El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

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martes, 11 de enero de 2011

Ignacio de Loyola

Nació en 1491 y murió en 1556. De noble familia guipuzcoana, a la muerte de su padre pasó al servicio del Duque de Nájera y fue herido en la defensa de navarra contra los franceses. La lectura de libros sagrados durante su convalecencia le llevó a dedicarse a la vida religiosa. Fue ordenado sacerdote en 1538, fundó la compañía de Jesús, que fue aprobada por Pablo III. Su lema es combatir por Dios bajo la bandera de la Cruz, y servir unicamente al Señor y al Papa, su vicario en la tierra, añadiendo así a  los tres votos tradicionales uno de obediencia al Pontífice. Impulsa misiones en américa y funda colegios por todo el mundo.La orden contribuyó a difundir la Contrarreforma católica. En una ocasión, yendo a Roma, se puso a rezar en las ruinas de un templo y tuvo la visión de la Trinidad, en la que Jesús le dijo: Yo os seré en Roma propicio y favorable. Fue canonizado en 1622.
Entre las representaciones más frecuentes donde aparece están: La visión de San Ignacio; Pablo III confirmando la Compañía de jesús; Milagros (curación del leproso, del ciego y expulsión de los demonios) y la apoteosis de San Ignacio.
Sus atributos son: el corazón en llamas aludiendo siempre a la fogosidad o al ardor de su amor por Dios; siglas de la compañía IHS lanzando rayos; y también las siglas AMDG: ad Maiorem Deim Gloriam.
La tipología física de San Ignacio fue establecida por Alonso Sánchez Coello a partir de su mascarilla mortuoria. El retrato fue un encargo del padre Pedro de Ribadeneira, autor de Vida de San Ignacio de Loyola (1633), quien lo describe así: Fue de estatura mediana, tenía el rostro autorizado, la frente ancha y sin arrugas; los ojos hundidos, la nariz alta y combada con la calva de muy venerado aspecto.

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