El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes
El Olimpo: Batalla entre dioses y gigantes

lunes, 13 de abril de 2020

Cíclopes

Eran una raza de gigantes con un solo ojo en medio de la frente. Poseían una fuerza sobrehumana y un aspecto repulsivo.
Según  los escritores clásicos había dos generaciones de Cíclopes dependiendo de su orígen y características.
Los considerados de la primera generación. Eran hijos de Urano y Gea, su padre temiendo su fuerza los encerró en el Tártaro. Más tarde fueron rescatados por su hermano Cronos para que lo ayudaran a derrocar a su padre, tras el favor los devolvió al inframundo de donde no salieron hasta que Zeus necesitó de nuevo de su fuerza para que le ayudaran a destronar a Cronos y a los Titanes, en la batalla conocida como la Titanomaquia.

Como agradecimiento a Zeus le regalaron el rayo, a su hermano Poseidón el tridente y a su hermano Hades el casco de la invisibilidad.

Según Homero, estos seres eran pastores que vivían en Sicilia. Eran una raza de salvajes, caníbales (comían hombres) y vivían fuera de la ley, sin temor ni a dioses ni a hombres. Eran muy buenos luchadores. El héroe griego Odiseo junto a sus hombres fueron capturados y retenidos en una cueva por uno de ellos, Polifemo, hijo de Poseidon. Los más conocidos son tres: Brontes, Asteropes y Arges.


Cuando al fin atendidos quedaron aquellos quehaceres,
atrapando a otros dos de los míos los hizo su cena.
Acerquéme yo entonces a él levantando mis manos
con un cuenco de negro licor y le hablé de este modo:
"Toma y bebe este vino, cíclope, una vez que has comido 
carnes crudas de hombre. Verás qué bebida guardaba
mi bajel; para ti la traía si acaso mostrabas
compasión y ayudabas mi vuelta al hogar; más no tienes 
en tu furia medida. ¡Maldito! ¿Qué seres humanos
llegarán después de esto hasta ti? No has obrado en justicia."
La Odisea de Homero, Canto IX, 343/352

En la literatura clásica son mencionados por Hesíodo (menciona a tres que eran hijos de Gea y urano), Homero (describe otro grupo que eran hijos de Poseidón) y Estrabón (menciona otro grupo de cíclopes de Licia que construyeron las murallas de Tirinto).

martes, 7 de abril de 2020

Hecatónquiros

Eran gigantes con cien manos y cincuenta caras, hijos de Gea y Urano. También eran conocidos como centimanos del latín "centimani"(de cien manos). Eran Briaero (el vigoroso), Giges (el de grandes miembros) y Coto (el furioso).

Urano los arrojó al Tártaro y Cronos los rescató para que lo ayudaran a derrocar a su padre. Tras derrocar a Urano, Cronos volvió a encerrarlos en el Tártaro custodiados por Campe. Después llegó Zeus, hijo de Cronos y los volvió a sacar del infierno para que lo apoyaran en la guerra contra los Titanes, conocida como la Titanomaquia.
Cuando terminó la guerra se establecieron en el río Océano, convirtiéndose en los guardianes de las puertas del Tártaro donde Zeus encerró a los vencidos Titanes.

Representaban las fuerzas de la naturaleza, los desastres naturales: Briaero es el de los maremotos y huracanes; Coto el de los volcanes; y Giges el de los terremotos y la tierra.

domingo, 22 de septiembre de 2019

Rea

Es diosa de la fertilidad femenina y la maternidad. Era una de las titánides, hija de Urano y Gea. Estuvo casada con Cronos con quien tuvo varios hijos: Démeter, Hades, Hera, Hestia, Poseidón y Zeus.
Rea junto a su esposo Cronos subió al trono como reyes de los titanes tras la derrota de Urano. Así comenzó la edad dorada, donde no había normas porque todos convivían de forma correcta.

Rea cuando estaba a punto de dar a luz a Zeus, se escondió en la isla de Creta para ocultarle el bebe a su esposo. Cronos sabía por sus padres que sería derrotado por uno de sus hijos igual que él hizo con su progenitor y, cuando nacían sus hijos los devoraba. Escondió al niño en una cueva del Monte Ida y le dio a su esposo una piedra envuelta en pañales

En la mitología griega el símbolo de de Rea es la luna y en el mundo romano era el lunar, también se la simbolizaba con el cisne y dos leones, los que tiraban del carruaje.
En el arte se la representa como una mujer madura con una corona adornada con torres, sentada en un carro tirado por leones.

Fue venerada en la isla de Creta donde se realizaban cantos estridentes y danzas rítmicas acompañadas por el Tympanon (tipo de pandereta), choque de escudos y címbalos provocando una estado de éxtasis religioso en honor de la diosa.


viernes, 26 de julio de 2019

Las ninfas

Eran deidades menores e hijas de Zeus, y también se las convocaba a las reuniones de los dioses en el Olimpo.
Moraban en los bosques, arroyos, grutas, montañas, ríos... y según el lugar donde habitaban se las denominaba Nereidas (ninfas de agua salada), Oréades (ninfas de montes)  y Náyades (ninfas de agua dulce). Ellas son mortales aunque si engendran vástagos de los dioses, estos son inmortales. Según Homero, las ninfas eran inmortales  e incluso las menciona como diosas a las que se le realizan sacrificios.

"¡Héctor Ahora corres aquí persiguiendo lo inalcanzable,
los caballos del belicoso Eácida, que son difíciles
de domar y de conducir para simples hombres mortales
excepto para Aquiles, a quien dió a luz una madre inmortal."

La Iliada Canto XVII, 75-79. Aquí Homero dice que Tetis, ninfa del mar y madre de Aquiles, era inmortal.

Con respecto a los sacrificios que realizaban los humanos a las diosas, Homero lo relata en el Canto XVII, 204-212 de la Odisea:

"Paso a paso bajaban la senda fragosa y se iban
acercando al poblado. A la fuente labrada llegaban,
la de hermosa corriente, en que el agua tomaba aquel pueblo.
La había hecho Políctor con Ítaco y Nérito; en torno
se extendía un redondo sotillo con chopos nutridos
por el agua que arriba, brotaba en la peña, caía
desde allá fresca siempre; un altar consagrado a las ninfas
coronaba la roca y en él los viandantes dejaban
sus ofrendas."


En el mundo del Arte son representadas como bellas doncellas desnudas o semidesnudas que cantan y bailan al son de una dulce música, suelen aparecen ayudando a dioses y rodeadas de sátiros.


viernes, 7 de junio de 2019

Pan

Era un dios griego venerado en Arcadia como dios de los pastores y los rebaños, conocido en el mundo romano por Fauno. También es conocido por ser el dios de la fertilidad y sexualidad masculina, por su reconocida afición a perseguir a ninfas y  jóvenes debido a su excesivo apetito sexual.
Vivía junto a algunas ninfas en los bosques del Parnaso en una gruta llamada Coridia y formaban parte del séquito de Dionisio. Durante las mañanas cuidaba los rebaños y tras el almuerzo se echaba a dormir la siesta, de la cual no podía ser despertado porque sino se enfurecía muchísimo.

Era ágil y veloz,  cuyos atributos son un cayado de pastor y una flauta de pan o siringa, que tocaba con deleite para conquistar a las ninfas o jóvenes mortales que cayeran en sus redes.

