Galatea, una dulce nereida, había desarrollado un enorme afecto por Acis, un pastor que vivía cerca de ella, siendo fuertemente correspondida. Sin embargo, Polifemo, uno de los más horribles gigantes, también estaba enamorado de ella y le hacía constantes regalos y agasajos con los métodos más sublimes que podía llevar a cabo. Un día, Acis y Galatea se encontraban paseando por el mar, cuando vieron que se acercaba Polifemo, quién gimió de desesperación. Galatea para no provocar la ira del gigante, se escondió bajo el agua, mientras su amado Acis huía y se ocultaba entre unas cañas, Polifemo, poseído por la ira, encontró a su rival y decidió, en un arrebato, dar muerte a Acis lanzándole una piedra, que le golpeó en la cabeza. Galatea, al descubrir lo sucedido, se llenó de tristeza, y Zeus, para evitar que su sufrimiento continuara por más tiempo, decidió convertirla en una fuente, y a su mado, en un río, que sigue aún fluyendo en la región de Sicilia (Italia) como muestra de la perseverancia de su amor por Galatea
Para la mitología griega el Olimpo era el hogar de los dioses olímpicos, los principales dioses del panteón griego, presididos por Zeus. Los griegos creían, que en él, había construidas mansiones de cristal en las que moraban los dioses. Es el análogo espiritual del mundo superior en la cosmología chamánica, o también de "el cielo" de los cristianos.
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