Eran las ninfas de los cuerpos de agua dulce (fuentes, pozos, manantiales, riachuelos) y encarnaban a la divinidad del curso de agua que habitaban. Si esa masa de agua se secaba la Náyade correspondiente moría. Son seres femeninos mortales pero de gran longevidad.
Según Homero eran hijas de Zeus pero otros mitógrafos las consideran hijas de Océano. Todas las fuentes y manantiales tienen su Náyade o grupo de Náyades, consideradas hermanas y con su leyenda propia. Eran objeto de culto local en época arcaica, se las adoraba como esenciales para la vida y la fertilidad humana. Cuando un joven alcanzaba la mayoría de edad dejaba como ofrenda un mechón de cabellos de su infancia a la Náyade de su manantial local. Los enfermos bebían de sus aguas o tomaban un baño. En otras localidades bañaban un animal como ritual (Lerna). Los oráculos podían localizarse junto a antiguas fuentes.
"Ninfas náyades, hijas de Zeus, yo ya bien creía
que no os iba a ver más; recibid nuevamente el saludo
de mi grata oración y os traeré, como en tiempos, ofrendas
si propicia me deja vivir la nacida de Zeus,
la rapaz Atenea, y a un tiempo prospera ami hijo."
La Odisea de Homero, Canto XIII, 356/60.
Se las representa como bellas jóvenes que enamoran a los mortales por su gracia y belleza. Algunas podían ser peligrosas y tomaban represalias si no se cumplían sus preceptos: bañarse en sus aguas era sacrilegio; verlas también era motivo de castigo; y entre sus peligrosas cualidades destacan los celos y que eran muy caprichosas.
Se dividen en los siguientes tipos:
- Limnátides o Limnades: vivían en lagos y ciénagas peligrosas.
- Pegeas: vivían en cataratas y manantiales.
- Creneas o Crénides: protectoras de las fuentes.
- Eleionomae: viven en pantanos.
- Potámides: de los ríos.
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