Existen distintas genealogías sobre este dios, pero entre las más reconocidas, citar la que afirma que fue hijo de Hermes y de una ninfa, cuando el dios Hermes pastoreaba  los rebaños de Dríope tuvo una relación amorosa con una de sus hijas, de esa unión nació Pan. Presentaba los miembros inferiores como macho cabrío, cuerpo de hombre, cara arrugada de barbilla prominente, con cuernos en la cabeza y el cuerpo cubierto por un bello espeso.

 "Háblame, Musa, del hijo amado de Hermes, caprípedo, bicorne, amante del bullicio, que frecuenta los valles poblados de árboles con las ninfas acostumbradas a las danzas; las cuales pisan las cumbres de escarpadas rocas invocando a Pan, dios de los pastores, de espléndida cabellera, escuálido, a quien se le adjudicaron las colinas nevadas, las cumbres de los montes y los senderos pedregosos. Aquél anda acá y acullá, y unas veces atraviesa espesos matorrales, atraído por las mansas corrientes, y otras pasa por entre escarpadas rocas y sube a la más alta cumbre para contemplar sus ovejas. A menudo corre por las altas blanquecinas montañas; a menudo sigue las laderas y mata fieras que distingue su penetrante vista; en ocasiones, por la tarde y al volver de la caza, grita y modula con sus cañas agradable canto: no le superaría en el cantar el ave que, lamentándose entre las hojas de la florida primavera, emite suavísimo canto. Entonces las melodiosas ninfas montaraces, acompañándole con pie ligero a la fuente de aguas profundas, cantan y el eco resuena en torno de la cumbre del monte; y el dios ora se dirige con pie ligero acá y acullá de los coros, ora penetra en medio de ellos, llevando una rojiza piel de lince sobre la espalda y alegrando su corazón con melodiosas canciones en la blanda pradera donde el azafrán y el jacinto, floridos y olorosos, se mezclan confusamente con la hierba. 27 Las ninfas celebran a los dioses bienaventurados y al vasto Olimpo: y así cantan también a Hermes, que sobresale entre los demás; dicen que es el veloz nuncio de todos los dioses, y cuentan cómo se fue a la Arcadia, rica en manantiales y madre de ovejas, donde está el bosque sagrado del cilenio. Allí, a pesar de ser dios, apacentaba ovejas de polvorienta lana en casa de un hombre mortal, porque ya echaba flor el tierno deseo que le había venido de unirse amorosamente con una ninfa de hermosas trenzas, hija de Dríope; y consumó al fin las floridas nupcias; y ella le dio a Hermes, en su casa, un hijo amado que desde luego se presentó monstruoso a su vista: caprípedo, bicorne, bullicioso, de dulce sonrisa; y la ninfa se levantó y echó a correr —abandonando al niño la que debía amamantarlo—, pues le entró miedo al ver aquella faz desagradable y barbuda. Enseguida el benéfico Hermes lo recibió y tomó en sus brazos, y el dios se alegró extraordinariamente en su corazón. Y envolviendo al niño en las tupidas pieles de una liebre montes, encaminóse rápidamente a la mansión de los inmortales, sentóse junto a Zeus y los demás inmortales y les presentó su hijo: todos los inmortales se regocijaron en su corazón y más que nadie Dióniso Baquio, y le llamaron Pan porque a todos les había regocijado el alma. 48 Y así, salve, oh rey, a quien imploro por medio de este canto; y yo me acordaré de ti y de otro canto"". 
XIX Himno a Pan de Homero.


Nada más nacer huyó al bosque y su padre tuvo que ir a buscarlo para llevarlo al Olimpo para la presentación al resto de dioses, lo encontró y lo envolvió en una piel de liebre para su puesta de largo ante Zeus, allí lo bautizaron como Pan y fue la diversión de todos.




sábado, 4 de mayo de 2019

La Odisea

Odiseo


Odiseo era el rey de Ítaca, una de las actuales islas Jónicas. Hijo de Laertes y Anticlea, o Sísifo y Anticlea. Estaba casado con Penélope y tenía un hijo llamado Telémaco.
Durante veinte años permaneció lejos de su patria, de los cuales diez años estuvo luchando en la Guerra de Troya y los otros diez años buscando el camino de regreso a su hogar.
En la Guerra de Troya tuvo un papel relevante puesto que la idea del caballo fue suya, y gracias a su astucia los griegos consiguieron ganar la guerra. Su intervención en la Guerra de Troya fue decisiva, se dice que fue suya la estratagema del caballo.
Mientras viajaba buscando la dirección correcta hacia Ítaca tuvo increíbles e innumerables aventuras, entre ellas destacar: causaron la ceguera del gigante Polifemo para zafarse de su captor, caen en manos de la maga Circe, las sirenas, combatieron a los monstruos marinos Escila y Caribdis, la estancia en la isla de Ogigia con la ninfa Calipso...

Mientras permaneció fuera, sus enemigos lo dieron por muerto y su esposa pasó a la categoría de viuda, lo que significaba que debía contraer nuevo matrimonio. Penélope fijó como plazo para casarse cuando terminase de tejer una prenda de abrigo para su suegro, de día tejía y de noche lo deshacía. Su treta fue descubierta y se organizó un concurso de tiro con arco para elegir al ganador como esposo. Odiseo se presenta al concurso disfrazado de mendigo y cuando lo gana, se da a conocer, recuperando su casa y su familia.

Homero recoge  en su libro la "Odisea" todas las aventuras y desventuras de los viajes del mítico griego. En dicho libro no hay un orden cronológico, comienza la narración cuando Odiseo está en Oggia prisionero de la ninfa Calipso. La Odisea fue el primer texto griego traducido al latín por Livio Andrónico.

"Cuantos antes habían esquivado la abrupta ruina,
en sus casas estaban a salvo del mar y la guerra;
sólo a él, que añoraba en dolor su mujer y sus lares,
reteníale la augusta Calipso, divina entre diosas,
en sus cóncavas grutas, ansiosa de hacerlo su esposo."

La Odisea, Canto I, 11-15.

Después de la Odisea hay múltiples recreaciones y evocaciones sobre la figura del héroe, primero en los llamados poemas del Ciclo Épico especialmente en la Destrucción de Troya, los Cypria y la Telegonía. En estos textos se contaban los episodios que no nos contó Homero, como son los enfrentamientos con otros héroes como Palamedes y Filoctetes, y la muerte del héroe a manos de Télegono, el hijo que tuvo con Circe. Palamedes fué quién obligó a Odiseo a partir hacia Troya demostrando que Odiseo se hacía pasar por loco para evitar ir. Más tarde fue acusado de traición y condenado a morir debido a los manejos de Odiseo. También fue idea de Odiseo abandonar a Filoctetes con una herida pestilente en la isla de Lemnos, de donde más tarde lo rescataron para que decidiera con sus flechas y arco la toma de Troya. La Telegonía narra la salida de Odiseo de Troya, su viaje por la tierra de los Tesprotos y su regreso a Ítaca para luchar a muerte con Telégono, quién acaba con la vida del héroe.








jueves, 24 de enero de 2019

Calipso

    Calipso era hija del titán Atlas,  reinaba en la isla de Ogigia. Esta ninfa se encuentra en esa isla como castigo tras la derrota de los titanes en  la Titanomaquia, por ser hija de Atlas. La isla es un paraiso para los hombres, donde encuentran todo lo que pueden soñar; clima suave, deliciosos manjares, ninfas encantadoras dedicadas al amor. Calipso pasa el día adulando y enamorando a Odiseo para que olvide su patria Ítaca y se quede para siempre con ella.

