El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes
El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

domingo, 15 de julio de 2018

Zeus

" Dijo y sobre las oscuras  cejas asintió el Cronión;
y las inmortales guedejas del soberano ondearon
desde la inmortal cabeza, y el alto Olimpo sufrió una honda sacudida". La Ilíada de Homero, Canto I, 528/530.


      Era el dios del cielo y soberano de los dioses olímpicos. Se le consideraba también el padre de todos los dioses y los hombres, aunque en el sentido de protector y no de creador directo. Según la mitología clásica era el señor del cielo y de la lluvia,  el creador de las nubes que controlaba con su temible rayo desde su trono dorado, una de las armas más poderosa del Olimpo. Su arma principal era la égida (piel de la cabra Amaltea que lo amamantó) que entregó a su hija  la diosa Atenea, su ave era el águila y sus árboles el roble y la encina, ambos símbolos de fortaleza. Suele ser representado sentado en un trono de oro, con el rayo en una mano y un cetro en la otra, y a sus pies el águila con las alas desplegadas.

 Pertenece a la segunda generación divina cuyos padres fueron el titán Cronos y la titánide Rea, y tuvo muchos hermanos importantes como Poseidón, Hades, Hestia, Démeter y Hera.
Inició la generación de los llamados dioses olímpicos instaurando toda la corte de dioses y diosas que habitaban en el Olimpo. Su poder fue disputado por las sagas de Gigantes y de los Aloadas. pero finalmente, la lucha siempre se decantaba por el bando de los olímpicos.

    El nacimiento de Zeus es uno de los acontecimientos más destacados y conocidos de la mitología griega y ha sido muchas veces representado en la Historia del Arte. Su padre temiendo ser derrotado por uno de sus hijos, igual que él hiciera con su progenitor, los devoraba según nacían. Su madre Rea, cansada de tanta muerte, cuando nació Zeus,engañó a su marido envolviendo una piedra entre pañales y  entregándosela a Cronos para su ingesta. Zeus fue escondido por su madre en el Monte Ida en Creta y criado por la cabra Amaltea. Cuando se hizo adulto obligó a su padre a regurgitar la piedra que se había tragado así como al resto de sus hijos que se había devorado. Zeus también liberó a los hermanos de Cronos, los Hecatónquiros y los Cíclopes, de su mazmorra en el Tártaro, donde fueron desterrados por su propio hermano. Como muestra de agradecimiento, los Cíclopes le dieron el trueno, el rayo o el relámpago, que había sido previamente escondido por Gea.
En una guerra llamada la Titanomaquia, que duró diez años, Zeus y sus hermanos, junto con los Hecatónquiros y los Cíclopes, derrocaron a Cronos y a los otros Titanes, que fueron encerrados en el Tártato, un lugar húmedo, lúgubre y frío en lo más profundo del submundo y allí quedaron custodiados por los Hecatónquiros. El titán Atlas tuvo otro castigo, fue castigado a sostener la bóveda celeste. Después de esta victoria, Zeus, Poseidón y Hades se repartieron el dominio del mundo al azar.

        Sin lugar a dudas Zeus es el amante por excelencia, padre de dioses y hombres, es el protagonista de multitud de historias de amor y frenesí. Durante toda su vida se dedicó a cultivar los placeres de la carne y las artes amatorias tanto con mortales como con diosas. De las uniones con mortales nacieron los fundadores de muchas dinastías helénicas. En estas conquistas suele metamorfosearse, tanto para ocultarse de su esposa Hera, como para no asustar a los humanos con sus poderes sobrenaturales. Todas estas uniones dieron sus frutos, tanto mortales, como dioses e incluso héroes.
Contrajo matrimonio sagrado con su hermana Hera tras haber mantenido amores con la diosa transformado en cuco. Según la mitografía olímpica antes de esta unión ya había mantenido relaciones con otras diosas. Muchos mitos muestran a una Hera muy celosa y enemiga sistemática de todas las amantes de Zeus y de los hijos que tenían con él. Durante un tiempo, una ninfa llamada Eco, tuvo el trabajo de distraer a Hera de estas aventuras hablándole incesantemente. Cuando Hera descubrió el engaño la castigó con un hechizo que le quitaba la voz salvo para repetir la última palabra que oyera.

