El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes
El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

viernes, 28 de abril de 2017

Paris

Hijo de Príamo y Hécuba, reyes de Troya. Cuando Hécuba estaba embarazada, tuvo un sueño, después aclarado por un oráculo, en el que se afirmaba que el niño que llevaba en su seno destruiría su patria. Ante este hecho, Príamo ordenó a su oficial Arquelao que lo hiciera desaparecer, pero éste, ante los ruegos de Hécuba, lo confió a unos pastores encargados de su educación.

Paris creció robusto, hermoso e inteligente, hasta tal punto que la bella ninfa Oenona, se casó con él. Partició en los juegos fúnebres que se celebraban en Troya en su honor,  allí ganó y fue reconocido por Casandra como el difunto hijo del rey. Alcanzó mucha fama tras su participación en los juegos de Troya y fue reconocido incluso en el Olimpo, donde Hermes le propuso como árbitro del problema en el que por aquel entonces se encontraban: decidir sobre la belleza de las diosas.

Eris, la diosa de la discordia, la única no invitada a la boda del rey Peleo y de la nereida Tetis, apareció al final de la celebración envuelta en una nube y lanzó en el banquete una manzana de oro que decía estar destinada a la más hermosa. Zeus se negó a asignar este título a una de las tres aspirantes: Hera, Atenea y Afrodita, por lo que éstas, finalmente pidieron a Paris, príncipe de Troya, que diera su veredicto. Todas intentaron sobornarlo. Hera le ofreció ser un poderoso gobernante, Atenea una gran fama militar y Afrodita le prometió la mujer más hermosa de la tierra. Ganó Afrodita y ésta tuvo que ayudarle a lograr a Helena, hija adoptiva de Tíndaro y esposa de Menelao, que vivía en Esparta.

Paris llegó a Esparta con un gran bagel y fue atendido con todos los honores por el rey, pero no abandonó sus propósitos y se dedicó a agradar a Helena con las palabras más afectuosos y las atenciones más exquisitas. Al poco tiempo, Menelao tuvo que irse a Creta a resolver un asunto urgente y Paris aprovechó para abrir su corazón a Helena, quien abjuró de su patria y se fue con él. Entonces, Menelao, ofendido en lo más profundo de su ser, llamó a todos sus colaboradores y a sus ejércitos e inició la llamada guerra de Troya. Durante esta guerra, Paris luchó  contra los griegos, tuvo que ser rescatado varias veces por Afrodita y finalmente fue herido por Filoctetes. Entonces, Paris volvió junto a Oenona, quien intentó curarlo compasiva y aún enamorada, pero no lo consiguió. Paris murió a los pocos días y junto a él fue enterrada Oenona, que falleció de tristeza. Helena, ahora ya, de Troya, sufrió múltiples calamidades, siendo castigada por sus acciones.

A pesar de haber pasado a la historia como un hombre afeminado y envanecido de sí mismo, también es cierto que durante el asedio troyano se distinguió en el combate, hiriendo a Diomedes, Macaón, Antíloco y Palamedes; y, sobre  todo, siendo el autor del disparo de flecha que acabó con la vida de Aquiles.

Iconográficamente Paris es representado como un hombre joven y guapo, un poco afeminado y con  un gorro frigio haciendo alusión a su origen. El tema del juicio de Paris, ha sido muy recurrente a lo largo de la Historia del Arte desde el Renacimiento.






sábado, 4 de marzo de 2017

Pandora

Zeus, gran señor del Olimpo, estaba enojado con el titán Prometeo por la osadía de éste al robar el fuego y dárselo a los hombres.  Por lo que ordenó a Hefesto que creara una mujer  de arcilla y se la diera a Prometeo por esposa. Éste amasó la arcilla y modeló el cuerpo de una virgen semejante a las diosas. Una vez terminada su figura, le prestó una chispa de su fuego como alma y la llamó Pandora, se abrieron sus ojos, el movimiento animó sus miembros y su boca comenzó a articular palabras. Cada dios le concedió una perfección. Afrodita la hermosura; Atenea la sabiduría; Hermes la elocuencia; Apolo el talento para la música; y Zeus añadió una caja extremadamente hermosa y cerrada que Pandora debía ofrecer a su esposo como regalo de boda.

De esta manera tan extraordinaria esta mujer fue llevada ante Prometeo  que había sido elegido para ser su esposo. Pero el titán, astuto por naturaleza, receló de los presentes de Zeus, ya que la enemistad entre ambos era manifiesta y nada soterrada, por lo que no quiso recibir ni a Pandora y mucho menos la caja. Para evitar un enfrentamiento mayor con los dioses del Olimpo, que se desataría si rechazaba abiertamente el presente tan divino, decidió entregársela a su hermano Epimeteo, no sin antes advertirle de sus recelos y rogarle precaución.
Pandora ofreció a su esposo el regalo de bodas que Zeus le había otorgado, Epimeteo, quizás obnubilado por la hermosura de su esposa, olvidó la advertencia de su hermano Prometeo y abrió la caja misteriosa. En ella se hallaban encerrados todos los males que pueden afligir a la raza humana (enfermedades, guerras, hambres...) que se extendieron por toda la tierra. Cuando cerró la caja quedó en el fondo la Esperanza cuya huida pudo evitar. Por eso se ha dicho siempre que puede perderse todo, pero que la esperanza siempre prevalece en el espíritu de los hombres.





A causa del mito, se llama "caja de Pandora" a todo aquello que, a pesar de su aparente belleza, puede causar toda clase de males.