   Según Homero, cuando Odiseo arribó a la isla Ogigia, Calipso lo agasajó con manjares, bebidas y su propio lecho,  reteniéndolo a su lado durante siete largos años. Tuvieron dos hijos: Nausítoo y Nausínoo. La ninfa lo amaba con pasión y lo engañó haciéndole creer que el tiempo que estaba allí eran días. Le prometió la inmortalidad y la juventud eterna si no se marchaba de su lado pero Odiseo rehusó a tan grato ofrecimiento. Comenzó a añorar a su familia y su patria, lo cual lo entristecía en exceso. Viendo tan dramática situación Atenea habló con Zeus para que dejase a Odiseo marchar. Tras la marcha de su amado Calipso murió de pena.

De una vez perecieron allí mis valientes amigos
y yo luego abrazado a la quilla del combo navío
nueve días erré por el mar; y a la décima noche,
noche oscura, los dioses lleváronme a Ogigia, la isla
de Calipso de hermosos cabellos, la diosa terrible.
Acogiéndome ella me dio de comer y me dijo
que por siempre me había de guardar sin vejez y sin muerte;
nunca empero llegó a persuadirme en el fondo del alma.
Siete años me tuvo a su lado, de lágrimas siempre
empapando la ropa inmortal que ella misma me diera;
y llegaba el octavo por fin al volver de los tiempos
cuando aquélla mandóme partir y dispuso mi ruta.
¿Fue mensaje de Zeus o acaso cambió de designio?
Envióme en trabada armadía, me dio en abundancia
dulce vino y manjares, me inmortales vestidos
y mandóme una brisa de popa templada y suave.

Homero, La Odisea Canto VII, 251-266





miércoles, 16 de enero de 2019

Eneas

Eneas tenía origen divino, era hijo de Anquises y de la diosa Afrodita. Afrodita se enamoró de Anquises y  se disfrazó de princesa frigia para yacer con él. Anquises fue castigado por Zeus por contar el nombre de la madre de su hijo, siendo alcanzado por un rayo que lo dejó paralítico.
Eneas nació en el Monte Ida, fue confiada su crianza a las ninfas y al centauro Quirón. Tras cumplir los cinco años de edad,  fue educado por su tío Alcatoo.

Durante la Guerra de Troya fue herido en varias ocasiones pero los dioses lo salvaron:
  • Fue herido por una piedra lanzada por Diomedes y su madre lo salvó.
  • Apolo lo envolvió en una nube y lo transportó a Pérgamo para que Artemisa y Leto lo curasen.
  • Fue herido por Aquiles y Poseidón lo salvó.
Cuando Troya cayó a manos de los aqueos, Afrodita convenció a su hijo para que huyera de la ciudad porque los dioses le tenían reservado un buen futuro lejos de allí. Eneas partió de Troya con su esposa Creusa (hija de Príamo), su hijo Ascanio ( también llamado Lulo), su padre Anquises y un grupo de troyanos hacia la península de itálica, recorriendo un periplo tortuoso con infinidad de paradas y peripecias. Entre las múltiples paradas habría que destacar la llegada de Eneas y su grupo a Cartago, donde conocieron a la reina Dido, con la que Eneas mantuvo una relación hasta que el héroe antepuso el mandato divino de ser el fundador de un nuevo reino al amor. Dido se suicidó tras la marcha del héroe. Este fue el inicio de la enemistad entre Roma y Cartago, que llevaría durante los s. II y III a. C, a las tres guerras púnicas que acabaron con Cartago.
Todo este perigrinar y sus aventuras las recoge Virgilio en su libro "La Eneida":

" Canto a las armas y al héroe que el primero desde las riberas de Troya vino desterrado por el hado a Italia y a las costas lavinias: durante mucho tiempo el poder de los dioses le acosó por tierra y por mar a causa de la implacable ira de la rencorosa Juno; mucho sufrió también en la guerra hasta que logró fundar una gran ciudad e introducir sus dioses en el Lacio: de ahí provienen la raza latina, los padres albanos y las murallas de la soberbia Roma." Libro I, 1-8.


En la península itálica, Eneas viajó hacia el norte, remontó el Tiber y llegó a la región del Latium gobernada por el rey Latinus, cuya hija Lavinia rompió su compromiso para prometerse a Eneas por una predicción del oráculo. Esto desencadenó en una guerra que vencería el heroico Eneas y tras la cual contrajo matrimonio con Lavinia.
Según Virgilio en la Eneida, Romulo y Remo son descendientes de Eneas por parte de su madre Rea Silvia, hija de Numitio, rey de Alba longa. Ciudad fundada por Ascanio, y él fue el primero de un largo linaje de reyes.

sábado, 22 de diciembre de 2018

Feliz Navidad

Os deseo Feliz Navidad y próspero Año Nuevo con esta bella obra de El Greco, la Natividad de 1603/05.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Amaltea

Rea, madre de Zeus, encargó a la cabra Amaltea el cuidado y crianza de su hijo para protegerlo de su padre el dios Cronos, quien devoraba a sus hijos. Lo llevó al monte Ida en la Isla de Creta, y allí lo mantuvo oculto alimentándolo con miel y leche de sus propias ubres. Colgó la cuna de Zeus de un árbol para que su padre no percibiese sus ruidos y junto a otras ninfas y faunos, cantaban melodías muy sonoras para que no se oyeran sus llantos.
Un día jugando Zeus le rompió un cuerno a Amaltea, como compensación lo llenó de flores y frutos prometiéndole que le proporcionaría en abundancia todo lo que ella deseara. Este cuerno, símbolo de la riqueza y la abundancia, se convirtió en atributo de distintas divinidades como Hades, Démeter, Cibeles o Hermes.

 Ovidio relata en su obra Fastos que  Amaltea era una ninfa que tenía una cabra y tras su muerte Zeus las convierte en la constelación de Capricornio.

"Dicen que Nais Amaltea célebre en el Ida de Creta,
ocultó a Júpiter en las selvas.
Ella tuvo a la hermosa madre de los cabritillos,
digna de toda atención  entre los rebaños Dicteos
con cuernos en el aire y torcidos hacia la espalda:
de tetas, que eran dignas de una que había de ser ama de Júpiter.
Ella le daba leche a el dios; pero rompió uno de los cuernos
contra un árbol, y quedó despojada de la mitad de su belleza.
Tomó la ninfa a éste, y lo aplicó al rostro de Júpiter,
adornado con hierbas y lleno de frutas.
El luego que tuvo el gobierno del Cielo y ocupó el paternal
Solio, y no hubo cosa mayor que el invicto Júpiter.
Hizo estrella a su ama y fértil a el cuerno de su
ama, el cual aún ahora tiene el nombre de su señora".
Fastos libro V, pág. 59.




Según algunas versiones, a la muerte de la cabra, el padre de los dioses se vistió con su piel, convirtiéndola en su capa protectora,  conocida como égida.