"¡ Hera! no esperes realmente todos mis propósitos 
conocer; difícil para ti será aun siendo mi esposa.
El que convenga que escuches ningún otro
de los dioses ni de los hombres lo conocerá antes que tú;
más de los que lejos de los dioses yo quiera decidir
ni preguntes por cada uno ni trates de indagarlos". La Ilíada de Homero, Canto I , 545/550

Con su esposa Hera engendró a cinco dioses, a Hebe que sería la ayudante personal de los dioses, a Ares que sería el dios de la guerra, a Ilitía que fue la diosa de los partos, a Eris la diosa de la discordia y a Hefesto el dios del fuego. Con Démeter concibió a Perséfone que se convertiría en la reina del inframundo. A los mellizos Artemisa y Apolo, ella diosa de la caza y él, dios de la belleza, perfección y armonía, los engendró con la diosa Leto. De la unión entre Zeus y Maya nació Hermes, el dios mensajero. Con su primera esposa Metis engendró a Atenea, diosa de la guerra, la cual nació de la cabeza de su progenitor tras haberse tragado a su madre embarazada. A las Musas las engendró con la diosa Mnemósime. Con la diosa Temis concibió a las Horas, diosas del orden de la naturaleza y las estaciones, y las Moiras, las personificaciones del destino.

Existen innumerables metamorfosis para las conquistas que el dios llevó a cabo con las mortales. Para poseer a Dánae se convirtió en lluvia dorada y concibieron al héroe Perseo. Con Alcmena se transformó en su marido Anfitrión y engendraron a uno de los héroes más emblemáticos de la mitología clásica, Heracles. A Europa se le mostró como un bello toro blanco y concibieron a tres hijos, Minos, Radamantis y Sarpedón. Para copular con Leda se metamorfoseó en cisne engendrando a Polux y Helena de Troya, quienes salieron de dos huevos junto con Clitemnestra y Cástor, hijos de su esposo. Sémele fue amante de Zeus durante un tiempo y fruto de esa relación nació Dionisios. A la ninfa Calisto la sedujo transformándose en la diosa Artemisa y de esa unión nació Arcas. Para fecundar a Io se le mostró en sueños engendrando a Epafo. Con Eurinome concibió a las Tres Gracias. Eaco nació de la unión del dios con la ninfa Egina. Con Taigete concibió a Lacedemón. Como amante masculino tuvo a Ganímedes con quien se metamorfoseó en águila, a quien se llevó al Olimpo convirtiéndolo en copero real de los dioses.


            Zeus desempeñaba un papel dominante tanto en la vida cotidiana de los dioses y humanos de la Grecia clásica como en su vida sentimental.

miércoles, 23 de mayo de 2018

Tiresias

Nacido en Tebas, era hijo de la ninfa Cariclea, que vivía en la corte de la diosa de la sabiduría. Fue uno de los mas famosos videntes de toda Grecia, a pesar de que era ciego, aunque no de nacimiento, su ceguera le fue provocada por Atenea a quien Tiresias encontró bañándose desnuda. Sin embargo, Atenea también le recompensó con el don de la profecía y le entregó un bastón o varita mágica con la que podía desenvolverse incluso mejor que cualquier vidente.
Según otra leyenda  Tiresias había vivido transformado durante una época en mujer, tras matar con su bastón a una hembra de serpiente que se estaba apareando. Esta transformación que duró siete años, la recoge Ovidio en su obra "Metamorfosis" Debido a su condición de mujer, medió en la disputa que mantenían Zeus y su esposa Hera, discutían sobre qué sexo gozaba más con el amor, Tiresias respondió que el hombre experimenta una décima parte del placer que la mujer, por lo que Hera se enojó enormemente causándole la ceguera. Zeus, como compensación, le prometió una larga vida, de tal modo que Tiresias vivió durante más de doscientos años.

