El Jardín de las Hespérides es el huerto de Hera en el oeste, donde un único árbol o bien toda una arboleda daban manzanas doradas que proporcionaban inmortalidad. Los manzanos fueron plantados de las ramas con fruta que Gea había dado a Hera como regalo de su boda con Zeus. A las Hespérides (tres ninfas de Occidente) se les encomendó la tarea de cuidar de la arboleda, pero ocasionalmente recolectaban la fruta para sí mismas. Como no confiaba en ellas, Hera también dejó en el jardín un dragón de cien cabezas y cuerpo de serpiente llamado Ladón como custodio.
Cuando Heracles fue castigado por Hera y obligado a realizar los diez trabajos (terminaron por ser doce) que le encomendó Euristeo, el trabajo número once fue robar las manzanas del Jardín de las Hespérides. Heracles fue el único en robar las manzanas y tiempo después la diosa Atenea las devolvió al jardín.