Los Héroes


El héroe es el aventurero por antonomasia, disfruta viajando y llevando a cabo hazañas que conllevan un gran riesgo, cuyo desenlace siempre es victorioso.

La mayoría de los hechos heroicos de la mitología griega se desarrollan en una época denomina "edad heroica", que comienza con los trabajos de Heracles y finaliza tras el final de la Guerra de Troya cuando los legionarios héroes vuelven a sus casas o se exilian. 

Los héroes no son descendientes de dioses sino de humanos pero sus cualidades extraordinarias les hacen destacar entre el resto de la población. Eran personales mitológicos fundadores epónimos de ciudades y territorios griegos.

Los rasgos que identifican a un héroe griego son: tener una inteligencia superior a la media, tener coraje, no tener miedo a la muerte, buscar aventuras, cometer una muerte accidental, ser exiliados, suelen tener algún enemigo que quiere deshacerse de ellos, eludir diversas pruebas, fundar ciudades, portar armas que los caracterizan, y morir de forma violenta sirviendo de ejemplo a la humanidad. Todos los héroes griegos eran varones ya que en esta época la mujer no era considerada tan importante por el resto de la sociedad, sus labores se circunscribían al ámbito doméstico. Los héroes junto con los dioses formaban parte de la esfera sacre de la antigua Grecia. Según las creencias de la antigua Grecia, los hombres dirigían oraciones a estos espíritus del inframundo dentro de un ámbito puramente local. Los héroes no ascendían al Olimpo tras su muerte sino que se encontraban bajo tierra, pudiendo así manifestarse a los mortales, en contadas ocasiones, bien como hombres o bien como serpientes.
Solían tener relaciones estrechas aunque conflictivas con los dioses.

Entre los principales héroes legendarios de la mitología griega destacan: Odiseo, Jasón, Aquiles, Belerofonte, Deucalión, Agamenón.

Odiseo: Era el rey de Ítaca (isla Jónica), casado con Penélope y padre de Telémaco. Su familia lo esperó durante veinte años, diez de ellos los pasó luchando en la Guerra de Troya y los otros diez intentando regresar a su hogar. En este periplo tuvo que sufragar una serie de obstáculos que se dilataron en el tiempo. Es el protagonista de la obra Homérica "La Odisea", la cual recibe el nombre de su personaje principal.

Jasón: Hijo de Eson rey de Yolco. Tras la muerte de su padre fue criado por el centauro Quirón. Cuando fue adulto capitaneó el viaje de los Argonautas en busca del “vellocino de oro” para recuperar el trono usurpado a su padre, tiempo atrás, por su tío.

Aquiles: Hijo del rey Peleo y la diosa marina Tetis. Tras nacer su madre lo bañó en la laguna Estigia para convertirlo en inmortal pero dejó su talón sin mojar, esa vulnerabilidad le causó la muerte. Es uno de los protagonistas de “La Iliada” de Homero y uno de los guerreros más significativos de la Guerra de Troya.

Belerofonte: Sus mayores hazañas fueron matar a la Quimera y domar al caballo alado Pegaso.

Deucalión: Era hijo de Prometeo y fue junto a su esposa, uno de los únicos supervivientes del diluvio, provocado por Zeus para castigar a los hombres. Tras la catástrofe, Deucalión y Pirra volvieron a poblar la tierra de hombres.

Agamenón: Hijo del rey Atreo de Micenas y de la reina Aérope, hermano de Menelao. Fue uno de los héroes que luchó en la Guerra de Troya.

Lo más importante para el héroe es lograr alcanzar el fin que va buscando. Desde que su viaje comienza implica un sufrimiento que el héroe, como humano con dotes especiales, está dispuesto a aguantar, Tras el largo periplo que ocasiona la búsqueda del objetivo, el valeroso hombre siempre logra conseguir triunfar en su hazaña y queda recogido en los anales, proporcionando ejemplos de valentía que perdurarán a lo largo de la historia de la humanidad.



sábado, 27 de octubre de 2018

El Vellocino de Oro

Es el vellón o zalea del carnero alado Crisómalo. Este carnero era hijo de Poseidón y Teófane.
El rey Atamante repudió a su esposa Nefele, con la cual tenía dos hijos Frixo y Hele, para casarse con la princesa Ino. La nueva aspirante a esposa real  odiaba a los hijos del rey y quiso matarlos para que solamente su descendencia tuviera la posibilidad de acceder al trono. Para lograr su objetivo, decidió matar a Frixo y a Hele, Nefele conocedora de las intenciones de tan malvada mujer, imploró ayuda a los dioses, que le respondieron enviándole un carnero mágico que tenía pelaje de oro y la capacidad de volar. Este animal transportó a los hijos del rey fuera de los territorios griegos, hacia el país de la Cólquide, durante ese trayecto Hele cayó al mar y se ahogó. El lugar donde cayó fue bautizado Helesponto en su memoria.
Solamente  Frixo llegó con vida al país de la Cólquide, donde fue acogido y cuidado por sus habitantes. Como recompensa, Frixo sacrificó al carnero mágico, lo desolló y  regaló su dorada zalea al pueblo de la Cólquide.  Tan preciado vellón fue colgado de un roble en un bosque consagrado al dios Ares y custodiado por un dragón. En agradecimiento, Zeus coloca al carnero en el cielo nocturno  convirtiéndolo en la constelación de Aries. El vellocino permaneció en ese lugar hasta que Jasón se lo arrebató al dragón para llevarlo ante el rey Pelias.

En 1430, Felipe el bueno, duque de Borgoña, crea la orden de caballería del Toisón de Oro, y como símbolo adquieren el vellocino de oro, que penderá del colgante que se concede como condecoración de dicha orden. 

martes, 25 de septiembre de 2018

Los Argonautas

Una de las aventuras más conocidas de la mitología clásica fue la que emprendieron, bajo la comandancia de Jasón, un grupo de jóvenes a los que se conoció como "los argonautas", cuya expedición en busca del vellocino de oro fue relatada reiterativamente en el mundo antiguo.

La expedición de los argonautas, uno de los más famosos acontecimientos de los tiempos heroicos, fue anunciada por toda Grecia, y hasta cincuenta y tres príncipes acudieron para participar de ella.

Para conseguir que Jasón se convirtiera en rey de Yolcos, su tío le ordenó buscar las cenizas de Frixo, un antepasado asesinado en la Cólquide, en donde también encontraría el vellocino de oro; así fue como Jasón mandó construir un barco, el argos, en el que se embarcó junto a sus amigos, tras hacer un sacrificio a Apolo, para conseguir su protección.

Durante el viaje hicieron numerosas paradas, la primera que realizaron fue en la isla de Lemnos, en donde las mujeres se encontraban solas, puesto que Afrodita había maldecido a todos los hombres, de tal manera que éstos desprendieran tan nauseabundo hedor que las mujeres primero los rechazaron y después los asesinaron. Ante esta situación, los argonautas se unieron a ellas con el fin de  darles hijos con los que repoblar la isla. La situación en Lemnos era tan placentera que permanecieron largo tiempo, hasta el punto de que el propio Heracles tuvo que imponer cordura y recordarles el motivo de su viaje. Cuando Jasón dio a conocer la noticia de que debían reemprender el viaje, la reina de las mujeres de la isla, llamada Hipsípile, les rogó que no lo hicieran e incluso ofreció a Jasón el trono a cambio de que se quedasen, pero éste no aceptó.

