odiseo, sin embargo, le hizo beber un vino que lo emborrachó, entonces, junto a sus hombres, le cegó clavándole una rama ardiente en su único ojo. Polifemo comenzó a gemir y chillar, y otros cíclopes acudieron en su ayuda, ante sus lamentos le preguntaron si alguien le había hecho algún daño, a lo que el herido contestó: "Nadie", por lo que sus compañeros se marcharon sin averiguar que "Nadie" había sido como Odiseo se había identificado ante Polifemo. Pensaron que Polifemo había sufrido un ataque de locura.
A la mañana siguiente los supervivientes escaparon, escondiéndose bajo el lomo de las ovejas de Polifemo. Cuando el gigante se dio cuenta de la huida de Odiseo y sus hombres, lo maldijo.
"Él clamando al señor Posidón, elevaba
sus dos manos al cielo cuajado de estrellas: "Escucha,
Posidón de cabellos azules que abrazas la tierra:
si soy tuyo en verdad y en llamarte mi padre te gozas,
haz, te ruego, que Ulises, aquel destructor de ciudades
que nació en Laertes y en Ítaca tiene sus casas,
no retorne a su hogar; y si está decretado que un día
vuelva a ver a los suyos, su buena mansión y su patria,
que sea tarde, en desdicha, con muerte de todos sus hombres,
sobre nave extranjera; y encuéntrese allí nuevos males".
La Odisea de Homero, Canto IX, 525-535.
Estaba enamorado de Galatea y no siendo correspondido su amor, Polifemo asesinó a Acis, que había sido el elegido para el lecho conyugal de Galatea.
Odiseo fue el único capaz de engañarle. Cuando éste, en su expedición, llegó a Sicilia, morada de los cíclopes y, por lo tanto, de Polifemo, fue encerrado por él durante varios días. El cíclope se alimentaba de sus compañeros, devorando dos cada noche. Odiseo, sin embargo, le hizo beber un vino que lo emborrachó, entonces, junto a sus hombres, le cegó clavándole una rama ardiente en su único ojo. Polifemo comenzó a gemir y chillar, y otros cíclopes acudieron en su ayuda, ante sus lamentos le preguntaron si alguien le había hecho algún daño, a lo que el herido contestó: "Nadie", por lo que sus compañeros se marcharon sin averiguar que "Nadie" había sido como Odiseo se había identificado ante Polifemo. Pensaron que Polifemo había sufrido un ataque de locura.
A la mañana siguiente los supervivientes escaparon, escondiéndose bajo el lomo de las ovejas de Polifemo. Cuando el gigante se dio cuenta de la huida de Odiseo y sus hombres, lo maldijo.
"Él clamando al señor Posidón, elevaba
sus dos manos al cielo cuajado de estrellas: "Escucha,
Posidón de cabellos azules que abrazas la tierra:
si soy tuyo en verdad y en llamarte mi padre te gozas,
haz, te ruego, que Ulises, aquel destructor de ciudades
que nació en Laertes y en Ítaca tiene sus casas,
no retorne a su hogar; y si está decretado que un día
vuelva a ver a los suyos, su buena mansión y su patria,
que sea tarde, en desdicha, con muerte de todos sus hombres,
sobre nave extranjera; y encuéntrese allí nuevos males".
La Odisea de Homero, Canto IX, 525-535.
Estaba enamorado de Galatea y no siendo correspondido su amor, Polifemo asesinó a Acis, que había sido el elegido para el lecho conyugal de Galatea.