El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes
El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

lunes, 20 de diciembre de 2010

Helios

Hijo de los titanes Hiperión y Tía, hermano de Seleney de Eos, y, por lo tanto, un titán. Este puesto fue a veces otorgado a Apolo, pero lo más habitual fue que Helios conservara su preminencia como divinidad solar. Dada la importancia de su atribución, el control de lsol era fundamental para la naturaleza. Una vez que se produjo la lucha de los dioses contra los titanes, Zeus conservó a Helios como uno de los dioses que habitaran en el monte Olimpo, pero una vez que Zeus y sus hermanos se repartieton la totalidad del mundo, Helios decidió instalarse en una pequeña isla, Rodas, donde reinar sin injerencias externas; esta isla siempre apareció bajo la protección del dios Sol. posteriormente, también logró bajo su tutela Sicilia y la acrópolis de Corinto, aumentando su reconocimiento en el mundo helénico.
Allí se asentó uniéndose a la nifa Rode, con la que tuvo varios hijos dotados de una gran sabiduría, los helíadas. A pesar de esta unión, Helios no se caracterizó por ser fiel a su amante, ya que tuvo multitud de aventuras, fundamentalmente con ninfas y un enorme número de hijos como Pasifae, Calipso o Circe.
La nifa Clitia se ganó el odio eterno de Helios, ya que ésta se vengó del abandono de este dios inconstante con una nueva amante, denunciando al padre de la joven los amores que se hija mantenía con helios. Esta joven era Leucótoe y su estricto padre al enterarse decidió encerrarla en una cueva profunda, donde ni el sol podía llegar, lo que provocó que Leucótoe ereciera de pena y que Clitia fuera desterrada por Helios, como venganza por su delación.
Los dioses del Olimpo en ocasiones acudían a él, considerado un dios justo y que podía verlo todo, siempre fue apoyado por su hermana Selene. Así, por ejemplo, Hefesto le suplicó en muchas ocasiones que espiara a su esposa Afrodita, para confirmar sus continuas sospechas, que siempre fueron corroboradas.
Se le representa como un joven atlético y guiando un hermoso carro del que tiran cuatro magníficos corceles: Flegonte ardiente, Aetón replandeciente, Pirois ígneo y Éoo amanecer con el que llevaba el sol de un lugar a otro.

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