A continuación llegaron a Samotracia, en donde Orfeo les aconsejó iniciarse en los misterios del lugar, la siguiente escala la hicieron en la isla de Cícico, país de los doliones, allí fueron recibidos con gran hospitalidad, pero se hicieron de nuevo al mar al día siguiente; sin embargo, una tempestad les recondujo a la misma isla, aunque la oscuridad reinante impidió que reconocieran el lugar al que habían arribado. Los isleños, tampoco reconocieron el barco y, tomándolos por piratas, se enfrentaron con ellos de tal modo que el propio Jasón dio muerte al rey. Al amanecer y ver lo ocurrido, los argonautas quedaron consternados por lo que decidieron celebrar unos juegos fúnebres en su honor que duraron tres días y levantaron una estatua en honor a Rea en el monte Dindimo. Mientras todo eso ocurría, los expedicionarios que se habían quedado a proteger la nave sufrieron el ataque de unos gigantes de seis brazos, aunque fueron rápidamente vencidos por Heracles, que había tomado el control del Argos en ausencia de Jasón.

Continuando su viaje, la siguiente parada la hicieron en las costas de Misia, para que Heracles pudiera encontrar un árbol de una madera lo suficientemente resistente como para poder construirse un remo, pues el anterior se le había roto. Mientras estaban esperando, uno de los miembros de la expedición, Fineo, les dijo que si necesitaban atravesar las Simplégades, unas rocas traicioneras que estaban en constante movimiento, debían soltar una paloma y seguir su rumbo. Así lo hicieron, y sólo sufrieron pequeños daños en el casco, lo mismo que la paloma que había perdido algunas plumas. Desde entonces, las rocas permanecieron fijas, pues el destino había dicho que así debía ocurrir cuando una nave lograra al fin atravesarlas.

Antes de llegar a la Cólquide atravesaron el país de Lico, rey de los mariandinos, quien los acogió bien, aunque en ese lugar perdieron por enfermedad a Idmón y a Tifis, el piloto, que fue sustituido por Anceo.

Cuando llegaron por fin a su destino, Jasón se presentó ante Eetes, rey de la Cólquide, para explicarle los propósitos que le llevaban hasta su patria. Eetes le impuso dos condiciones para hacerle entrega de las cenizas de su antepasado y del vellocino de oro, primero debería poner bajo el mismo yugo dos toros nunca uncidos, con pezuñas de bronce y que arrojaban fuego, regalo de Hefesto al rey, y después arar con ellos un campo y sembrar en él los dientes de un horrible dragón que estaba consagrado a Ares y protegía el vellocino de oro.
Jasón preocupado ante tantas solicitudes, empezó a pensar en como solucionarlo cuando recibió la ayuda de Medea, la hechicera hija del rey. Medea debido a las artes de Eros, que seguía los dictados de su madre Afrodita, se había quedado prendada de Jasón y le ofreció su ayuda a cambio de que se casara con ella y la llevara hasta Grecia. Ya que el héroe había recorrido un largo camino para llegar hasta allí, y necesitaba realmente el vellocino de oro, aunque no estaba enamorado de ella, aceptó su colaboración. Así Medea le entregó un ungüento gracias al cual ni el fuego ni el hierro le dañarían durante un día, por lo que la primera prueba estaría pronto realizada, respecto al dragón, le dijo que de sus dientes saldrían soldados que intentarían matarlo pero que resolvería el problema lanzándoles una piedra y que ellos se pondrían a luchar entre sí por ver quién había sido el culpable.
Así, Jason pudo hacer lo que Eetes le había pedido. Sin embargo, el rey no pensaba que lo lograría, pues no estaba dispuesto a entregarle el vellocino de oro, sino que por el contrario, quería quemar la nave Argos y matar a todos sus ocupantes. Jasón tuvo conocimiento de tales pretensiones, así que durmió al dragón que protegía su preciado tesoro, de nuevo con ayuda de Medea, y se dio a la fuga.
Cuando el rey de la Cólquide se enteró de la huida de los argonautas persiguió a la nave que atravesaba ya, según los consejos de Fineo, el río Istro. La inteligente y despiadada Medea había previsto la reacción de su padre, por lo que para dificultar su persecución mató y descuartizó a su hermano Apsirto, aún niño, cuyos restos fue arrojando poco a poco para que su padre tuviera que recogerlos. Cuando Estes los reunió todos, paró en el puerto mas cercano, Tomes, y le hizo exequias fúnebres, lo que permitió al Argos ganar la distancia suficiente.
Según otra leyenda, los Colcos, encabezados por un Apsirto adulto, habían podido alcanzar la expedición y los argonautas empezaron a negociar con ellos una salida al conflicto. El acuerdo era que a cambio del vellocino, Medea debía quedarse en los templos de Artemis que había en la zona. Sin embargo, Medea y Jasón mataron a Apsirto a traición en uno de esos templos, y se lanzaron de nuevo a la fuga.

De cualquier manera, Zeus se irritó enormemente por la muerte de Apsirto y condenó al barco a perder su ruta. Desesperados por la falta de rumbo, decidieron dirigirse a la residencia de Circe, la maga, para ser purificados por sus crímenes, y aplacar la ira de los dioses. Allí Circe les ayudó, aunque se negó a dar alojamiento a Jasón en su palacio.

Ya en camino de nuevo hacia Grecia, pasaron por la morada de las sirenas, aunque nada les ocurrió porque el canto de Orfeo fue mucho mejor que el de ellas, sólo Butes se lanzó al mar atraido por ellas, pero Afrodita lo salvó de las aguas llevándolo hasta Sicilia. Mas tarde llegaron a Corfú, cuyo rey era Alcinoo, que tenía trato con los Colcos. Los compatriotas de Medea habían negociado con Alcinoo la entrega de su princesa si ésta era virgen. Enterada la mujer del rey del acuerdo se lo comunicó a Medea, quien se unió apresuradamente con Jasón aquella noche. La nave Argos fue llevada a Corinto para su consagración a Poseidón.



El relato mitológico del viaje de los argonautas sirvió de inspiración a poetas líricos como Píndaro, y a los tres poetas trágicos por antonomasia: Esquilo, autor de las tragedias Atamas, Ipsipilis. Argo y Caviro, todas perdidas; Sófocles, Atamas, Cólquides, Squite y Rimotomoi, también perdidas; y Eurípides, la famosa Medea.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Ares


    Sobre su nacimiento existen varias tradiciones, una de ellas le hace hijo legítimo de Zeus y Hera, sin embargo hay otra especialmente curiosa que relata el nacimiento de este dios de la siguiente manera: tras el nacimiento de Atenea, la diosa de la razón y de la inteligencia, la gran diosa Hera, celosa de todo lo que tuviera que ver con su marido y en lo que ella no estuviera implicada, decidió desaparecer por un tiempo del Olimpo, buscando refugio en el templo de una de las diosas más sencillas, la dulce Cloris, diosa de las flores y de los jardines.
Como agradecimiento, Cloris le concedió el don del nacimiento de Ares a la todopoderosa Hera, éste ocurrió de la siguiente manera, una vez que Hera se encontraba en el interior del templo de Cloris, la diosa de las flores le pidió que recogiera una flor especialmente hermosa del campo de Oleno, uno de los jardines consagrado a la diosa. Al realizar dicho mandato, Hera observó asombrada como de la flor que ella había recogido nacía un hermoso niño, el que sería declarado como el todopoderoso dios de la guerra, Ares.