La muerte de Tiresias sobrevino durante la guerra de los Espigones mientras intentaba huir de  su belicosidad. Fue el único profeta que mantuvo sus poderes en el mundo de los infiernos. Entre sus hijas se encuentra Manto, que retuvo los poderes proféticos de su padre.


Más entonces el alma llegó de mi madre difunta,
de Anticlea, que engendrara el magnánimo Auitólico. Viva
la dejé en mi mansión al salir para Troya sagrada; 
brotó el llanto en mis ojos al verla, inundóseme el pecho
de dolor; más con todo mi pena impedile, asimismo,
a la sangre llegar mientras yo no escuchase a Tiresias.

Acercóseme el alma por fin de Tiresias tebano
con un cetro de oro. Al notar mi presencia me dijo:
"¡ Oh Laertíada, retoño de Zeus, Ulises mañero!
¿Como ha sido, infeliz, que, a la luz renunciando del día,
has venido los muertos a ver y el lugar sin contento?
Mas aparta del hoyo; retira el agudo cuchillo,
que yo pueda la sangre beber y decir mis verdades."

Tal habló, me aparté y, embutiendo en la vaina mi espada
de tachones de plata, dejele beber negra sangre
de la fosa y entonces me dijo el perfecto adivino:
"Claro Ulises, en ansias estás de tu dulce regreso,
pero un dios te lo va a hacer penoso......"

La Odisea de Homero, Canto XI, 84-100




sábado, 28 de abril de 2018

Perséfone

Perséfone es la diosa de la primavera y la reina del inframundo. Era hija de Zeus y la diosa Démeter, diosa de la agricultura. Hades el dios del inframundo, hermano de su padre, se enamoró de ella. Para conseguir a su amada, Hades llevo a cabo un rapto mientras ella recogía flores en el llano de Enna (Sicilia) con otras ninfas y diosas, en ese momento la tierra se abrió y el dios tomó a la joven y la llevó con él a su reino. Para llevar a cabo este arrebatamiento contó con la complicidad del padre de la joven Perséfone. Su madre cuando se enteró de la desaparición de su hija cayó en una profunda tristeza, realizó largos viajes en busca de su heredera sin éxito. Ante esta situación Démeter dejó de realizar su función germinadora y volvió la tierra estéril.

Durante su estancia en el Tártato, Perséfone comió unos granos de granada lo cual la encadenaba de por  vida al inframundo, no se sabe si fue por voluntad propia o inducida por Hades. Tras este nefasto suceso, Zeus se arrepintió y decidió que Perséfone debía volver al lado de su madre, llegó a una solución favorable para todos, Perséfone pasaría la mitad del año con su madre en la superficie terrestre (estación de la primavera) y la otra mitad del año en el inframundo con su marido (el invierno).

Es representada como una doncella lúgubre de tez blanca con granadas como atributo. La granada es símbolo de fidelidad en el matrimonio.

Dije así y al momento repuso la reina mi madre:
"Hijo mío, ¡ay de mí!, desgraciado entre todos los hombres,
no te engaña de cierto Perséfone, prole de Zeus,
porque es esa por sí condición de los muertos; no tienen
los tendones cogidos ya allí su esqueleto y sus carnes,
ya que todo deshecho quedó por la fuerza ardorosa
e implacable del fuego, al perderse el aliento en los miembros;
sólo el alma, escapando a manera de sueño, revuela
por un lado y por otro. Mas vuelve a la luz sin demora,
que esto todo le puedas contar a tu esposa algún día."

La Odisea de Homero, 215/225.