La educación del joven dios fue encargada a uno de los titanes, hermano de Prometeo y Epimeteo, que le introdujo en las artes del ejercicio corporal y la danza.
Poseedor de un carácter violento y brutal, su apostura le propició multitud de amantes, tanto humanas como divinas sucumbieron a los encantos del dios, aunque su relación más importante fue la que tuvo al postrarse ante los pies de Afrodita, la diosa del amor y la más bella de todas. Aunque también fueron las más desgraciadas, porque al ser descubierto por Hefesto, esposo de su amante, cuando mantenía relaciones con ella, tuvo que someterse al juicio de los dioses que le desterraron temporalmente del Olimpo.

Ares se encargó de regular las normas imperantes en la guerra, así se comenzó a usar el hierro para la fabricación de armas, a la vez que empezó a crear las tácticas y reglas necesarias para el ataque y la defensa, normas que ideó durante su cautiverio. A pesar de toda su bravura, Ares estuvo preso durante año y medio, encerrado en una vasija por Aloos, Oto y Efialtes (gigantes con los que lucharon los dioses olímpicos), hasta que Hermes consiguió librarle.

A pesar de la importancia de este dios, cuenta con una tradición bastante limitada puesto que un pueblo como el griego, que se ufanaba de su carácter pacífico, prefería los relatos en los que Ares era derrotado por alguno de los otros dioses, principalmente por Atenea, ya que creían que estos dos dioses componían una dualidad, en la que por un lado hay que entender la razón y por otro la fuerza.
Sin embargo, lo que para los griegos constituía un rechazo, para los romanos se convirtió en fuente de admiración. Un mundo como el romano, preocupado fundamentalmente por la expansión guerrera, asimiló perfectamente el Ares griego a una deidad antiquísima a la que se rendía culto en el Lacio. Dicho dios era Mars, lo que propició que el Ares griego se convirtiera en el Marte romano.

De hecho, en Roma, ya convertido en Marte, tenía un cuerpo de sacerdotes, los salios palatinos, dedicados al cuidado del templo y las fiestas instauradas en su honor, que se celebraban en el mes de marzo, consagrado al dios de la guerra. Durante la celebración de estas festividades, los sacerdotes realizaban en honor del dios diferentes danzas con escudos y espadas. Además de tener dedicadas las tradicionales fiestas de Quinquatrus, el Tubilistrium y los Equirria, que consistían en desfiles de caballos y carreras de carros de guerra.

Ares era representado como un hombre joven y fuerte, montado en un gran carro con fogosos corceles, y con una lanza y un escudo en sus manos, ademas de un gallo a sus pies. Entre sus compañeras habituales estaban su hermana Enio y la diosa de la discordia, Eris. A menudo también le acompañaban Demio y Fobo, dioses que representan el miedo y el terror.



lunes, 6 de agosto de 2018

Teseo

El gran héroe de la ciudad de Atenas fue Teseo, hijo del rey Egeo, rey de Atenas, y de Etra, princesa de Trecena en la Argólida. Fue criado por su madre en la corte de su abuelo, siendo adolescente sintió la necesidad de buscar a su padre y ante su insistencia, su madre, le relató los amores que tuvo con Egeo estando éste ya casado, y llevándole al medio de un camino le pidió que levantara una piedra. Teseo cumplió las órdenes de su madre y debajo de la enorme piedra descubrió una espada y calzado, que en su día pertenecieron a Egeo, prendas que dejó para que fueran reconocidas en un futuro por sus posibles hijos.
Portando las armas que su padre había dejado para él, partió hacia Atenas para encontrar su destino. Enfrentándose a multitud de bandidos y monstruos que hicieron de su viaje toda una aventura llegó  a Atenas dispuesto a darse a conocer como hijo del rey. Sin embargo, el monarca se encontraba bajo el dominio de su segunda esposa, Medea, que había asegurado al rey que sería capaz de curarlo de su esterilidad. Cuando Teseo llegó a la capital del Ática, sólo Medea lo  reconoció y, viendo en peligro su permanencia en el trono decidió acabar con el joven envenenándolo durante el transcurso de un banquete. Sin embargo, Teseo tenía otros planes y durante la comida, antes de probar nada quiso cortar la carne con su espada, cuando Egeo lo vio, lo reconoció como a su hijo, y al ver la alegría de todos los presentes menos la de su esposa, sospechó de la traición de ésta y decidió desterrarla de la región.

Teseo era un joven alegre y audaz que intentaba integrarse en su pueblo, haciéndose eco de los sufrimientos de éste, por eso cuando se enteró del tributo que Atenas prodigaba al rey Minos, su cólera no fue pequeña. Atenas estaba obligada a entregar al rey cretense catorce jóvenes de las más nobles familias, siete muchachas y siete muchachos, como tributo de guerra, estos eran entregados al terrible Minotauro cuando llegaban a Creta. Teseo pidió conocer los motivos de tan bárbara imposición y así descubrió que tras la muerte del hijo del rey Minos en Atenas a manos de Egeo, la armada cretense llegó a las puertas de Atenas, en busca de venganza, sitiándola. Atenas se vio rápidamente asolada por el hambre y la peste, y la única manera de salvar la ciudad fue atendiendo a las peticiones del rey de Creta.

Una de las veces en que los emisarios cretenses llegaron para recoger a las víctimas de ese año, Teseo insistió en convertirse en uno de ellos, a pesar de los ruegos de  su padre que estaba convencido de no volver a ver a su hijo, pero ante la insistencia de éste, le suplicó que portaran dos pares de velas, para que las izaran a su regreso, unas blancas si la empresa tenía éxito y conseguía volver, y otras negras si el resultado era su muerte. Cuando los jóvenes llegaron a Creta, fueron directamente conducidos al palacio, en donde Minos los examinó y declaró aptos para ser ofrecidos como sacrificios humanos. Con lo que no contaba Minos fue con Teseo y el amor que despertó en Ariadna, su hija.
El heredero de Egeo llegó a Creta haciendo gala de la arrogancia propia de su estirpe y su juventud, ante la que sucumbió la hija menor de Minos y Pasifae, Ariadna. Cuando ésta se enteró del objetivo de Teseo, solo pensó en ayudarlo, ya que pretendía introducirse el primero en el laberinto donde estaba encerrado el monstruo y acabar con él, y si el monstruo era peligroso, lograr la salida del laberinto parecía imposible puesto que su diseño era muy complejo. Sin embargo, él lo logró, entró en el laberinto en que estaba el Minotauro portando un ovillo de hilo que fue desenredando desde la entrada. Cuando, tras muchos rodeos, llegó frente al monstruo no tenía arma alguna, salvo su ingenio, así empezó a correr obligando a la criatura a perseguirlo y cuando el monstruo estaba agotado, Teseo se enfrentó con las manos desnudas, logrando matarlo de un puñetazo. A continuación salió del laberinto siguiendo el hilo que le había entregado su amada.

Teseo, los jóvenes atenienses que le acompañaban y Ariadna partieron de las costas cretenses sin perder tiempo. Pero una tormenta los apartó del camino y los hizo detenerse en la isla de Naxos, en donde Ariadna, que estaba indispuesta, desembarcó; los vientos alejaron la nave de la isla, separando a los jóvenes ya que el destino de Ariadna no estaba al lado de Teseo.

Cuando la expedición regresaba triunfante a Atenas, se olvidó de encender las velas blancas que anunciaban su triunfo, Egeo que no había dejado de otear el horizonte ni un sólo día, al divisar las velar negras creyó que su hijo había muerto y desesperado se arrojó al mar. Cuando Teseo llegó a la costa se encontró con la celebración de los funerales de su padre y con su elevación al trono.
Se ocupó de gobernar su país, ya que logró la unión de doce pueblos hasta entonces dispersos en lo que sería el Estado ateniense.
A Teseo se le atribuye además de la unificación de Ática en torno a una capital, Atenas, la división de la población en tres clases. Así mismo, fue el fundador de las famosas fiestas "panateas", que nacieron como símbolo de la unión de las comunidades del Ática.

domingo, 15 de julio de 2018

Zeus

" Dijo y sobre las oscuras  cejas asintió el Cronión;
y las inmortales guedejas del soberano ondearon
desde la inmortal cabeza, y el alto Olimpo sufrió una honda sacudida". La Ilíada de Homero, Canto I, 528/530.


      Era el dios del cielo y soberano de los dioses olímpicos. Se le consideraba también el padre de todos los dioses y los hombres, aunque en el sentido de protector y no de creador directo. Según la mitología clásica era el señor del cielo y de la lluvia,  el creador de las nubes que controlaba con su temible rayo desde su trono dorado, una de las armas más poderosa del Olimpo. Su arma principal era la égida (piel de la cabra Amaltea que lo amamantó) que entregó a su hija  la diosa Atenea, su ave era el águila y sus árboles el roble y la encina, ambos símbolos de fortaleza. Suele ser representado sentado en un trono de oro, con el rayo en una mano y un cetro en la otra, y a sus pies el águila con las alas desplegadas.

 Pertenece a la segunda generación divina cuyos padres fueron el titán Cronos y la titánide Rea, y tuvo muchos hermanos importantes como Poseidón, Hades, Hestia, Démeter y Hera.
Inició la generación de los llamados dioses olímpicos instaurando toda la corte de dioses y diosas que habitaban en el Olimpo. Su poder fue disputado por las sagas de Gigantes y de los Aloadas. pero finalmente, la lucha siempre se decantaba por el bando de los olímpicos.

    El nacimiento de Zeus es uno de los acontecimientos más destacados y conocidos de la mitología griega y ha sido muchas veces representado en la Historia del Arte. Su padre temiendo ser derrotado por uno de sus hijos, igual que él hiciera con su progenitor, los devoraba según nacían. Su madre Rea, cansada de tanta muerte, cuando nació Zeus,engañó a su marido envolviendo una piedra entre pañales y  entregándosela a Cronos para su ingesta. Zeus fue escondido por su madre en el Monte Ida en Creta y criado por la cabra Amaltea. Cuando se hizo adulto obligó a su padre a regurgitar la piedra que se había tragado así como al resto de sus hijos que se había devorado. Zeus también liberó a los hermanos de Cronos, los Hecatónquiros y los Cíclopes, de su mazmorra en el Tártaro, donde fueron desterrados por su propio hermano. Como muestra de agradecimiento, los Cíclopes le dieron el trueno, el rayo o el relámpago, que había sido previamente escondido por Gea.
En una guerra llamada la Titanomaquia, que duró diez años, Zeus y sus hermanos, junto con los Hecatónquiros y los Cíclopes, derrocaron a Cronos y a los otros Titanes, que fueron encerrados en el Tártato, un lugar húmedo, lúgubre y frío en lo más profundo del submundo y allí quedaron custodiados por los Hecatónquiros. El titán Atlas tuvo otro castigo, fue castigado a sostener la bóveda celeste. Después de esta victoria, Zeus, Poseidón y Hades se repartieron el dominio del mundo al azar.

        Sin lugar a dudas Zeus es el amante por excelencia, padre de dioses y hombres, es el protagonista de multitud de historias de amor y frenesí. Durante toda su vida se dedicó a cultivar los placeres de la carne y las artes amatorias tanto con mortales como con diosas. De las uniones con mortales nacieron los fundadores de muchas dinastías helénicas. En estas conquistas suele metamorfosearse, tanto para ocultarse de su esposa Hera, como para no asustar a los humanos con sus poderes sobrenaturales. Todas estas uniones dieron sus frutos, tanto mortales, como dioses e incluso héroes.
Contrajo matrimonio sagrado con su hermana Hera tras haber mantenido amores con la diosa transformado en cuco. Según la mitografía olímpica antes de esta unión ya había mantenido relaciones con otras diosas. Muchos mitos muestran a una Hera muy celosa y enemiga sistemática de todas las amantes de Zeus y de los hijos que tenían con él. Durante un tiempo, una ninfa llamada Eco, tuvo el trabajo de distraer a Hera de estas aventuras hablándole incesantemente. Cuando Hera descubrió el engaño la castigó con un hechizo que le quitaba la voz salvo para repetir la última palabra que oyera.

"¡ Hera! no esperes realmente todos mis propósitos 
conocer; difícil para ti será aun siendo mi esposa.
El que convenga que escuches ningún otro
de los dioses ni de los hombres lo conocerá antes que tú;
más de los que lejos de los dioses yo quiera decidir
ni preguntes por cada uno ni trates de indagarlos". La Ilíada de Homero, Canto I , 545/550

Con su esposa Hera engendró a cinco dioses, a Hebe que sería la ayudante personal de los dioses, a Ares que sería el dios de la guerra, a Ilitía que fue la diosa de los partos, a Eris la diosa de la discordia y a Hefesto el dios del fuego. Con Démeter concibió a Perséfone que se convertiría en la reina del inframundo. A los mellizos Artemisa y Apolo, ella diosa de la caza y él, dios de la belleza, perfección y armonía, los engendró con la diosa Leto. De la unión entre Zeus y Maya nació Hermes, el dios mensajero. Con su primera esposa Metis engendró a Atenea, diosa de la guerra, la cual nació de la cabeza de su progenitor tras haberse tragado a su madre embarazada. A las Musas las engendró con la diosa Mnemósime. Con la diosa Temis concibió a las Horas, diosas del orden de la naturaleza y las estaciones, y las Moiras, las personificaciones del destino.

Existen innumerables metamorfosis para las conquistas que el dios llevó a cabo con las mortales. Para poseer a Dánae se convirtió en lluvia dorada y concibieron al héroe Perseo. Con Alcmena se transformó en su marido Anfitrión y engendraron a uno de los héroes más emblemáticos de la mitología clásica, Heracles. A Europa se le mostró como un bello toro blanco y concibieron a tres hijos, Minos, Radamantis y Sarpedón. Para copular con Leda se metamorfoseó en cisne engendrando a Polux y Helena de Troya, quienes salieron de dos huevos junto con Clitemnestra y Cástor, hijos de su esposo. Sémele fue amante de Zeus durante un tiempo y fruto de esa relación nació Dionisios. A la ninfa Calisto la sedujo transformándose en la diosa Artemisa y de esa unión nació Arcas. Para fecundar a Io se le mostró en sueños engendrando a Epafo. Con Eurinome concibió a las Tres Gracias. Eaco nació de la unión del dios con la ninfa Egina. Con Taigete concibió a Lacedemón. Como amante masculino tuvo a Ganímedes con quien se metamorfoseó en águila, a quien se llevó al Olimpo convirtiéndolo en copero real de los dioses.


            Zeus desempeñaba un papel dominante tanto en la vida cotidiana de los dioses y humanos de la Grecia clásica como en su vida sentimental.

miércoles, 23 de mayo de 2018

Tiresias

Nacido en Tebas, era hijo de la ninfa Cariclea, que vivía en la corte de la diosa de la sabiduría. Fue uno de los mas famosos videntes de toda Grecia, a pesar de que era ciego, aunque no de nacimiento, su ceguera le fue provocada por Atenea a quien Tiresias encontró bañándose desnuda. Sin embargo, Atenea también le recompensó con el don de la profecía y le entregó un bastón o varita mágica con la que podía desenvolverse incluso mejor que cualquier vidente.
Según otra leyenda  Tiresias había vivido transformado durante una época en mujer, tras matar con su bastón a una hembra de serpiente que se estaba apareando. Esta transformación que duró siete años, la recoge Ovidio en su obra "Metamorfosis" Debido a su condición de mujer, medió en la disputa que mantenían Zeus y su esposa Hera, discutían sobre qué sexo gozaba más con el amor, Tiresias respondió que el hombre experimenta una décima parte del placer que la mujer, por lo que Hera se enojó enormemente causándole la ceguera. Zeus, como compensación, le prometió una larga vida, de tal modo que Tiresias vivió durante más de doscientos años.

La muerte de Tiresias sobrevino durante la guerra de los Espigones mientras intentaba huir de  su belicosidad. Fue el único profeta que mantuvo sus poderes en el mundo de los infiernos. Entre sus hijas se encuentra Manto, que retuvo los poderes proféticos de su padre.


Más entonces el alma llegó de mi madre difunta,
de Anticlea, que engendrara el magnánimo Auitólico. Viva
la dejé en mi mansión al salir para Troya sagrada; 
brotó el llanto en mis ojos al verla, inundóseme el pecho
de dolor; más con todo mi pena impedile, asimismo,
a la sangre llegar mientras yo no escuchase a Tiresias.

Acercóseme el alma por fin de Tiresias tebano
con un cetro de oro. Al notar mi presencia me dijo:
"¡ Oh Laertíada, retoño de Zeus, Ulises mañero!
¿Como ha sido, infeliz, que, a la luz renunciando del día,
has venido los muertos a ver y el lugar sin contento?
Mas aparta del hoyo; retira el agudo cuchillo,
que yo pueda la sangre beber y decir mis verdades."

Tal habló, me aparté y, embutiendo en la vaina mi espada
de tachones de plata, dejele beber negra sangre
de la fosa y entonces me dijo el perfecto adivino:
"Claro Ulises, en ansias estás de tu dulce regreso,
pero un dios te lo va a hacer penoso......"

La Odisea de Homero, Canto XI, 84-100




sábado, 28 de abril de 2018

Perséfone

Perséfone es la diosa de la primavera y la reina del inframundo. Era hija de Zeus y la diosa Démeter, diosa de la agricultura. Hades el dios del inframundo, hermano de su padre, se enamoró de ella. Para conseguir a su amada, Hades llevo a cabo un rapto mientras ella recogía flores en el llano de Enna (Sicilia) con otras ninfas y diosas, en ese momento la tierra se abrió y el dios tomó a la joven y la llevó con él a su reino. Para llevar a cabo este arrebatamiento contó con la complicidad del padre de la joven Perséfone. Su madre cuando se enteró de la desaparición de su hija cayó en una profunda tristeza, realizó largos viajes en busca de su heredera sin éxito. Ante esta situación Démeter dejó de realizar su función germinadora y volvió la tierra estéril.

Durante su estancia en el Tártato, Perséfone comió unos granos de granada lo cual la encadenaba de por  vida al inframundo, no se sabe si fue por voluntad propia o inducida por Hades. Tras este nefasto suceso, Zeus se arrepintió y decidió que Perséfone debía volver al lado de su madre, llegó a una solución favorable para todos, Perséfone pasaría la mitad del año con su madre en la superficie terrestre (estación de la primavera) y la otra mitad del año en el inframundo con su marido (el invierno).

Es representada como una doncella lúgubre de tez blanca con granadas como atributo. La granada es símbolo de fidelidad en el matrimonio.

Dije así y al momento repuso la reina mi madre:
"Hijo mío, ¡ay de mí!, desgraciado entre todos los hombres,
no te engaña de cierto Perséfone, prole de Zeus,
porque es esa por sí condición de los muertos; no tienen
los tendones cogidos ya allí su esqueleto y sus carnes,
ya que todo deshecho quedó por la fuerza ardorosa
e implacable del fuego, al perderse el aliento en los miembros;
sólo el alma, escapando a manera de sueño, revuela
por un lado y por otro. Mas vuelve a la luz sin demora,
que esto todo le puedas contar a tu esposa algún día."

La Odisea de Homero, 215/225.





sábado, 10 de marzo de 2018

El Jardín de las Hespérides

El Jardín de las Hespérides era el huerto de Hera, situado en el Occidente del mundo conocido, en él se hallaba un bosque de manzanos, cuyos frutos eran manzanas doradas que concedían la inmortalidad ha quien la ingería. Esos éxoticos y raros árboles nacieron de unas ramas con fruta, que Gea (la Tierra), concedió a Hera como obsequio por sus nupcias con Zeus.

Para vigilar los preciados frutos de su jardín, Hera encargó a las Hésperides, su cuidado pero con el tiempo no se fiaba de ellas, porque a veces recolectaban los frutos para ellas mismas. Esto provocó que la diosa colocara como vigilante a un dragón  llamado Ladón, que a su vez vigilaba a las ninfas y la cosecha de los manzanos. Ladón era un dragón de cien cabezas que nunca dormía 
Las Hespérides eran ninfas de árboles frutales, llamadas Egle, Eritia y Hesperetusta.

El jardín según la mayor parte de la tradición clásica, se sitúa en la Cordillera del Átlas en el Norte de África aunque algunos autores de la antigüedad lo sitúan en otras zonas. Estrabón en su libro Geografía volumen III, lo sitúa en el Sur de la  Península Ibérica, en la zona de Tartessos. Apolonio de Rodas lo situaba cerca del lago Tritón en Libia.

"Y los poetas posteriores no cesan de referir cosas en el mismo sentido, la expedición  a por las vacas de Gerión y las de las manzanas de oro del Jardín de las Hésperides, denominando incluso "Islas de los Bienaventurados" algunas que hoy sabemos que se ven no muy lejos de los promontorios de Maurusia que están frente a Gádira."
Geografía de Estrabón, volumen III, página 72. TRaducción de María José Meana y Félix Piñero.

Este jardín ha tenido mucha importancia en  distintos episodios mitológicos de gran relevancia; el undécimo trabajo de Heracles, donde el héroe tenía que robar las manzanas del jardín de Hera; el mito de la manzana de la discordia, es el preámbulo de la Guerra de Troya; y en el mito de Hipómenes y Atalanta.